Ezequiel Ipar: “Los espacios de derecha alientan a que crezca un clima de violencia política”
APU RADIO (FM La Patriada, domingos de 10 a 12) dialogó con Ezequiel Ipar, doctor en Ciencias Sociales y Filosofía e Investigador del CONICET, sobre fascismo, democracia y discursos de odio.
Agencia Paco Urondo: La semana pasada, Pablo Semán sostenía que hay una parte de la población argentina que quiere jugar por fuera de las reglas de la democracia ¿qué opinás al respecto?
Ezequiel Ipar: Desde el Laboratorio de Estudios sobre Democracia y Autoritarismo de la UNSAM venimos estudiando las ideologías antidemocráticas hace más de 10 años. Entonces, si me preguntarás por una periodización de cuándo se fragilizó el consenso democrático, esa fecha la pondría entre 2013 y 2015. Ahora estamos en otra fase. Por ejemplo, en 2013 hicimos una encuesta en la Ciudad de Buenos Aires, frente a criterios más o menos rigurosos de qué tiene que aceptar un individuo para tener derechos y obligaciones democráticas, te daba una aceptación en torno al 50%. Es decir, tenías otro 50% con distinto grado que ya tenía esta fragilización de la que ahora se está hablando. Esta fase es la de la legitimación de la violencia y no sólo eso, sino de los actos y crímenes de odio que tienen, en el caso del atentado contra Cristina Fernández de Kirchner, una motivación política, por lo que, el problema es aún más grave.
Agencia Paco Urondo: ¿Los discursos de odio están emparentados con la anti política? Es decir, ¿vienen acompañados de un descreimiento del sistema político y democrático?
E.I: Estamos de vuelta en otro pico de anti política. Hay una exasperación de esto que permitió que se extendiera y se intensificara el malestar y el agujero en la experiencia que creó la pandemia. Y por supuesto, el modo, en el que determinadas referencias sociales y políticas canalizaron e instrumentalizaron esos malestares. Si hoy tenemos este pico es porque hubo, de algún modo, un intento de llevar ahí a la sociedad.
APU: En una de las encuestas que realizaron desde el Laboratorio de Estudios sobre Democracia y Autoritarismo se desprende que los discursos de odio son menores en poblaciones con mayor nivel educativo. Siempre se piensa que estos discursos salen de los estratos sociales más bajos que no llegan a fin de mes: ¿esto es así?
E.I: Yo soy sociólogo y cualquier generalización va a ser compleja. Respecto al estudio que vos mencionás, lo que muestra es un sesgo, pero todos los niveles educativos tienen un volumen de discursos de odio dentro. Ni siquiera hay una asociación estadística entre esos dos fenómenos. Pero, este dato con el que te encontraste de que a mayor nivel educativo hay una menor predisposición de hacer articular este tipo de discursos, se condice con varios estudios internacionales y puede tener varias explicaciones. Te digo una metodológica, hay algo que tiene que ver con la espontaneidad con la que contestan las clases populares comparadas con las que tienen mayor nivel educativo. A veces, estas últimas contestan de un modo más mediado y menos auténtico por lo que puede haber una falencia en el instrumento. De todos modos, estos fenómenos los sacaría de cualquier materialismo vulgar de análisis de clases. Eso no explica prácticamente nada de este fenómeno.
APU: Entonces, ¿la vida diaria de cada uno, nuestra economía y los anhelos que no podemos cumplir no tienen que ver con esto?
E.I: Es una dimensión, pero fíjate que, a veces, puede atravesar todo, como por ejemplo el fenómeno de la precarización. Es decir, por el modo en el que me inserto en el mercado y la economía, mi vida es una desorganización permanente. Este fenómeno explica un poco el crecimiento de autoritarismo y de discursos de odio. Ahora, este fenómeno puede ser alguien con muy alta calificación o muy baja calificación, puede ser un programador que gana en dólares, pero tiene un contrato que vence cada 15 días o un repartidor a domicilio.
APU: ¿Podríamos decir que estos discursos tienen que ver con el grado de insatisfacción individual de las personas?
E.I: Sí, hay algo de eso que es el componente motivacional. La pandemia facilitó todo esto porque cualquier expectativa era desmentida, todos los deseos se volvían imposibles. Esa insoportabilidad algunos grupos políticos la instrumentalizaron, es decir, le dijeron a la sociedad lo que es insoportable es esta persona, este gobierno, esta orientación política. Y fueron eficaces en esa operación.
APU: Por lo que decís, podríamos decir que estos discursos de odio no parten de todo el espectro político sino solo en un sector.
E.I: Te puedo dar un dato que figura en un artículo que estamos por sacar ahora. En realidad, hay dos preguntas acá, la primera es si está en todos los espacios políticos e ideológicos y la respuesta es sí, pero la segunda pregunta, que es quizás la más importante, es si hay individuos que llegan a firmar estos mensajes tan violentos y discriminatorios... cuál es su volumen dentro de estos espacios y ahí si tenemos datos. El espacio que tiene menos volumen de individuos que adhieren a discursos de odio es el FIT con un 15%; después, está el Frente de Todos, con cerca del 18%. Pero cuando vas al otro lado del espectro ideológico, es decir, quienes se reconocen como de derecha, es del 45% y después le siguen los ex votantes de Juntos por el Cambio, con un 44%. El volumen de discursos de odio de cada espacio político es diferencial y quizás esta diferencia es la que implica determinadas decisiones estratégicas porque si dentro de mis simpatizantes los odiadores son una minoría, es una cosa, pero si son cerca de la mitad de los que me votan, quizás tomó otras decisiones en términos estratégicos.
APU: Si frente a este tipo de atentados como el que sufrió CFK, una parte de la oposición opta por el silencio por miedo a perder votantes, ¿podríamos decir que ese silencio de los dirigentes genera que los odiadores ganen lugar dentro de sus espacios políticos?
E.I: Los dirigentes también deciden no escucharlos en muchos otros temas. Por ejemplo, los votantes que están en la oposición hoy tienen muchas demandas de índole económico, pero se decide escucharlos especialmente en esta cuestión del discurso agresivo. Es decir, ¿por qué lo que triunfa en el diálogo con sus votantes es esta parte más extrema y radicalizada de violencia política? Por más que eso tenga cierto cálculo electoral es una política extremadamente irresponsable. De esta manera, alientan a que crezca un clima de violencia política. Si un diputado o dirigente habla de esa manera, ¿a qué horizonte del juego político te estás dirigiendo? A mí me parece inquietante tener una fuerza política que no se dé cuenta que tiene que desarmar algo de la intensidad de eso.
APU: ¿Qué rol ocupan los medios en estos discursos?
E.I: Los medios influyen, pero para este fenómeno actual pondría la lupa también en las redes sociales.
"Entre quienes se reconocen como de derecha, la aceptación de los discursos violentos llega al 45%"