Nuevo libro sobre Los Piojos: historia de un ritual con tradición rockera
Jorge Núñez es investigador, historiador y autor de Los Piojos. Una historia documentada. Tomo 1 Origen, consolidación y masividad 1986-1997, trabajo que recorre los comienzos y el período de más popularidad de la banda nacida en El Palomar. Consultado por AGENCIA PACO URONDO, el escritor se manifestó acerca del carácter federal que desde los inicios tuvieron Los Piojos, la figura de Andrés Ciro Martínez y de cómo fue el tratamiento de la prensa para con uno de los grupos más trascendentales de la cultura rock argentina. “Cuando revisé los suplementos, la primera vez que encontré algo, tres líneas, fue cuando ellos viajaron a Francia, un hecho bisagra en la historia de Los Piojos”.
APU: ¿Por qué un libro sobre Los Piojos y cómo lo fuiste construyendo?
Jorge Núñez: Porque soy oriundo de El Palomar, lugar al cual vuelvo muy seguido. La idea inicial de este libro es del 2018, previa a la pandemia, y era hacer una biografía de Andrés Ciro Martínez. Creo que el merece una, ya que no hay. Empecé por ahí, soy muy asiduo (por una cuestión académica) a ir a las bibliotecas y hemerotecas, en ese tiempo estaba trabajando sobre historias de las prisiones en Argentina. En un momento paré un poco con ese tema y empecé a pedir revistas culturales y de rock de fines de los ’80. Cerdos y Peces, El Porteño, Semanario Rock, el suplemento Si del diario Clarín. El material que hay en la Biblioteca Nacional es buenísimo y empecé a juntarlo sin un proyecto muy pensado.
Comencé buscando cosas desde enero de 1989, que es cuando ingresa Andrés, oficialmente, a Los Piojos; y llegué hasta fines del ‘97, época consagratoria con Tercer Arco (1996). Con la masividad, empiezan las noticias falsas, y las opiniones malintencionadas de parte de la prensa, juzgando si están bien o mal los pasos que la banda va dando. Por lo cual, los músicos se repliegan un poco y prácticamente no tocan en Capital Federal, ese año. Hecho que me pareció pertinente para poner un corte.
APU: Teniendo en cuenta que el grupo ya existía ¿Por qué creés que la historia oficial comienza con la llegada de Andrés Ciro Martínez?
J.N.: La verdad que antes de Ciro, Los Piojos tocaron tres o cuatro veces, haciendo algunos covers y poco más. El primer cantante se ofendió cuando puse eso en el libro, pero es mi percepción. No creo en la objetividad, sino en la honestidad intelectual. Andrés tiene unos pocos años más que los otros y ya sabía lo era tener que salir a ganarse el pan. Él estudiaba teatro, venía actuando en el Centro Cultural Ricardo Rojas y era quién decidía las escenografías, haciendo el laburo previo a cada concierto. Por eso, el periodo anterior a la llegada del cantante, se trataba de un grupo de adolescentes que se juntaban a tocar, cada tanto. Pablo Guerra, guitarrista de la primera etapa (hoy Caballeros de la Quema), suele decir que Ciro, en vivo, tenía un carisma aplastante.
APU: Otros libros que existen sobre Los Piojos están montados sólo en entrevistas y sueltos periodísticos; en cambio, aquí hay un trabajo de investigación y hallazgo de documentación notable.
J.N.: A mi libro le puse Los Piojos, una historia documentada porque. al mismo tiempo que iba acopiando material muy lentamente, empecé a leer bibliografías de rock, buscando sobre el tema. Y me pasaba que, en general, repetían todos el mismo cuentito: la etapa previa, el ingreso de Ciro, el viaje a Villa Gesell, el otro a Francia, como mojones. Y los libros que hablaban sobre Los Piojos, específicamente, estaban hechos con cuatro o cinco entrevistas, literalmente. Yo quería hacer otra cosa, más exhaustiva, fundamentada, mi palo es el de historiador, me gustan los archivos, descubrir fuentes, cosas que otra gente no hace. En ese camino encontré el legajo de la extinta SEGBA (Servicios eléctricos del Gran Buenos Aires) de Ciro, donde trabajó dos meses, o un informe de Inteligencia de la Policía Bonaerense sobre bandas de rock. Por eso no intenté entrevistar, en este primer trabajo. Si después hay tiempo para la parte dos, me gustaría ver cómo hago para incorporar el testimonio de ellos.
APU: ¿Cuál fue el primer registro que pudiste encontrar en medios escritos sobre el grupo?
J.N.: Cuando revisé los suplementos, la primera vez que encontré algo, tres líneas, fue cuando ellos viajaron a Francia, un hecho bisagra en la historia de Los Piojos. De hecho, el baterista Dani Buira, dice que su pasión por la música afro la descubrió en ese viaje. Una vez que terminé de trabajar con el Sí, comencé a hacerlo con el No, de Página 12, que empezó a salir en marzo del ‘92. Fue un acierto, porque le dio bola mucho más tempranamente que el suple de Clarín que recién se empezó a ocupar de la banda cuando hicieron tres teatro Arpegios, viernes, sábado y domingo, porque ya no podés tapar el sol con las manos. En cambio, en el No empiezo a encontrar primero notas, entrevistas, a Ciro votando en las encuestas anuales, etcétera.
APU: De todos modos hay que decir que nunca tuvieron un vínculo muy fluido, sobre todo con la prensa escrita.
J.N.: Si bien vemos que Los Piojos tocaron por 20 años, llenaron estadios, sacaron un montón de discos y fueron muy famosos, había que plantarse en sus comienzos, que venga el Sí, de Clarín te diga “hagamos una nota” y ellos no quieran. No sé si desde el diario le pedían algo a cambio, como dinero, para aparecer en sus páginas u otro tipo de favores, no me quiero meter en algo que no conozco. Aparecían un montón de otros números en la sección Bandas nuevas y Los Piojos nunca estaban. Lo que demostró ese bajo perfil del grupo que intentaron cultivar desde siempre que, me parece, fue impulsado por Andrés Ciro.
APU: En la tapa de Los Piojos. Una historia documentada. Tomo 1 Origen, consolidación y masividad 1986-1997, domina el color amarillo que remite indefectiblemente a Tercer arco, junto a una foto maravillosa tomada por Nora Lezano de la banda y su otra gran pasión, el fútbol.
J.N.: Es verdad, y parece que eran muy buenos jugando al fútbol. A Micky Rodríguez, el bajista, algunas crónicas lo describen con habilidades cuasi maradonianas. Eran refutboleros. Una de los anécdotas que pongo en el texto es que ellos, cuando tocaron en General Villegas, al encargado municipal de llevarlos le preguntaron (antes de cerrar lo concerniente al show) si había una canchita cerca del lugar donde se iban a presentar, para poder jugar a la pelota (risas).
APU: Otra característica de la banda de El Palomar fue su carácter federal, Siendo por aquellos años, junto a Los Redondos, los grupos que más tocaron por fuera de Buenos Aires.
J.N.: Desde el ’92, Los Piojos empiezan a hacer giras federales en micro, recorriendo ciudades y pueblos. Bahía Blanca, Mar del Plata, Comodoro Rivadavia. denominada la capital piojosa por el fanatismo de su gente, etc. Si bien no me atrevería a afirmar lo que vos decís, porque no soy un especialista en rock, tal vez sólo Los Redondos tenían ese carácter federal. De hecho, me han comprado el libro gente de todas partes del país. Siguiendo con Los Redonditos de Ricota, puedo decir que en esas encuestas anuales que se hacían en los suplementos de Clarín y Página 12, el Indio Solari y Skay Beilinson los votaron a comienzos de los ’90 como banda revelación. Es más, es sabido que Los Piojos tomaron como legado de Patricio Rey, el perfil bajo y no transar con las compañías discográficas.
APU: ¿Obtuviste algún tipo de devolución de los integrantes del grupo sobre tu trabajo?
J.N: Antes que salga el libro, se lo envié a cada uno de los miembros de la banda. A Pocho Roca, manager histórico de Los Piojos, quien me dijo que está muy bien. A Ciro se lo dejé en su productora y le pareció muy completo, Dani Buira me comentó que había cosas que él consideraba que no eran así, que de todos modos es un laburo muy bueno y de lo que hay escrito sobre el grupo, es lo mejor, lo recomienda. Es más, me propuso que cuando quiera nos juntemos y me cuente otras cosas. Con respecto a Micky, se lo mandé a Córdoba donde vive y, al parecer por algunos comentarios que me llegaron, le gustó mucho. A Pity Fernández se lo hice llegar a Caseros, pero nunca obtuve respuesta. Es un trabajo honesto, en el cual intenté hacer lo mejor que pude, con las herramientas que tuve.