Bibliotecas populares abiertas: cultura popular, federal, diversa e inclusiva
AGENCIA PACO URONDO conversó con la delegada gremial de ATE Cultura Carolina Bianco en la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP). Se refirió a lo que significa la continuidad de la ley de fomento aprobada el 27 de octubre, que garantiza la prórroga durante 50 años de las asignaciones específicas para las industrias culturales.
APU: ¿Podrías contarnos un poco el sistema de trabajo de la CONABIP, a cuántas bibliotecas asisten de todo el país, cuál es el vínculo federal y cómo se consolida a partir de la continuidad de la ley de fomento?
Carolina Bianco: Las bibliotecas populares son asociaciones civiles autónomas centenarias creadas por la iniciativa y el esfuerzo de los vecinos de sus localidades o barrios, administradas y conducidas por comisiones directivas elegidas en asambleas de socios. Comisiones que trabajan en forma voluntaria sin recibir ningún sueldo. Están en cada barrio, ciudad en todo el país, por eso su carácter federal.
Estas instituciones de construcción colectiva ofrecen servicios y espacios de consulta, expresión y desarrollo de actividades culturales, de la lectura y del libro en forma amplia, libre y pluralista. También dan diversos talleres a toda su comunidad. Las bibliotecas populares significan, además, un lugar de encuentro, de lucha, solidaridad, debate, organización entre sus vecinos y vecinas.
La CONABIP es la Comisión Nacional Protectora de Bibliotecas Populares, creada por Sarmiento en 1870, un organismo que depende del Ministerio de Cultura de la Nación. Fomenta el fortalecimiento de las bibliotecas populares como organizaciones de la sociedad civil e impulsa su valoración pública como espacios físicos y sociales relevantes para el desarrollo comunitario y la construcción de ciudadanía.
CONABIP tiene como funciones orientar y ejecutar la política gubernamental, a través, de un modelo de gestión asociado, que favorezca la consolidación del carácter autónomo de este movimiento social único en el mundo que trabaja por el bien común
Hoy las bibliotecas populares reconocidas y protegidas por la CONABIP son 1200 instituciones que representan a más de 30 mil voluntarios y voluntarias que anónimamente trabajan a lo largo y a lo ancho de todo el país, 4 millones de usuarios y usuarias, 5 mil empleos, más de 20 millones de libros.
Con la aprobación de la prórroga hasta el 31 de diciembre de 2072 de la ley 27.432 se garantiza la distribución de recursos de manera federal y equitativa a todo el territorio nacional. Logrando así una cultura popular, federal, diversa e inclusiva.
“Con la aprobación de la prórroga hasta el 31 de diciembre de 2072 de la ley 27.432 se garantiza la distribución de recursos de manera federal y equitativa a todo el territorio nacional”.
APU: ¿Cómo se gestó desde la CONABIP la organización contra el desfinanciamiento de las bibliotecas populares?
C.B.: En 2017, con la sanción de la ley 27.432 se arrasó una política cultural, del libro, la lectura y las bibliotecas populares de casi 150 años de existencia y se le puso como fecha de inicio de ese desmantelamiento a diciembre de 2022. Alrededor del mes de abril de este año se empezaron a organizar distintos colectivos de la cultura que eran afectados por esta ley como ser INAMU, INCAA, INT, RTA, ENACOM, CONABIP y la Defensoría del Público.
Desde la CONABIP, como organismo, se empezó a informar a las bibliotecas populares de cómo se verían afectadas, algunas estaban al tanto de la situación otras no. Entre otras medidas se organizó un petitorio federal de firmas para ser solicitar en Diputados el tratamiento de la modificación de la ley (se juntaron más de 50.000 firmas), se compartió material para difundir en redes, se informó a las redes de bibliotecas lo que estaba sucediendo, se convocó y se solicitó el apoyo a distintos autores, escritores, personalidades de la cultura que conocen y apoyan el trabajo de las distintas bibliotecas a lo largo del país.
Como trabajadoras y trabajadores de la CONABIP, y con el apoyo de ATE Cultura, participamos, apoyamos y fomentamos todas las actividades del Organismo. Pudimos realizar volanteada en la Feria del Libro 2022 con texto que informaba y explicaba al público en general de esta situación, juntamos firmas en el petitorio, realizamos entrevistas en medios gráficos y radiales, participamos en el colectivo Unidxs por la Cultura (quienes desde el minuto cero se organizaron para pelear contra esta situación) además de la Comisión de Cultura del Congreso, movilizamos llevando nuestro reclamo allí en varias oportunidades, y cada uno de nosotras y nosotros militó, explicó y concientizó desde su puesto la necesidad de actuar en forma colectiva para lograr la modificación de esta ley para que se prorrogue por 50 años más.
APU: ¿Qué implicancias directas tenía la no aprobación de la ley?
C.B.: La entrada en vigencia de la ley 27.432 provocaba el recorte del presupuesto de la CONABIP e impactaba en forma directa en el desmantelamiento de las políticas que promueven el desarrollo y fortalecimiento de las más de 1200 bibliotecas populares argentinas. Este recorte significaba que muchas bibliotecas del país cerraran sus puertas, con todo lo que eso significaba en el barrio o comunidad a la que pertenecen.
El Estado nacional, a través de la CONABIP, entrega subsidios de distintos tipos a las bibliotecas populares registradas en la Comisión para que puedan funcionar y sostenerse. Subsidio anual de gastos corrientes con los cuales las bibliotecas pueden solventar gastos de funcionamiento habitual (alquiler, luz, agua, gastos diarios, sueldos de bibliotecarios/as, etc.); Subsidios Programa Libro% (posibilita un subsidio a las bibliotecas populares de todo el país a para asistir a adquirir material bibliográfico, de acuerdo a las necesidades de sus comunidades, al 50% de su valor de mercado en la Feria del Libro, además se cubren los gastos de viajes y hospedajes de dos miembros de la biblioteca); Subsidios Especiales para proyectos comunitarios, sociales y culturales (mejoras edilicias, equipamiento, promoción de derechos, promoción de la lectura, etc.) que llevan adelante las bibliotecas populares; Subsidio para el abono de Internet.
Además, se llevan adelante planes y programas diseñados, implementados y ejecutados por la CONABIP para dar respuestas a las necesidades de las bibliotecas como ser Inclusión digital, Capacitación, Información ciudadana, Tesoro, Bibliomóvil y compra de material bibliográfico el cual es enviado a cada biblioteca popular.
Con el recorte todos estos subsidios, planes y programas que detallamos no iban a llegar, y las bibliotecas populares iban a quedar a la deriva.