“La coincidencia principal entre cristianismo y peronismo pasa por la centralidad que tienen los pobres”

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“La coincidencia principal entre cristianismo y peronismo pasa por la centralidad que tienen los pobres”

16 Mayo 2022

Por Santiago Asorey

Rodolfo Briozzo, fue militante de la Tendencia en la década de los 70 y luego de un exilio de seis años, volvió al país donde ejerció diversos cargos como economista en los distintos gobiernos peronistas. En el marco de un dossier en conmemoración de la muerte del Padre Jorge Galli, dialogó con AGENCIA PACO URONDO sobre los puntos de contacto entre cristianismo y peronismo.

APU: Para empezar, le quiero consultar por la década del 70. ¿Cómo analiza la influencia de valores cristianos en esa generación de militantes peronistas?

Rodolfo Briozzo: Te respondo como militante de la Tendencia Revolucionaria del Peronismo. Yo soy hijo de un médico del interior que podría definirse como de izquierda y agnóstico, que votaba por el radicalismo, pero con un vínculo fuerte con el peronismo, y al mismo tiempo con una madre muy católica, que me acercó al cristianismo. De golpe, ya como universitario en Buenos Aires, viviendo en un pensionado católico, comencé a trabajar en villas de emergencia acompañando a sacerdotes del tercer mundo. Allí nos encontramos con un pueblo humilde que, al mismo tiempo, era fanáticamente peronista y cristiano. En sus casas convivían retratos del Sagrado Corazón de Jesús y la Virgen María pegados a pequeños altares a Eva Perón. Este fue el primer acercamiento, a medida que pasaba el tiempo comencé a encontrar otras coincidencias. 

APU: ¿Qué reflexión se puede realizar sobre las vinculaciones históricas del peronismo y el cristianismo a partir de los fundamentos doctrinarios en la historia de nuestro movimiento?

RB: Me parece importante destacar una de las bases doctrinarias del peronismo es el concepto de comunidad organizada. El mismo tiene que ver con que el poder tiene que estar en el pueblo que se va dando mediante distintos tipos de organizaciones. En este sentido, la organización base del peronismo ha sido la organización sindical. Es importante destacar que la misma estaba basada no en liderazgo de las cúpulas sindicales sino en la organización de los trabajadores en las fábricas a través de comisiones internas. Estas fueron la base de la lucha contra las dictaduras o gobiernos antidemocráticos que gobernaron el país desde 1955 en adelante.

Quiero también destacar el rol que durante el primer gobierno de Perón tuvieron las unidades básicas femeninas y masculinas. Las mismas intentaban organizar a los vecinos y establecer un vínculo con los distintos niveles de gobierno. Otra entidad que funcionó con el peronismo fueron los clubes deportivos de barrio como así también las asociaciones vecinales. Una pata de la comunidad organizada que faltó conformar, aunque estuvo en la mente de Perón, fue la pata económica, es decir organizaciones populares basadas en cooperativas o asociaciones de consumo, producción y financiamiento. Es cierto que existieron sociedades de ayuda mutua, pero tuvieron poca relevancia.

Hoy sentimos, por ejemplo, la falta de un enorme supermercado cooperativo que pueda influir en un mercado absolutamente oligopolizado. Sería muy importante que también los pequeños productores agropecuarios, apoyados por el estado, se organicen en cooperativas y que sean los principales exportadores. Hay ya algunas existentes, pero con debilidades a nivel ideológico, como CONIAGRO. En fin, son muy variadas las actividades que el pueblo organizado puede realizar en lo económico, social y cultural. Todo se podría sintetizar en las frases: el poder a las bases, el poder al pueblo organizado.

APU: ¿El concepto de comunidad organizada es asimilable a la doctrina social de la Iglesia?

RB: Es interesante destacar que esta concepción de la comunidad organizada es la misma que plantea la iglesia católica cuando habla del principio de subsidiariedad. El mismo plantea que lo que puede hacer un nivel menor de organización no lo haga un nivel mayor. Lamentablemente, las jerarquías católicas que condujeron la iglesia durante los últimos siglos no entendían que la gente tenía que organizarse y reemplazar a las grandes empresas o al Estado en mucha de las actividades. Lo que en realidad pasaba era que empresas privadas y, últimamente, ONGs vinculadas a grandes corporaciones, se hacían cargo de dichas actividades. Si uno lee la doctrina social de la iglesia descubre que la misma es clara: incentiva al pueblo, a organizarse en cooperativas diversas o asociaciones de personas, es decir organizaciones libres del pueblo que debían llevar adelante diversas actividades, que hoy las llevan adelante organizaciones capitalistas en general de gran tamaño, ONGs vinculadas a éstas o el estado. Estas organizaciones van desde el sector educativo, por ejemplo, escuelas, colegios secundarios y universidades u otras vinculadas a la salud, hasta la producción, el comercio y el sector financiero.  

Además, quiero destacar una idea básica del peronismo: no queremos reemplazar el capitalismo privado por el capitalismo del Estado. No queremos tampoco que, en lo social y cultural, el poder esté todo en el Estado. También porque cuando gana las elecciones el bloque oligárquico conservador se puede usar ese Estado contra nosotros. Por supuesto, esto no quiere que no haya un Estado fuerte con empresas estatales estratégicas. Pero queremos un Estado fuerte que ayude al pueblo y sus organizaciones sociales libres a crecer y desarrollarse. No debemos nunca olvidarnos que mientras somos gobierno, el estado está a nuestro servicio, pero cuando dejamos de serlo, pasa a estar muchas veces, al servicio de los enemigos del pueblo.

APU: En la historia de la militancia popular siempre se consideró a las autoridades de la iglesia local como cómplices del proyecto liberal y neoliberal que impulso incluso el Terrorismo de Estado en nuestro país, pero estaba la otra Iglesia que resistió en el barro, la iglesia popular muy crítica del liberalismo. ¿La elección de Bergoglio como obispo de Roma implicó como símbolo el ascenso de esa iglesia que viene del barro de nuestro pueblo y responde a esa tradición popular?

RB: En cuanto a la iglesia, está claro que hay dos iglesias: la institución, muy vinculada a los sectores de clase alta de las distintas sociedades del mundo y, en particular, de la nuestra y la Iglesia del Pueblo, muy vinculada a los sectores populares, que expresan su fe especialmente en grandes manifestaciones de fe popular como, por ejemplo, las marchas a Lujan y por el Cristo de los Milagros en el norte de nuestro país. A partir de estas expresiones de fe, se va construyendo el catolicismo popular y, a partir del mismo se comienza a elaborar la teología del pueblo que tiene como máximo exponente a teólogo jesuita ya desaparecido, Padre Scannone. Este sacerdote es el maestro de Bergoglio, futuro Papa Francisco. La gran revolución que produce Francisco es volver al evangelio como fuente principal de doctrina. Allí encontramos al Jesucristo real, no deformado por 1700 años de interpretaciones doctrinarias de las distintas jerarquías que vincularon a la iglesia a los poderes de turno. Nuestra generación nunca olvidará el casamiento de nuestra jerarquía con el poder económico-militar que gobernó nuestro país desde 1976 a 1983.

APU: ¿Qué análisis realiza sobre el liderazgo de Papa Francisco en este contexto?

RB: En cuanto al rol de Bergoglio hoy, quiero destacar su enorme esfuerzo por potenciar a las comunidades cristianas de base y a las organizaciones populares. Hoy se están haciendo consultas a los fieles a través de sínodos, es decir asamblea de los mismos. Esto no resulta fácil al Papa por el permanente sabotaje al mismo de algunos obispos. Es encomiable también su esfuerzo a través de la promoción de la mujer en la institución. Hoy hay una mujer argentina, la teóloga laica Emilce Cuda, madre de dos niños y tiene un rango de ministra del Papa, como responsable de la Comisión Pontificia para América Latina.

APU: Estamos en un momento difícil en relación a la Justicia Social y a veces se instala un progresismo que solo discute ambientalismo o derechos civiles pero que no avanza sobre la discusión redistributiva. ¿Considera que los valores de la cristiandad tienen vigencia para revalorizar ese debate más profundo hoy?

RB: En cuanto a la situación social hoy, de enorme injusticia, la iglesia jerárquica debería tener un papel más activo en defensa de los marginados. Me parece que sí lo tienen los curas, monjas y laicas/laicos del pueblo que están fuertemente presentes junto a los sectores más pobres de la sociedad. Los cristianos no tenemos dudas de que la prioridad es trabajo e ingresos mínimos que permitan al pueblo de dios tener una vida digna. Aquí entramos en el campo de la política. Me parece que se están haciendo muchas cosas mal, especialmente a nivel político. Pero este es otro tema.

Por último, no por eso menos importante, quiero destacar que la coincidencia principal que se da entre cristianismo y el peronismo pasa por la centralidad que tienen los pobres en ambos. Para los cristianos, a los pobres es a quien preferentemente está destinado el Reino de Dios, que todos comenzamos a construir en nuestra vida terrenal y ellos serán el motor de la historia. Para el peronismo, como doctrina y fuerza política los pobres son y serán la principal fuerza y protagonista principal en la construcción de hombres nuevos y de una sociedad nueva, basada en el amor y la solidaridad y esto no es otra cosa que la construcción del Reino de Dios.