Tres documentales para ver en clave poética
El paisaje como escenografía del poema, la materia prima de la mano de la contemplación, la vida atravesada por el movimiento, por los cambios sociales, por la transformación personal. La naturaleza, un ancla; la mirada, una brújula. ¿Dónde está el poema? ¿Qué habita en el interior del poeta?
Dudo si existen las respuestas, pero si posibles revelaciones en la voz del poeta. Estos documentales toman distintos aspectos para construir el universo poético de cada uno/a y de los espacios que habitaron: Santa Fe, Entre Ríos y San Juan.
El jardín secreto (2012) es un documental de Cristián Costantini, Diego Panich y Claudia Prado sobre la poeta Diana Bellessi. Un recorrido por su historia en Zavalla y la construcción de la voz poética. La percepción del mundo de Diana bajo una mirada que en los planos detalle pareciera captar el interés primordial de la poeta.
Infancia, adolescencia y madurez confluyen como el movimiento del río que la circunda, el que eligió para transcurrir su vida y la escritura, como una sola obra.
En el documental la naturaleza es preponderante, el paisaje como protagonista de una vida que sincrónicamente va cambiando junto a él. La fotografía irradia ese amor al verde que despertó en su niñez.
Las manos de ella, como en los films de Bresson, labran la tierra y capturan palabras.
El Jardín secreto es biográfico y se relata en primera persona, sin embargo genera algo de misterio y de intimidad. Conocer los rincones donde una poeta escribe, se inspira o espera la llegada de la música también es develar un secreto. ¿Cuánto nos muestra de ese jardín?
La cámara la acompaña, ella construye el poema, le da forma y gesto. Mientras sus amigos y amigas se encargan de hilvanar su historia.
¿Cuál es la materia prima de un poema?
“La melancolía, no la que te enferma sino la que te muestra la belleza del mundo. La melancolía es como el filo de la cornisa".
" El amor de la contemplación sostenida".
¿Cuándo el poema no llega?
Cuando "el tiempo es muy entrecortado", "Con la ausencia de un silencio continuado".
Diana habla y despliega poesía: " el mundo se achata cuando no lo amás", dice, y en consonancia cuenta lo que la conmueve: la escritura, los viajes, el amor por otra persona, la política.
Y sostiene su ideal adolescente: la revolución.
¿Dónde está ese jardín secreto?
El jardín cuida, el monte arrasa.
La infancia es la dulzura, la adolescencia es la furia.
Cuando el cuerpo desaparece, desaparece la voz.
El viaje es vértigo y retorno.
Para Diana, lo importante es el gesto lírico. Y todo su ser parece acompañarla en la idea. Ese río ondulante que la sorprende cada mañana.
Ese gesto que tiene un ritmo y que se transforma, que a veces es monte y otras es jardín.
Homenaje a Juan L Ortiz (1994), de la poeta y cineasta Marilyn Contardi, contó con el apoyo de la Universidad Nacional del Litoral. La directora, con mirada de poeta y amiga de Juanele, realiza una obra breve que bien podría ser un poema. El homenaje como gesto poético con un arco narrativo en formato audiovisual.
En este documental la figura de Juan Laurentino Ortiz es construida por voces de amigos y compañeros escritores. A través del montaje de escenas con fragmentos de un material realizado en el 71, Juan L. da su visión de la relación entre el poeta y la vida y muestra su lugar de trabajo.
En este homenaje también hace eco el paisaje de Paraná, pero él es quien resalta, su origen, la manera de abordar los poemas y de editarlos, su preocupación por la injusticia. Juanele como parte de ese paisaje que lo muestra trabajando, leyendo sus poemas, caminando junto al río y en pleno proceso creativo. Además de planos de su casa, los gatos y el paisaje que habitó hasta su muerte.
El documental es del año 94, mirándolo hoy, siento la fusión del pasado con el pasado anterior y le encuentro un color nostálgico, mezclado con el blanco y negro que aparece como imagen de la memoria evocativa.
Escuchar los poemas de la voz de su autor es de un valor insoslayable. Este homenaje, al igual que algunos poemas que me gustan mucho, lo vi más de una vez, y en cada mirada le encuentro algo nuevo o me llevo algo distinto. Esta vez, percibí algo de sentimiento en la obra. Desde las tomas hasta las voces elegidas constituyen un sentido emotivo. Una suerte de elegía que recupera el ser entre el lamento de su pérdida y a su vez lo trae en las voces de niños que leen sus poemas.
Hugo Gola, Rubén Naranjo y Juan José Saer, retratan a Juan L. Ortiz y destacan sobre todo la coherencia entre vida y obra del poeta. Saer cuenta que Juanele escribía los poemas y los convocaba a ellos para leerles: “cada palabra estaba puesta con un intención múltiple. Una lectura unívoca de su poesía restaría riqueza al poema”. También alude a su compromiso político sin incurrir en una declamación explicita en la obra.
Marilyn Contardi recupera la figura de un poeta que siempre estuvo al margen, pero que representa lo mejor de la poesía argentina: socialmente comprometido, de convicciones firmes, consecuente con sus ideas. Un poeta que no estaba pendiente de editar pero que gracias a Carlos Mastronardi, que lo ayudó a ordenar sus poemas, publicó su primer libro a los 37 años. “El poeta no debe vivir entre la dicotomía entre su propia vida y la poesía”. En Homenaje a Juan L. Ortiz se fusionan dos expresiones para conformar el efecto del poema: la mirada de Marilyn y la voz de Juanele.
Oro nestas piedras (2008), de Cristián Costantini, Leandro Listorti y Claudia Prado, sobre el poeta Jorge Leónidas Escudero. Leónidas en primera persona habla de su pasión por las piedras y lo que significa la poesía en su vida. Mientras la cámara recorre San Juan y los rincones de la casa del poeta, el jardín, los animales, los poemas, las fotos, los recuerdos.
Oro nestas piedras tiene locaciones muy precisas: la casa, el bar, el casino, un museo adentro de la montaña. La función del sonido es preponderante, una guitarra acompaña las imágenes, un folklore a veces más zamba otras más chacarera. El sonido ambiente también resalta en algunos pasajes.
Escuchar a Leónidas nos transporta a su región, a las costumbres, a la vida cerca de la montaña. En este documental al igual que en el de Diana, los directores son testigos de encuentros y conversaciones de los poetas entre los suyos, eso nos permite conocerlos más allá de la puesta en escena, asistimos a momentos privados, vemos los vínculos, los gestos, las intervenciones, las contestaciones espontáneas, los silencios.
Entre los paisajes, las rutas, las montañas o los ríos estos realizadores hacen planos hermosos del cielo, las nubes, la noche, la luna, sobre todo sanjuanina. Leónidas vivió su afición por las piedras completamente, estaba seguro que iba a encontrar oro, a los 50 años publicó su primer libro de poesía, como si lo hubiera encontrado a través de la palabra.
“La montaña es sagrada, ahí sentimos la conexión con el todo”.
“La unidad con la naturaleza”.
“La explicación está demás. La poesía o se entiende o no se entiende”.
“En la poesía busco la palabra absoluta, pero no llega, decir algo tan rotundo que abarque todo lo que yo siento”.
¿Dónde se forma el poeta? ¿De qué está hecha la poesía? Pienso en el puente que une las tres historias, ¿Qué hilvana la historia? Diría Diana. Creo que la búsqueda: los secretos del jardín, el misterio de una planta que nace, el color de la ribera, la metafísica que se esconde detrás de las cosas, el hallazgo de las piedras preciosas, la experiencia de la montaña.
André Bazin fue un crítico de cine, pero no un académico sino un aficionado, uno de los fundadores de la revista “Cahiers du cinema”, en ¿Qué es el cine? encontré una síntesis perfecta sobre aquello abstracto que une el cine con la poesía y que podría resumir la mirada de estos tres documentales:
“He hablado de amor, podría haber dicho poesía. Estas dos palabras son sinónimas o, al menos, complementarias. La poesía no es más que la forma activa y creadora del amor, su proyección sobre el universo”.