Teatro: “La vida extraordinaria”, el Big Bang y la muerte
Mediante un texto que pareciera ser leído como una novela, con dramaturgia y dirección de Mariano Tenconi Blanco, y protagonizada por Lorena Vega y Valeria Lois, La vida extraordinaria llega para sensibilizarlo todo. La vida ordinaria de dos amigas puede ser la de cualquiera pero no obstante extraordinaria. En este caso, la historia de Aurora y Blanca. Dos mujeres inseparables, oriundas de Ushuaia, que se acompañan en cada uno de sus paseos y aventuras.
Uno de los temas que atraviesa la obra está relacionado con el origen del mundo. Algunos creen que fue el agua; otros que el proceso pudo haber llevado millones y millones de años. Hay quienes se apoyan en el origen extraterrestre como la explicación a semejante creación. Otros creen en Dios como fuerza divina y creadora. Sin embargo, La vida extraordinaria no se propone dar una teoría acerca de esto, sino cómo desde entonces la vida está repleta de muerte. Cada segundo.
La premisa ineludible de esta pieza teatral es que todo está lleno de vida y de muerte. También de sensibilidad y fragilidad. Casi como la fragilidad de la nieve que cae en Ushuaia, la obra pone sobre la mesa lo etéreo que es cada momento, y por momentos, cada vínculo en esta vida. Tal vez por eso conmueven tanto las aventuras de estas amigas, sus desamores, corazones rotos y miedos.
La actuación de ambas es sublime y el escenario está repleto de magia: poesía, diarios íntimos, cartas, radioteatro, filosofía, diálogos, bailes y la imponente voz en off de Cecilia Roth.
“Tener una vida es un milagro. Existir. Cada momento trascendente y cada momento insignificante”.
Y en medio del despliegue poético suceden los eventos más dulces pero también los más drásticos de la vida. Un homenaje a la literatura argentina, a la existencia, al amor, al cine, y a tantas otras cuestiones más.
Pero Aurora y Blanca siempre están juntas. Sufriendo las pérdidas, los dolores, alegrándose de sus alegrías, y en la búsqueda de su sexualidad pero también de alguna explicación que justifique la muerte –si es que la hay–. En eso, lxs expectadorxs, sumergidxs en esa ficción, comparten y sienten al unísono, y mientras tanto se encuentran al resguardo de la muerte, del fin, pero nunca de la vida.
La vida extraordinaria se presenta en el teatro Picadero, Pasaje Enrique Santos Discépolo 1857, CABA, los domingos a las 21 horas.
*Por decisión de la autora, el artículo contiene lenguaje inclusivo.