Damián Kuc: “Historias innecesarias” o el arte de la edición
Invoco este nombre, Damián Kuc, con la duda de si el lector lo conoce o no. Tendría que conocerlo, ya que sus videos tuvieron más de 18 millones de reproducciones. Es decir, yo tendría que haberlo conocido hace mucho tiempo, pero recién el año pasado y por casualidad llegué a él. ¿Qué realiza Kuc? No permite que nuestra memoria haga de las suyas y olvide lo que debería recordar. ¿Es videoarte? ¿Hace docuvideos? Kuc inventó un género artístico.
Gran parte de las decenas y decenas de sus videos son reconstrucciones de hechos que marcaron la historia reciente argentina. No puedo saber si están todos los hechos noticiables que produjimos, pero hay muchísimos, desde el caso de Ángeles Rawson hasta “El robo del siglo”, la muerte de María Soledad Morales, los hermanos Schoklender, el no resuelto asesinato de “Poli” Armentano, la masacre de Cromañón y así con muchísimos eventos que en su momento parecían inolvidables, y que al poco tiempo ya se los había tragado la cloaca mediática. Kuc los rescata de allí y los edita. Muchas de estas historias, si no todas, están ansiosas de convertirse en ficcionalizaciones, como varias de ellas ya lo hicieron (“El robo del siglo”, “El Ángel”, “El clan Puccio”, y varias más).
Ahora bien, que los edite no significa que los tergiverse o desee imponer su opinión personal, como suelen hacer los programas mediáticos. Kuc trata de ser lo más impersonal posible, y creo que lo logra. Los hechos “hablan” por sí mismos —los hechos que vemos acontecen tanto en la realidad como en la virtualidad de los medios. Esas imágenes que pueblan nuestro inconsciente colectivo (olvidadas, negadas) son ahora proyectadas desde la pantalla de la compu: constituyen movimientos tectónicos en nuestra psique. ¿Cómo no vamos a volvernos adictos a ellas?
Son videos que duran por lo general entre 20 y 30 minutos, y se subían a YouTube los domingos —en enero del 2023 dejó de subirlos, cansado ya del “género” que él mismo había inventado—. Kuc, vestido con un pijama muy monono, hace una introducción formal siempre más o menos parecidas: “Buenos días buenos tardes buenas noches sean todos ustedes bienvenidos a una nueva edición de Historias Innecesarias”.
¡Gran título! Son “historias” aunque casi ninguna vaya a aparecer en un libro de historia, pues forman parte del costado “infame” de ella, fueron fenómenos mediáticos. Fueron noticias. Y son innecesarias porque por lo general lo único que se aprende con ellas es que los seres humanos somos animales muy dañinos, de un lado del micrófono y del otro.
¿Es videoarte? ¿Hace docuvideos? Kuc inventó un género artístico.
A través de un extraordinario trabajo de archivo descomunal (uso adrede dos adjetivos no con ironía sino para resaltar la importancia de lo que hizo Kuc), nuestro ediartista reconstruye noticias, hechos emblemáticos de nuestra historia contemporánea —también viene realizando videos sobre otras temáticas, como la vida de los hongos o el prohibicionismo de algunas drogas, pero no llegan a organizar un sistema, como lo hacen aquellos. Las imágenes televisivas recuperadas de vaya a saber dónde a veces tienen su sonido original, pero gran parte del relato es la voz del narrador, neutra, aplomada e inflexible, la que repone datos o interpreta lo más objetivamente posible los hechos documentados. Su influjo, repito, es adictivo.
Lo primero que me pregunté fue cómo puede ser que todos esos hechos atroces que jalonan mi vida yo no los recuerde. No por nada simpatizo con filosofías del olvido. El olvido incluso es una forma de la memoria. Obvio, una vaga idea tenía de algunos de estos hechos tristemente famosos, pero de muchos otros, que significaron a veces masivas marchas de protesta pidiendo justicia, horas de informes, días y días de pantalla, los desconocía, no los recordaba. Quizás esto se deba a que nunca tuve televisión en mi casa —salvo raras excepciones, en las que mi psiquis terminó gritándole insultos a la pantalla.
Como sea, Kuc, un “artista” del archivo y la edición que despliega con increíble maestría (y aparentemente solo, ya que no hay “créditos” en sus “obras”) su arte, y que nos fascina desde el primer minuto y nos saca a pasear (o a entretenernos) llevándonos de visita a nuestro propio pasado mediático. Kuc remite a la realidad, pero lo hace reconstruyendo las noticias tal como estas se vivieron en su momento.
Si no lo conocen, no se lo pierdan. Les va a hacer recordar algo que olvidaron. Les va a hacer vivir algo que desconocen.