Bahía Blanca: uno, dos, muchos poemas
Por Miguel Martínez Naón
El Festival de Poesía Latinoamericana nació en el 2011 y desde entonces fue creciendo, tanto en la calidad y en la organización, como en la cantidad de invitados. Esto ha permitido que en la ciudad se abra una ventana a los debates, a las tendencias, a los movimientos que se vienen dando en el ámbito de la poesía de toda la región y valora el poder pensarse como ciudad en una escala latinoamericana como una construcción colectiva.
“El festival es la condensación de un trabajo que se remonta desde hace 30 o 35 años atrás, desde la formación de agrupaciones anteriores a la dictadura; revistas que se hicieron después, todos los movimientos que se han dado en la ciudad en relación a la poesía desde el inicio de la democracia; y talleres y clases que se dictan en la universidad”Así lo expresó en el acto de apertura el escritor Sergio Raimondi, uno de los organizadores del evento y agrega:
“Bahía Blanca, que sigue siendo conocida en el país por razones no del todo amables, también está siendo reconocida como un espacio fundamental de la poesía”.
En el transcurso de esta edición los poetas visitaron escuelas y brindaron lecturas en espacios públicos, fueron recibidos en el Consulado de Chile, en la Universidad Nacional del Sur, en la Biblioteca Popular Rivadavia, en el Museo del Puerto, en Ferrowhite y en el espacio cultural “El pez dorado”.
Tal como anticipamos en una nota anterior, el Festival contó con el apoyo del departamento de Humanidades y la Secretaría de Cultura y Extensión de la Universidad Nacional del Sur.
Participaron activamente los poetas Tálata Rodríguez (Colombia), Anelise Freitas y Douglas Dieguez (Brasil), Paula Simonetti (Uruguay), Jorge Posada (México), los chilenos Marcelo Guajardo Thomas, Cristian Gomez y Jaime Pinos; los argentinos Romina Arena, Agustín Hernandorena, Francisco Garamona, Gerardo Jorge, Marina Kohon, Federico Leguizamón, Grabriela Luzzi, Matías Matarazzo, Sergio Antonio Pérez, Javier Eduardo Martínez Ramacciotti, Diego Rosake, Alejandra Saguí, Anabel Tellechea, y quien escribe esta nota.
Se contó con la presencia especial del poeta nacional Darío Cantón quien brindó lecturas y charlas durante todas las jornadas.
Al cierre del evento hubo música de la mano del Francisco Garamona y el poeta Alvaro Urrutia presentó su ciclo “Cuatro de Copas” un encuentro habitual en la ciudad que se realiza una vez por mes con algunos invitados de lujo como el poeta patagónico Cristian Aliaga y Meli Depetris.
La voz de los poetas
“Lo más trascendente es venir a un lugar donde comienza un movimiento muy fuerte , o por lo menos visto así desde México, es un gran comienzo” nos dice el poeta Jorge Posada, oriundo del estado de Morelos, México, quien no duda en expresar su gratitud hacia los poetas organizadores:
“Que en un solo encuentro estén poetas como Mario Ortiz, el negro Díaz, Raimondi…son tres voces muy distintas y que apuntan hacia lugares muy particulares, pero que finalmente dan una visión muy interesante, por lo menos para los mexicanos”
Por su parte el poeta chileno Jaime Pintos, rescata el carácter latinoamericano del festival, y considera “super necesarias estas instancias de contacto, de diálogo. Es fundamental también desde Chile tomar contacto con la poesía de Argentina. Hay un ambiente de camaradería, propicio al diálogo, al intercambio. Me parece un súper festival”
Nos cuenta que es la primera vez que viene, y que el próximo año volverá, al menos para escuchar:“Bahía Blanca es una ciudad con una potencia poética, que en Chile es bien conocida”.
Gabriela Luzzi (de Buenos Aires) oficia de poeta y editora. Se ha sumado a la feria con libros y plaquetas de su editorial “Paisanita Editora”. Nos cuenta que gracias a un crédito del ministerio de Desarrollo Social (durante el gobierno anterior) pudo editar los dos primeros libros, y así gracias a la venta de estos publicar más autores como Washington Cucurto, Alejandra Zina, Paula Brecciaroli, entre otros. También organiza junto a sus compañeros el concurso anual “Bernardo Kordon”, y este año recibieron más de doscientos libros.
Con respecto a la distribución de los libros dice que no resulta nada sencillo: “Nosotros nos unimos con 12 editoriales pequeñas, y nos organizamos para participar en todas las ferias del país”.
Darío Cantón
Darío Cantón es poeta y sociólogo, nació en el año 1928, es autor de los libros “la saga del peronismo” (1964), “Corrupción de la naranja” (1968), “Poemorio” (1968), “Poemas familiares” (1975), “Abecedario médico Cantón” (1979), entre otros.
Tal como señala el poeta Marcelo Díaz, quien se ocupó de presentarlo, a partir del año 75 y hasta el 79, Darío empieza a publicar un pliego de poesía titulado “asemal” (la mesa, al revés).
Ese libro reúne poemas de distintos libros con los que él venía trabajando y responde a una necesidad que es la de tener un contacto más inmediato con sus lectores, necesita saber qué opinan ellos.
Esos pliegos se enviaban por correo postal, primero a sus allegados, y después a los amigos de estos, a todo aquel que le pudiera interesar. Muchos de esos lectores respondían después, y así se lograba un intercambio de poemas y cartas. Una red de lecturas en un contexto hostil durante dictadura militar, que no frenó en ningún momento tan apasionante circulación.
Su obra ha sido reunida en la actualidad y editada en distintos tomos.
Poemas de los invitados
los precios de la carne no aparecen en el poema
no hay rimas sobre el incremento del gas
la cocinera con sus manos frágiles
los que duermen en las banquetas
los repartidores de pizza
el gesto ante las vallas de publicidad
la tristeza al tocar los cheques
la subcontratación
la venta de los órganos del hombre por el hombre
no caben
aclaran los jurados de las becas
sentencian los creadores nacionales
confirman los artistas en la presentación de sus libros
el poema
no huele
no se pudre
(Jorge Posada, México)
*
Armar el cuadro otra vez/ reconstruirlo
como si una fuerza extraña lo hubiera fracturado
como los evacuados como los exiliados
como los que incendiaban sus propias casas
como después de las guerras y de los desastres
y también como cosas más sutiles
como sobrevivirle al amor como después
de esos finales
como después de la muerte como después
de los padres
y después de los hijos
y también como cosas más sutiles
como cuando amanece
(Paula Simonetti, Uruguay)
Guillotina
Para que el corte
de papel
en los talleres de imprenta
alcanzara
la máxima precisión
se calibró la máquina
probándola muchas veces
con animales y personas.
(Darío Cantón, Buenos Aires)
Fuegos que la noche apaga
Al que canta mientras
se queman sus criaturas,
porque no lo sabe, porque no
siente el olor;
al que barre con la lengua
la alfombra de los dueños,
porque no puede, porque no
sabe si hay una técnica mejor;
al que se estira sin palabras
a pedir lo que no van a darle,
porque no entiende, porque no
quiere saber que no habrá;
al que enciende los fuegos
que la noche apaga,
porque aprecia la luz, porque no
olvida el calor que extravió.
Para esos escribo, que no
se detendrán a leer.
(Cristian Aliaga, Comodoro Rivadavia)