Represión a vecinos sin luz en Villa Lugano: "El cinismo de Larreta"
Reproducimos el comunicado de Conexión, desde la Facultad de Sociales de la UBA, a raíz del abordaje mediático de la represión en Lugano por parte de la policía de la Ciudad.
Represión en Lugano criminalización mediática de la protesta, la política y el derecho a la luz
El abordaje hecho por los medios de comunicación hegemónicos de la movilización de vecinos y vecinas del barrio porteño de Lugano -quienes cortaron la autopista Dellepiane para reclamar por la restitución del servicio de luz tras cuatro días de cortes y varias horas sin agua- representa un caso paradigmático del modo en que, a través de diversas operaciones de sentido, se construye a diario una lógica legítima de la buena ciudadanía y el buen ciudadano, en donde el derecho a la protesta no es una posibilidad.
En la capa más superficial del discurso, pudimos ver –una vez más- lo obvio: la cobertura mediática masiva de la figura de Horacio Rodríguez Larreta y del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, al que se pretende desligar de las responsabilidades evidentes. Este comportamiento llegó a adquirir formas grotescas cuando, por ejemplo, un periodista de la señal Todo Noticias reclamó por la presencia del ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, a pesar de que el corte se realizaba en el ámbito de la Ciudad Autónoma.
Pero en otro nivel, menos explícito, asistimos a la puesta en funcionamiento de una línea conceptual para la cual el derecho constitucional de peticionar a las autoridades es letra muerta. En efecto, en el día de ayer pudimos ver cómo, desde distintos medios -tanto audiovisuales como radiales, gráficos y digitales-, se escamoteaban las causas del reclamo y sus principales responsables –el Gobierno de la Ciudad y la empresa distribuidora Edesur-, para, en cambio, criminalizar a las y los ciudadanos que demandaban soluciones, al tiempo que se banalizaba la feroz represión desatada por la Policía porteña en su contra.
En el summum del cinismo, el jefe de Gabinete capitalino, Felipe Miguel, aseveró que se trataba de “grupos de violentos” y “gente politizada”, caracterización que fue tomada al pie de la letra por las principales empresas periodísticas.
En síntesis, lo ocurrido ayer en Lugano nos llama a reflexionar sobre múltiples ejes: la idea de ciudadanía mansa y simbólicamente empobrecida que se pretende legitimar desde las grandes usinas comunicacionales, el desprestigio que las mismas voces quieren instalar sobre el ejercicio de derechos constitucionales básicos, la criminalización de las y los vecinos de Lugano por ejercer el derecho a la protesta, el nulo tratamiento de la responsabilidad que le cabe a la empresa distribuidora de energía eléctrica, el ocultamiento del debate necesario acerca de la conveniencia o no de la administración privada de los servicios públicos, el aval a la represión injustificada y la complicidad con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y su línea política reaccionaria, según la cual desarrollar tareas políticas justifica el accionar de las fuerzas de seguridad.
Todo esto en el marco de un Gobierno cuyo Ministerio de Seguridad está vacante, debido a la licencia otorgada al ministro Marcel D´alessandro tras la filtración de los escandalosos diálogos que lo ligan -¡qué casualidad!- con los principales dirigentes el Grupo Clarín.
Como estudiantes, graduados y graduadas de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, entendemos que es imperioso dar estos debates hacia el interior de nuestra comunidad y fuera de la misma. En el contexto político que estamos atravesando, en el que avanzan y se cristalizan los discursos fascistas y antidemocráticos, defender una concepción pluralista, potente y participativa de la ciudadanía es un deber y una tarea impostergable.