Mad Professor regó de dub el barrio de Constitución
Fue el pasado sábado 7 de diciembre en “La Siesta del Fauno”, sala ubicada en Santiago del Estero 2065. La organización y producción estuvo a cargo de Dub Natty Sessions y Laurel Récords. Mientras que la amplificación y ambientación, fue una intervención de Libertad Sound System*.
Advertencia: Voy y vengo entre presente y pasado, una manera de alternar y jugar a través de los tiempos verbales para una mejor vibración. Como decía el personaje de Fabio Alberti “el gallego” de Cha Cha Cha… “porque me place”.
Cae la tarde en Constitución, cuna de pasadizos de empedrado con espectros caídos en el peor abismo visto en años. Un Walking Dead que empeora día a día por la política que reina desde hace un año. Según reza el flyer de Instagram de Libertad Sound System, Mad Professor, ícono del dub mundial y la música electrónica experimental -discípulo de Lee Scratch Perry-, se presentará en un reducto que precisamente no se levanta en Palermo. La advertencia ya estaba hecha de antemano.
Llegamos con el Ruso -mi compañero de emociones del pago y en la ciudad de la furia también- súper puntuales. Nos recibe un portón negro bien alto. Somos no más de siete personas esperando entrar, todos sub 40. Por eso la puntualidad, una boludez que te hace pensar que existe la posibilidad de que el artista pueda comenzar el show a la hora del horario estipulado. ¡Mal cálculo! 4hs y media de “dorapa” y las gambas que pesan bocha, y el oriundo de la Guyana Británica radicado en Inglaterra que no llega más. Todo sucede en una casona con un pasillo larguísimo, fabril. Pero a base de dub y algunas pociones mágicas, logramos aguantar.
Cabe resaltar que la antesala estuvo comandada por selectors (DJ, en la jerga jamaiquina) y singjays (cantantes que improvisan) locales que la rompieron toda en clave sampler, improvisación y mezclas, sobre los mejores clásicos del reggae en formato vinilo. Párrafo aparte para el clip en loop que se vio proyectado en la pantalla con fragmentos de Rockers, peli jamaiquina de finales de los años 70 que muestra cómo el reggae tuvo que defenderse de las productoras yanquis, frente al avance de la música disco. Y que contextualiza muy bien la Jamaica de aquellos años, a través de un mensaje de lucha y resistencia desde los ghettos productores y autogestivos de esa cultura.
¡Al fin la explosión llegó! 23 horas, se abre el portón negro. A lo lejos se ve la silueta del profesor que se acerca lento y se mete por una puerta lindera al reducto, donde lo esperan unas 120 personas extasiadas -nunca fui bueno calculando- que rodean todo un dispositivo con bandejas, un teclado, un sound system zarpado y mil controles espaciales que pondrán las cosas en su lugar.
23:40 horas. Se abre otra puerta de la que cuelga una bandera con los colores rastafaris y el león de Judea, de la pantalla aparece la inscripción “Mad Professor”: la liturgia aumenta, el ambiente se eleva aún más. Se vislumbra en los cuerpos, en las mentes viajeras, una experiencia única. La casona de Constitución es puro éxtasis, pero a metros de ahí la muerte viviente se acomoda en colchones llenos de mierda. Un contexto que no se puede obviar, un grotesco total, cómo la porción de pizza a 3 lucas. ¡Un Ugi's URGENTE a la derecha por favor!
Pero volvamos a Mad Professor y su dub power. Un show de dos horas ininterrumpidas, un set a pura artillería desplegada por este pulpo que tiró pinceladas reggae, dub, roots, las cuales rebotaron en el sistema de sonido que, por momentos, te arrancaban los tímpanos de cuajo. Y no nos olvidemos de las caricias al teclado rojo que estaba debajo de toda la parafernalia de cuestiones giratorias… ¡Un massive attack cerebral increíble!
Al promediar la mitad del show, en un rapto por tomar un poco de aire, me escapé de las cuatro paredes humeantes, calurosas, y me fui al pasillo donde googleé la edad del profesor en mí teléfono. 69 años arrojó el dios de la internet, la edad de mi viejo, un aguante terrible, una sonrisa hermosa en el rostro de un tipo que se hizo amigo muy pronto de la argentinidad al palo.
Y pensar que el sound system es una experiencia que nació en Jamaica en los años 40, como fiesta callejera para amplificar toda la música local que las radios conservadoras no dejaban sonar. A metros de donde estábamos, la fiesta no existía, y no va a existir mañana, ni pasado. Y si traemos nuevamente la película Rockers con sus jóvenes rudeboys, orilleros de barrio, de ghetto, nos daremos cuenta que hubiera sido digno trasladar la fiesta a la calle, ahí nomás donde el barro se subleva, donde la muerte acecha, dónde no se come y, por ende, no se puede pensar.
En medio de la algarabía, se me apareció una escena del final del film producido por Theodoros Bafaloukos, en el que todas aquellas figuras populares del reggae, entre ellos Leroy Wallace, Burning Spear, Gregory Isaacs, Big Youth, Dillinger y Jacob Miller (sí, te estoy spoileando), entran en las casas de los poderosos dueños de las disqueras estadounidenses radicadas en Kingston y se llevan en camiones y camionetas toda clase de muebles, heladeras, bicicletas, camas y lo que se te ocurra, con el objetivo de repartirlo en el ghetto ¡El mito de Robin Hood a flor de piel!
Ví, palpé esa imagen de Hood proyectada en la sala, e imaginé que el sound system podría mudarse a la calle para curar por un rato las heridas de aquellos que el peor capitalismo les ha robado su dignidad, su humanidad.
Ah, se me olvidaba profundizar sobre el lineup de la noche, que fue un lujazo.. La sesión musical estuvo a cargo de los selectores Day Soria y Nacho Flotta, con una amplia selección en vinilo y producciones propias. Al toque le siguió Selector Conciencia con una mezcla en vivo que allanó el camino a Johan Dub Natty Session, quien también mezcló algunos temas más.
Estuvimos ahí… y como dice la banda platense Norma rock 2 tonos: “para uno estar bien, otros sufrirán (...)”. Y eso no puede seguir pasando.
Extradata
*Libertad Sound System es un proyecto que encaran Nacho Flotta y Day Soria, socios en la producción y en la vida también. Una cooperativa que nació desde el amor, con el objetivo de amplificar el sonido y la vibración del reggae a través de la experiencia callejera. Y del amor posta, porque esta gente armó su propio sistema de sonido con todos esos parlantes apilados uno encima del otro. Tuvieron que viajar y estudiar para brindar semejante puesta este suelo y cultura. Cuentan con un arsenal armado por ellos mismos, compuesto de cuatro scoops y dos kicks de 18”, dos mids de 12, un driver de 3, cuatro tweeters, una potencia, una bandeja de vinilos, un reproductor de CD, un sampler, efectos y filtros y zas…
*Cómo datazo extra de la noche, la singjay @vickycornejomusica se metió a improvisar con “Regtest” arriba de una base reggae, lo que terminó de transformar la experiencia en esa bola gigante de la que habla Luca Prodan en su canción.
*Movimiento Tribal es el álbum que Libertad Sound System grabó junto a Mad Professor y mezcló en los mismísimos Estudios Ariwa en Londres.