Juicio por el gatillo fácil de Marcos Acuña: “Nos arrebataron la vida”
Por Diego Moneta
La mañana del viernes 28 de agosto de 2015 Marcos Sebastián Acuña, de 20 años y padre de una hija de meses, fue asesinado por Juan José Silva, oficial de Prefectura, frente a la puerta de un mayorista en la zona oeste de Quilmes. El agente alegó legítima defensa ante el supuesto intento de robo de su moto y quedó en libertad, pese a que no hubo testigos que corroboraran su versión.
El hermano mayor de Marcos, Gustavo, amigos y vecinos del barrio cortaron la calle de la Comisaría Tercera de Quilmes reclamando que se trataba de un caso de gatillo fácil y exigiendo el esclarecimiento de la muerte del joven. “Pedimos las cámaras y nos dijeron que no andaban”, declaró en su momento Gustavo. Miembros de la fuerza de seguridad respondieron arrestando a diez personas bajo la imputación de “resistencia a la autoridad y hurto”, este último a partir de la supuesta denuncia del dueño de una gomería cercana al establecimiento policial. Pasaron la noche detenidos y fueron liberados la tarde siguiente.
Las tres causas (resistencia a la autoridad, hurto y homicidio) quedaron a cargo del Juzgado de Garantías N°3, de Marcelo Goldberg y del fiscal Ariel Rivas. Luego de mucha insistencia y diversos cambios de letrados, se elevó a juicio oral pero se retrasó por distintos motivos, entre ellos la pandemia. AGENCIA PACO URONDO dialogó con Inés Alderete, madre del joven asesinado, a la espera del comienzo del proceso judicial. El juicio se encontraba previsto para que comience el 16 de abril, sin embargo, fue postergado luego de que el acusado diera positivo de COVID-19. Desde la Marcha Nacional contra el Gatillo Fácil convocan a imprimir carteles o difundir videos pidiendo justicia.
Agencia Paco Urondo: ¿Qué sucedió la mañana del 28 de agosto de 2015?
Inés Alderete: Ese día mi hijo fue asesinado por el prefecto Juan José Silva. Según dicen, se lo cruzó en el camino. Tras una discusión, echó a Marcos y sus amigos y disparó tres tiros. Uno le dio a mi hijo. Los amigos se quedaron tratando de reanimarlo, mientras que Silva se fue. A las cuatro o cinco horas apareció por la comisaría diciendo que le quisieron robar.
APU: ¿Qué análisis realiza desde esa fecha hasta hoy?
IA: El primer juez que tomó la causa me dijo que busque un abogado porque a mi hijo lo habían asesinado. Ese día empecé a pedir ayuda y conocí a familiares que me ayudaron en este camino. Hace cinco años y ocho meses que nos acompañamos y tratamos de que sea el último pibe pero los siguen matando. El Estado no hace nada para cambiar el accionar de las fuerzas represivas ni para cambiar la vida de los pibes.
Yo no sé si Marcos estaba haciendo algo pero lo tendría que haber arrestado como corresponde. No puede decirse que es legítima defensa cuando mi hijo sólo tenía dos encendedores en los bolsillos. El camino fue largo, con angustias y peleas, donde los jueces piensan a nuestros hijos como papeles. Para nosotros nos arrebataron la vida.
APU: ¿Cuál es su expectativa ante el comienzo del juicio el 16 de abril?
IA: Yo creo que la justicia no existe. La mayoría de las fuerzas de seguridad no son condenadas, y si lo son reciben penas mínimas para no terminar en el penal donde deberían estar. Justicia seria si mi hijo estuviera presente. Puede ser que tenga fe en los abogados y sé que María Rosario Fernández, de la Gremial de Abogados, va a luchar como luché este tiempo por la elevación a juicio. Ojalá lo condenen porque estarían sacándole el arma a un asesino. Ahora, si el Estado y el Poder Judicial lo apañan y sale en libertad, va a volver a matar.