José María Rosa rockstar
Por Gabriela Margarita Canteros
Un cuerpo trabajado, un tipo de ropa siempre a la moda, una pipa en mano, una actitud juvenil e irreverente, acostumbrado a entablar polémicas escandalosas e inusuales, incitaba a la controversia solamente existiendo. Provocador por naturaleza, atrapó la atención de todos con sus palabras y se quedó allí, en el mensaje hacia las masas, adentrando a su corazón. No siguió convenciones ni normas establecidas, siempre estuvo más allá del código, vivió en su propio espacio (Sudestada) sin perder el vínculo con el pueblo. Vivió a la vanguardia de su época (“preveo gobiernos populares por lo tanto nacionalistas”, decía.), siempre pionero en temas oscuros.
La anterior descripción aplica a los grandes rockstars, pero para los que lo conocieron o leen sus libros y su biografía, es totalmente aplicable a José María Rosa. Él fue un adelantado, un precursor y un popular orador de la historia argentina como nunca antes te la habían contado. Gozó de la popularidad de un rockstar. Todos querían invitarle un café, escucharlo por largas horas; incluso fue afamado y perseguido por cuantas mujeres escuchaban sus parlamentos. Estuvo en los momentos en que la historia lo necesitó y casi como mandato se fue cuando empezaba a madurar de nuevo la democracia.
Fue historiador, periodista y abogado. Gozaba de un carisma excepcional que le trajo, incluso, una tumultuosa vida romántica. Pero su principal activo era el de repreguntar, repensar, poner en duda todo lo que estaba consolidado, dudar de todo. Primero, con una mirada más juvenil en su obra Más allá del código. Luego, su sagaz mirada impulsará el proyecto de ley para proclamar el Día de la Soberanía Nacional el 20 de noviembre, recordando la gesta de la Vuelta de Obligado, que la historia oficial había dejado en el olvido para imponer la imagen de Rosas como el tirano. Rosas, cabe decirlo, sería el objeto de estudio de José María Rosa, su tema, casi su obsesión.
Su labor, sin embargo, no solo fue académica, sino que se involucró políticamente con su país desde ese primer 17 de octubre, siguiendo a la multitud, a la muchedumbre, al pueblo, para fundirse con él, para ser parte de él, y también para ser su voz, la voz de los que no tienen voz. Entre otras cosas, fue diplomático durante el gobierno de Perón, fue juez, aunque su mayor militancia siempre estuvo puesta en la docencia y la escritura.
“La dictadura terminó, José María Rosa se murió”, dice Enrique Manson en su biografía (1), pero no lo olvidamos: este mes de agosto, como cada 20 de agosto, celebramos su cumpleaños, porque JMR no nos legó su muerte, nos legó su vida, su obra, su comprensión a ese pueblo con el que se fundió para ser uno. JMR dijo alguna vez: "no creí que para enseñar historia había que hablar feo y difícil" (2), lo que me recuerda las prédicas de un joven Ministro de Economía.
Con la magia con que irrumpió en nuestras vidas, también se fue, pero de él nos queda todo. Nos queda su historia, por ello este mes la Biblioteca y Centro Documental que lleva su nombre dedicará cada día a recordar sus textos, su labor y su lucha. Con publicaciones periódicas sobre sus textos y una charla panel que se realizara el 20 de agosto en el Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Manuel Dorrego, a cargo de sus miembros: el profesor Enrique Manson —biógrafo del historiador—, el periodista Pablo Hernández —conocido por su obra Conversaciones con José María Rosa— y el heredero de su obra, quien está encargado de reeditarla, con el apoyo de la Universidad de Lanús, el Sr. Eduardo Rosa, quien guarda frescos en su memoria los vívidos recuerdos de su padre y que siempre está dispuesto a compartir cada una de sus anécdotas.
Si viviera, hubiese odiado el uso de extranjerismos, especialmente ingleses para describirlo, y tal vez hubiera repudiado este artículo en el cual es ensalzado. Pero Pepe no está y nos tomamos esta licencia con especial admiración.
(1) Manson, Enrique, José María Rosa, El historiador del pueblo, Editorial Fabro, 2007.
(2) Hernández, Pablo, Conversaciones con José María Rosa, reed., Editorial Fabro, 2014.