A 24 años del asesinato de Mariano Witis y Darío Riquelme: “El poder judicial avala la desmesura de Patricia Bullrich”
El 21 de septiembre del 2000 Mariano Witis estaba con su madre Raquel en la zona del hipódromo de San Isidro. Una vez que se separaron, el joven de 23 años se puso a hablar con Julieta Shapiro, ex compañera de colegio que estaba en auto. Fueron abordados por Darío Riquelme, de 16, y un cómplice, obligando a él a subirse y a ella a manejar. Llegaron hasta un banco en Beccar, donde realizaron un robo exprés y escaparon en el vehículo. A pocas cuadras, una unidad del Comando de Patrullas de San Fernando les cerró el paso.
Uno de los ladrones escapó, Riquelme tiró su arma, oxidada y que no disparaba, para rendirse, y Witis gritó que era rehén. El cabo Rubén Emir Champonois, de la Policía Bonaerense, decidió de todas formas abrir fuego. Shapiro se refugió contra el volante, no tuvo lesiones y su testimonio sería clave. Darío y Mariano, en la parte de atrás, recibieron varios disparos y fueron asesinados. La fuerza de seguridad plantó pruebas falsas en la escena y levantó la versión de que había sido una persecución, incriminando a Witis.
En 2003, el Tribunal Oral N° 3 de San Isidro condenó a ocho años a Champonois por homicidio con dolo eventual, pero sólo por el asesinato de Mariano, al considerar que el de Riquelme había sido en defensa propia. Sin embargo, la postura policial había sido desmentida y Raquel Witis se unía a Ana María Liotto, madre de Darío, para que las muertes no quedaran impunes. Tras distintas apelaciones, en 2005 Casación ordenó que se fijase la pena por ambos casos en los mismos parámetros. En 2007 fue elevada a 12 años y 9 meses y en 2011 a 15 años, con agravantes como el estado de indefensión, el desmedido accionar y la edad de Riquelme, lo que sería ratificado por la Corte Suprema de Justicia en 2014. Champonois estuvo cuatro años en la cárcel y luego pasó a detención domiciliaria.
Cada aniversario la familia Witis organiza actividades con mucha presencia musical, dada la relación que mantenía Mariano con la misma. El joven era cantante, maestro e integrante del Coro del Polivalente y del Coro Municipal de Jóvenes de San Isidro. En forma de homenaje, hay una escultura sobre él en la Plaza 9 de Julio de Martínez. AGENCIA PACO URONDO dialogó con Raquel Witis, madre de Mariano e integrante de la Comisión Memoria, Verdad y Justicia Zona Norte: “Mariano y Darío siguen presentes ayudándonos a luchar para impedir que la violencia institucional sea el camino que nos impongan”.
Agencia Paco Urondo: ¿Qué significa un nuevo aniversario?
Raquel Witis: Lo primero que uno siente es tristeza, revive ese día con todos sus detalles. En un instante todo lo que nos quitaron, lo que perdimos, golpea con fuerza la ausencia de nuestro amado hijo: su alegría, su voz, su calidez, sus abrazos… nos duele septiembre. Es fundamental sostener la memoria para concientizar y visibilizar estas prácticas de violación de derechos que no hemos podido erradicar en democracia.
Cada 21 juntarnos con sus amigos, familiares, compañeros, militantes, vecinos, recordarlo con música y sentir su presencia en la Plaza. Estos encuentros llenos de canto y de abrazos nos cargan de energía para seguir luchando contra la violencia institucional. También recordar a Darío, el joven de 16 años que lo toma de rehén y muere a su lado bajo las balas policiales. Los dos, Mariano y Darío, fueron víctimas de la violencia estatal.
APU: ¿Qué evaluación hace del momento actual en materia de violencia institucional?
RW: Hannah Arendt dice que los asesinos de escritorio son un engranaje fundamental en el funcionamiento de la violencia institucional. Hemos pasado del Estado de derecho a un Estado represivo. Hoy las prácticas de violación de derechos se han intensificado, la crueldad y la violencia son moneda corriente e incentivada desde los más altos cargos. Presidente, ministros y voceros naturalizan los discursos de odio, la estigmatización, la persecución al que piensa o siente distinto. Son despiadados con niños y viejos, con trabajadores y desocupados, todos debemos sufrir salvo los que tienen la sartén por el mango y el mango también.
La inacción judicial es perversa. Las pruebas están a la vista. Con pocas excepciones, el poder judicial legítima la criminalización de la protesta social. Avala la desmesura, protocolos y resoluciones ministeriales ilegales de Patricia Bullrich, que goza y planifica cada represión y que falsea las pruebas de los delitos cometidos por sus agentes. A veces le sale mal, como el video donde se ve claramente que la policía gasea a una niña de 10 años. Los medios de comunicación concentrados aplauden y apoyan este Estado gendarme, minimizan las violaciones a los derechos fundamentales, mienten descaradamente sin avergonzarse y traicionan la profesión de informar.
Cuando esto pase, porque llegara ese momento, ¿se animarán a caminar por las calles? ¿Se bancarán sin chistar el escrache social después de tanta falsedad y encubrimiento? ¿Los legisladores que tan fácilmente levantan la mano aprobando leyes inconstitucionales podrán mirar a la cara a sus hijos que sufrirán las consecuencias? ¿Se bancarán la mirada de sus votantes? Ya tronará el escarmiento, más temprano que tarde todo vuelve.
APU: ¿Qué van a hacer el 21 de septiembre?
RW: Como todos los años, la música llenará las ausencias y sanará nuestros corazones. Músicos solidarios homenajearán en la plaza de Martínez, en el anfiteatro Mariano Witis, y sonarán sus voces por Mariano y Darío. Nos acompañarán el Coro Mariano Witis, integrado por sus compañeros y amigos; el Grupo vocal Melomanía, integrado y dirigido por su tío Mario; Mariela Milstein, amiga y militante de derechos humanos; Nahuel Sabatino, joven rapero, vecino, amigo y tallerista de Somos Mariano y Darío contra la violencia institucional; y, posiblemente, una banda de zona norte. Les esperamos el sábado 21 a las 19 hs. “Quien cuida y guarda la memoria, guarda y cuida la vida”.