Presentación de Denuncia en llamas y otras manifestaciones de Lucio Albirosa
El autor Lucio Albirosa presenta su libro Denuncia en llamas y otras manifestaciones. Lo hará en el marco de la feria del libro junto al artista plástico Andrés Casciani. Ambos expondran parte de su obra dedicada a Santiago Maldonado. Aquí algunos fragmentos del libro.
PRÓLOGO
Denuncia en llamas y otras manifestaciones empieza situado en la urdimbre de la poética de la carne viva. Y dice, Lucio: “El sitio que habita la vida es éste donde vives, te viven y te llevan; este lugar donde el lenguaje es movimiento pasajero de generaciones sin edad que no esperan futuros por falta del presente propicio; aquí sobrevivimos a revolución y poesía”. No pide nada el poeta, solo canta su denuncia en medio de un fuego que lame las espaldas de los desahuciados que no solo no llegan a los pisos altos de los edificios. Entonces, denuncia en llamas, revolución y poesía.
No esperes nada, aquí se vive en transformación permanente, de la manada estoica y dulce que no deja escapar a una presa porque si la detectan la prenden fuego los verdugos. Situado poeta, situada poesía. “El pibe de la esquina viste marcas extranjeras, no leyó el Martín Fierro en la primaria, no escuchó jamás a Atahualpa Yupanqui. Le impusieron un idioma obligatorio y sus problemas se cancelaron por completo al presionar un gatillo de Smith & Wesson nueve milímetros” -dice, en otro tramo del poema largo denunciante.
Como un canto general, o un poema sin fin, Lucio recorre la denuncia inflamada; lo social y los pibes, los gabinetes caligaris para la redada y los disparos, de uno y de otro lado. Entre las balas Lucio escribe su denuncia en llamas, y otras manifestaciones, que vienen a conjurar heridas saladas. Las cicatrices pueden verse.
No hay más tiempo para la palabra futuro.
Marcelo Padilla
I
El sitio que habita la vida es éste
donde vives, te viven y te llevan;
este lugar donde el lenguaje es
movimiento pasajero de generaciones sin edad
que no esperan futuros por falta
del presente propicio;
aquí sobrevivimos a revolución y poesía.
II
Tanto andar para ver desde cerca
el frío de las inconciencias de norte a sur
y sin embargo la espalda terrenal
de las masas es la misma
aquí al lado o allá en la lejanía.
Demasiado esquema sin resolver
destapa desinterés por la matemática
de un mundo sujeto a máquinas;
máquinas de tiempo;
máquinas de crecimiento industrial;
máquinas de avance tecnológico,
máquinas de cine manipulador,
máquinas de lavado cerebral,
máquinas de tortura y más.
Los buenos, pero pobres, tras
un paredón clasicista separando
a la elite del proletariado.
Todos quieren subir, todos avanzan,
se pisan, se mastican, se devoran.
se matan con o sin razón.
A veces aquí la vida poco importa
y la furia también es guerra ávida.
Entre tanta carne despedazada y pólvora
la paz espera su turno indefinido de tratamiento.
III
Estos rostros de desigualdad,
este gastado ropaje,
esta ala quebrada en vuelo,
estas telas de miserias
tejidas por arañas y arañones
de señores sombríos.
Esta sombra fingiendo calma,
este supermercado de grandes ofertas,
de precios promocionales,
de pobreza humana imanada
instalada en luminosos carteles
y en la sensación de portadas
de los diarios escribidores de ceniza
o en el borrador de sociólogos,
matemáticos y marquetinistas oscuros
blanqueando títulos para el show
de la carcajada dolida y los noticieros.
IV
También el oprobio se gesta en recintos
entre cardúmenes, en cámaras altas y bajas
o en el rodaje de caballos de plomo y torpezas;
decretos, leyes, ordenanzas y desestructuradas
aprobaciones: lo bien sabido por todos,
mientras continúa el carnaval y las máscaras
vendedoras de mentira a costo gratuito.
Los menos cavan pozos antes de ser
alcanzados por la daga cotidiana
o las balas finales del exterminio.
V
Están los otros, los que llegan de afuera
con permiso autorizado para todo.
Bendicen el suelo y el surco,
siembran, no sudan, socavan el fruto,
aquí nada habrá de quedar, ni las gracias.
Socavan, sacuden y todo simplifican.
Nos roban las hojas de identidad.
Nos están robando las flores crecientes.
VI
El pibe de la esquina usa gorra al costado;
escucha hip hop, electrónica, dance;
se ríe de todo y todos, el ácido lo devora.
El pibe de la esquina viste marcas extranjeras,
no leyó el Martín Fierro en la primaria,
no escuchó jamás a Atahualpa Yupanqui.
Le impusieron un idioma obligatorio
y sus problemas se cancelaron por completo
al presionar un gatillo de Smith & Wesson
nueve milímetros.
VII
El antiquísimo sueño de la dicha duerme
en paredes de barro, barrios y villas
cegadas de tempestades y necesidades
hechizadas por gusto amargo, total;
el ojo ciego de la injusticia jamás llora.
Los desocupados no estudiaron estadística
ni economía,
no hay puente ni camino al sol de la mañana;
hay horneros construyendo labores
sin digna remuneración;
hay ciudades enfermas de protestas cotidianas,
hay un olvido prematuro en el viento,
hay una patria demasiado castigada.
VIII
Nos habita un germinal silencio
de peces moribundos en río sin cauces
ni afluentes satisfactorios,
no hay piedad con los buscas
en las cifras de la bolsa.
Hay un oído sordo a las quejas,
no hay clínica ni medicina
que atienda la entraña dolida del pueblo.
Nadie es hijo del azar en el gremio de los más,
todo fue planificado en mesa de dioses
y banquetes elegidos por conveniencia ajena.
No hay llave que abra pórticos de oculto oro.
SANTIAGO…
Era nómade
Se lo llevaron
Fue viento con su libertad total
Se lo llevaron
Era un tatuaje de paz
Se lo llevaron
Era enemigo de las injusticias
Se lo llevaron
Era amigo de la amistad
Se lo llevaron
Destruyó prejuicios, estereotipos,
modelos, formas y normas
Se lo llevaron
Alguna vez escribió poesías
Se lo llevaron
Sabía que en la tierra estaba el cielo y el infierno
Se lo llevaron
Quiso que tu vida sea un arco iris y un tornado
Se lo llevaron
Forzada y cobardemente se lo llevaron
Tenía nombre, apellido, un corazón y muchos sueños…
Quiero que alguien me diga
¿Dónde está Santiago Maldonado?
Algunos comentarios del libro
“La poesía es un arma cargada de futuro”, dijo Celaya.
Cuando él lo escribió, en ese pasado cargado de tumultuosas verdades, no creo que haya imaginado que Albirosa le iba a tomar la palabra y se iba poner a derribar muros a pura belleza. Justo en estos tiempos en lo que es tan poco correcto escribirle al pueblo si es que el poeta quiere ser mimado por la Señora Costumbre, como llamaba Cortázar al franeleo del Poder.
Albirosa, el Lucio, es un trabajador de la estética y un militante de la ética. Lo demás es lo de menos.
Apenas una sugerencia, no consejo: lleve este libro en su mochila, es un instrumento de amor. Por el Otro, por la Otra y, de paso, quizá le sirva para iniciar un romance. ¿Qué más se puede pedir de un poeta en estos días de oprobio?”.
Julio Rudman (Mendoza)
Periodista cultural
Ante la voracidad del desamparo
y los menesteres del extravío,
la leña del nosotros
para encender destinos
entre preñeces de viaje
que inicia con hechura de sin fin,
viaje tan latido de libro,
esa hondura del fuego,
aquí proclama volcánica
lanzando a vuelo lo que perdura.
Esta lumbre libro
es carta de los relámpagos
que atizan desde el barro
a la página con la compañía de la muerte
en lo cotidiano que mata
y ante anclajes de silencios,
síntesis del olvido.
Este libro es asombro en llamas,
alumbramiento de la Andinia,
horada su palabra incendiando
en el medio de la calle
el rumbo de la mentira
a pura “suerte de estrella”.
Nora Bruccoleri (Mendoza)
Escritora mendocina
“…Aun así, la poesía tiene que ser fiel a nuestros pensamientos y si ese pensamiento, ese desvelo, está con el pueblo, pues necesariamente tendrá que reflejarlo, pésele a quien le pese…”
Geovannys Manso Sendán (Cuba)
Premio de Poesía Juan Ramón Jiménez 2015
Mención Premio Casa de las Américas 2011
“Poder describir una realidad tan humana como veraz, aunque a tal contrariedad nos remita Lucio Albirosa, surge de esa observación poética, no desde un sentido escritural sino literario, poderoso, de transformación; en este caso de contenido social. El autor sirve ante el lector un plato de agonía acompañado de resiliencia al dente y un buen trago de desazón poética que permite al lector salir bien satisfecho”.
Gilda Sandiano (Paraguay)
Dra. en Gestión Educacional y catedrática.
Universidad Nacional de Itapúa, Paraguay.
“En su lirica Lucio le da voz a los nadie, a quienes son invisibles para los indolentes e incapaces de ver más allá de los ojos.
Su poesía social, revolucionaria, crítica, es un testimonio del nuevo milenio en Latinoamérica”.
Marcos Rodríguez Leija (México)
Poeta y músico
Premio Nacional de Periodismo Mexicano 2000-2001
“El poeta debe nutrirse de la realidad social, involucrarse en ella y ser capaz de abandonar el ego. Cualquier lugar donde se desarrolle el poeta, es una trinchera de combate, porque por todas partes hay decadencia. Estamos viviendo en los límites de lo aceptable y muy cerca del inicio de una revolución planetaria. Es ahí donde el poeta posmoderno tiene un rol determinante que jugar. Lucio está jugando”.
Luis Arias Manso (Chile)
Secretario General del Movimiento Poetas del Mundo
“El poeta es uno de los llamados a utilizar el arma más infranqueable y memorable de todas; la palabra, y más cuando provenimos de países donde, literariamente, ninguna generación viva ha gozado de la paz. La guerra es el punto donde se explota más certeramente la voracidad de la condición humana y es el poeta quien cuenta la historia sensible de los pueblos; la identidad, la dignidad y el vicio social que no debe repetirse. De tal modo, la poesía es un panfleto en llamas, y cantores como Lucio Albirosa nos invitan a incendiar la voz”.
Manuel Felipe Álvarez-Galeano (Colombia)
Filólogo hispanista,
Prof. Comunicacional Universidad de Antioquia.
“Lucio es un poeta extraño. No porque no hubiese poetas que denunciaran a los corruptos, o porque tuviesen sentido social.
Lucio es un poeta extraño porque a su poética le suma la lírica del compromiso. Y eso señores, no es poca cosa”.
Ramiro Padilla Atondo (México)
Periodista de Diario El Vigía, Mx
“La diferencia del que camina al que anda es tan desigual como la riqueza y la pobreza. Los poetas como Lucio Albirosa agudizan su ojo solidario y pueden en una síntesis poética pintar la realidad social a través de la palabra. La poesía de Lucio, faro esperanzador de la ceguera cultural digitada, pone de manifiesto un avasallante operativo contrapopular en la enseñanza. Este libro nos enseña a sobrevivir a través de la poesía y abrigarnos por medio de su denuncia en llamas”.
Hector Minutillo (Bs As)
Poeta y actor