La desaparición de Arshak Karhanyan en CABA: “La enorme cantidad de irregularidades no puede ser atribuible a negligencia”
Por Diego Moneta
Arshak Karhanyan, joven de origen armenio que cumpliría 30 años el próximo 26 de octubre, está desaparecido desde el 24 de febrero de 2019. Estudiaba ingeniería informática en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), vivía en un departamento en Caballito y era parte de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires desde 2014. Su hermano Tigran fue a verlo a su casa pero nadie respondió. Esperó dos días e hizo la denuncia en la misma comisaría donde trabajaba Arshak.
Como efectivo de la fuerza porteña integró el área de Cibercrimen, que se encarga de controlar equipos electrónicos e informáticos, de Exposiciones, que realiza allanamientos, y la seccional 7B, a seis cuadras de su domicilio. Según la familia, desde su primera transferencia ya no estaba cómodo. El hecho volvió a cobrar notoriedad por nuevos elementos probatorios y por el encuentro de la madre con el presidente Alberto Fernández, entre otras personas, en Casa Rosada. Ninguna autoridad del Gobierno porteño se reunió con ella ni cooperó con la investigación. De hecho, el ministro de Justicia y Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro, acusó a los familiares de “politizar” el caso.
Según la causa, el día de su desaparición Arshak se juntó en la calle con el oficial Leonel Alejandro Herba, ex compañeros en la división Exposiciones, donde hablaron por casi una hora. Herba asegura que el tema de conversación fue la adquisición de un auto por parte de Arshak, pero no se correspondería con su estado financiero. Lo que pudo reconstruir la fiscalía, a cargo de Santiago Vismara, es que luego el joven subió a su departamento, se cambió y volvió a salir, llevando su placa, arma reglamentaria y tarjeta de débito, que nunca fueron encontradas. No movilizó sus dos celulares ni la moto. Sacó plata de un cajero, entró en un supermercado, donde compró una pala, y más adelante se le pierde el rastro. La reciente identificación de su tarjeta SUBE por parte de la Policía Federal permite saber que tomó un colectivo con dirección a Ezeiza, pudiendo haber bajado durante el trayecto.
Hace unos meses, Página 12 difundió el contenido de un audio de Herba discutiendo con su pareja, Jazmín Soto. La mujer le dice que siga “haciendo desaparecer gente” y que él es el “principal sospechoso” por lo que ella “tendría que buchonear todo”, tras haber omitido información para cubrirlo. La conversación, que tuvo lugar cuatro meses después de la desaparición de Arshak, fue grabada por el mismo Herba y guardada en su celular, que fue incautado. Cuando volvió a declarar, Soto intentó minimizar sus dichos, en línea con otras inconsistencias y contradicciones que ya había planteado. Herba, además, en su primera testimonial no había mencionado el encuentro en Caballito.
Para la querella ese audio es una de las pruebas claves que demuestran que la Policía de la Ciudad está involucrada. Por eso pide el cambio de calificación, de averiguación de delito a desaparición forzada, y que se investigue a la propia fuerza. Entre tantas irregularidades se puede señalar el ocultamiento y la eliminación de grabaciones, filmaciones e historiales de teléfonos; información e imágenes claves para reconstruir los hechos están faltantes. A su vez, hubo procedimientos periciales y rastrillajes tardíos y mal hechos.
Por otro lado, el fiscal destaca que integrantes de la misma fuerza de seguridad buscaron entorpecer la investigación, ya sea con testimonios o peritajes. Por eso, Vismara había ordenado imputar a Herba y a otros tres oficiales, y realizar allanamientos en dependencias vinculadas. El juez Alberto Baños nunca las impulsó. Además, le rechazó dos veces a la familia la posibilidad de ser querellante y recién la admitió tras ocho meses.
El pedido de cambio de carátula, acompañado por la Secretaría de Derechos Humanos, que también solicitó ser querellante, se enmarca dentro de los lineamientos del Protocolo de Minnesota y de los Principios rectores para la búsqueda de personas desaparecidas de la ONU. El juez Baños lo denegó porque implicaría el paso al fuero federal. Al mismo tiempo, al hacerse cargo de la investigación, reincorporó a la Policía de la Ciudad, prohibido por el Código Procesal Penal al haber sospechas sobre la participación de algunos de sus miembros, y decidió realizar escuchas al hermano y a los amigos de Arshak.
La resolución fue confirmada por la Sala 1 de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional pero se interpuso un recurso admitido por la Cámara de Apelaciones. Se encuentra en estudio de la Cámara Nacional de Casación Penal desde principios del mes pasado. A más de dos años y medio de su desaparición, familiares y compañeros de Arshak se concentraron el pasado 2 de septiembre en Plaza Lavalle, frente al Palacio de Tribunales, para reclamar justicia. Buscan resolver el cambio de carátula y de fuero de la causa. En ese marco, AGENCIA PACO URONDO dialogó con Juan Kassargian, abogado de la querella.
Agencia Paco Urondo: ¿Qué avances hubo en la investigación?
Juan Kassargian: Venía siendo impulsada por el fiscal y la querella, concluyendo que una enorme cantidad de irregularidades ponía a la Policía de la Ciudad en el centro. Junto a la Secretaría de Derechos Humanos se pidió que las actuaciones pasen bajo la hipótesis de desaparición forzada. En marzo, el juez lo niega, reasume la investigación y vuelve a foja cero. Además, reingresó a la fuerza como investigadora que lleva, trae y produce pruebas, lo que nos alarmó seriamente. Ahora la Cámara de Casación Penal debe resolver si accede o no al cambio de calificación, lo que significaría el pase de la causa al fuero federal.
APU: ¿Cuál fue la actitud y la respuesta desde la Policía y el Gobierno de la Ciudad?
JK: Por el lado de la fuerza, niegan las imputaciones que les achacamos. Es bastante doloroso porque la indiferencia es total. Me llama la atención que el acto frente al Palacio de Tribunales no haya estado colmado por policías pidiendo por su compañero. El Gobierno porteño sostiene que politizamos la causa, lo cual entiendo, humildemente, que es un error.
APU: ¿Qué hipótesis manejan?
JK: Tenemos claro que la enorme cantidad de irregularidades y el ocultamiento y la destrucción de pruebas no pueden ser atribuibles a negligencia o errores. Se trata de diferentes áreas de investigación que han fallado y han provocado que no tengamos cámaras, grabaciones y contenido de celulares, entre muchas otras cosas. No hay una hipótesis que prevalezca pero sí tenemos claro que Arshak fue hacia una trampa.