Celebración del Bicentenario: los pueblos originarios se hicieron presentes
Por Marcela Pantoja
Seguramente una de las mejores maneras de comprender lo que significaron los festejos del Bicentenario para el pueblo argentino es recuperando las palabras de la propia Cristina Fernández de Kirchner, Presidenta del Bicentenario. En su libro Sinceramente hay un apartado especial donde explica, con la misma sensibilidad que organizó los festejos, su afán por lograr una conmemoración popular, federal, democrática y plural. Allí afirma: “no recuerdo mayor momento de felicidad en mi gobierno que aquel 25 de mayo de 2010 durante los actos del Bicentenario”. Y tal vez, es muy probable, que este pueblo no asista a otro hecho singular por muchos años más, o por lo menos en el corto y mediano plazo. Aunque, por supuesto, es hondamente deseable que sí suceda.
Para la coordinación de los festejos primero nombró a Oscar Parrilli y éste sumó a Jorge Coscia, Ministro de Cultura en ese entonces y a Tristán Bauer quien estaba a cargo del Sistema Nacional de Medios Públicos. Luego se incorporó el productor Javier Grosman y armaron la Unidad del Bicentenario, con el asesoramiento de historiadores, investigadores, Felipe Pigna entre ellos, se fue construyendo lo que sería el espectacular desfile de carrozas que montó el grupo artístico Fuerza Bruta.
En este sentido una mirada especial requiere lo que sucedió con la cuestión de los Pueblos Originarios que tan bien lo recuerda Cristina en su libro.
La noche del 25 de Mayo de 2010 había más de tres millones de personas en las calles de Buenos Aires, reunidas para conmemorar los 200 años de la Revolución de Mayo y expectantes para recibir el espectáculo de las carrozas por la Avenida 9 de Julio. Producto de la multitud se habían desbordado las vallas y el grupo Fuerza Bruta tenía miedo de salir por una cuestión de seguridad. Pero Cristina y también Néstor dieron la orden que debían salir. Claramente, era imposible pensar en cancelar el desfile.
Fue entonces que se produjo un hecho de justicia. La primera carroza que debía salir representaba a la Argentina, era esa inolvidable imagen de la mujer flotando y danzando en el aire envuelta en los colores de la bandera.
Tal como lo afirma Cristina, desde una mirada eurocentrista (como hijos de inmigrantes) se había pensado en ese orden de aparición. Sin embargo, dado los inconvenientes, terminó saliendo en primer lugar la segunda carroza por tener una estructura más angosta y era justamente la de los Pueblos Originarios. “Pasó lo que tenía que pasar, lo que era más justo y de rigor histórico, los pueblos originarios al comienzo”, afirma Cristina en Sinceramente.
En ese sentido, se puede expresar que los actos de justicia y reparación histórica se siguieron sucediendo a lo largo de su presidencia. Dando continuidad a aquel proceso de revisión histórica iniciado con motivos del Bicentenario, en Abril del año 2014 se inauguró en la Casa de Gobierno el Salón de los Pueblos Originarios que reemplazó al Salón Colón. Y asimismo, la estatua del conquistador emplazada en los jardines fue removida y en su lugar fue colocada imagen de Juana Azurduy inaugurada por Cristina y Evo Morales en otro fantástico acto que signó aquellos años de gobiernos populares en la región.
Por otro lado, y en esta línea, cabe recordar que en febrero de aquel año el Encuentro Nacional de Organizaciones Territoriales de Pueblos Originarios ( ENOTPO) emitió un comunicado donde reconocían que por primera vez las Autoridades tradicionales de los pueblos originarios fueron recibidas en la Casa de Gobierno iniciando un camino de respeto mutuo y diálogo intercultural. Y asimismo, destacaban la existencia de otras políticas de reparación como la incorporación del Derecho Indígena al nuevo Código Civil y la participación de las comunidades en las audiencias públicas celebradas. Igualmente, la participación activa durante los foros para la elaboración de la Ley de Servicios Audiovisuales, donde se incorporó el Derecho a la Comunicación con Identidad y se otorgó la posibilidad a los pueblos originarios a administrar sus propios medios de comunicación.
No obstante, dicho comunicado también se pronunció por seguir avanzando en políticas de descolonización del Estado y reconocimiento de la pluralidad cultural que lo constituye.
Para finalizar, se hace necesario observar que a más de diez años de la conmemoración del Bicentenario la presencia de los pueblos originarios ha ido creciendo como actor político en toda América latina. Es un camino que se debe seguir profundizando, siempre en manos de gobiernos populares, democráticos y plurales.