La poesía de Rosario y el recuerdo del 2001
Rosario, Diciembre, 2001, editado por Último Recurso Ediciones, es una antología que incluye varios poemas, fragmentos de dos novelas y una viñeta. Las distintas piezas literarias fueron compiladas por Juan Kammammuri para el armado de la primera edición, a veinte años de las jornadas represivas de diciembre de 2001.
Gracias a la contribución de autores y dibujantes de la zona, busca trazar un recorrido para entender ese momento de nuestra historia para Rosario. Nueve son las muertes, la mayor cantidad en relación al número de habitantes: Claudio Lepratti, Graciela Acosta, Graciela Machado, Juan Delgado, Marcelo Pacini, Ricardo Villalba, Rubén Pereyra, Yanina García y Walter Campos. Además, el armado es encabezado por el discurso de Celeste Lepratti, hermana del Pocho, a 15 años de su asesinato.
A continuación, tres poemas seleccionados:
Clase media, de Eduardo D´Anna
I
Todavía no se explica cómo está vivo.
Sin dinero en el banco.
Con default.
Sin acatar las órdenes del fondo.
No se explica.
Respirando. Trabajando.
Ha ido a comer asado varias veces.
No se han muerto los hijos.
Uno se enfermó
pero pudo ir a comprarle los remedios.
La gente que moría
que sí se moría,
-sí, pero eso ya le pasaba antes,
cuando estábamos en nuestra breve Temporada
en el Primer Mundo-,
ha seguido muriendo.
Padeciendo.
Todo esto lo llena
de interrogantes.
¿Estaremos realmente
en default?
¿Existirá
el FMI?
¿Quiénes somos?
¿A dónde vamos?
Alguien se ríe, pero
es en la televisión.
II
¿Y los bienes serán necesarios?
Puede ver el partido
en el bar.
Puede escuchar música
en el auto del pendejo
que pone la música a todo trapo
en la vereda de enfrente.
Puede dormir
recostado en el teléfono
celular, y vender
la cama.
Nadie sabe, total,
cómo se vive;
esto es
el capitalismo,
¿no?
III
Cómo dejar de fumar
de comprar libros,
cómo vivir,
cómo tener una cultura.
Se hace con nada
se vive con lo puesto
se mira y no se cree
y a los ricos no se toca.
Se muere con nada.
Se hereda lo puesto.
Se toca lo que aún
no se puede tocar.
Se mira a los ricos
y no se les cree.
Crónica (22:07 a 22:33), de Beatriz Vignoli
—...un hombre
un tanto
obeso
es amenazado constantemente con ser
arrojado
al vacío
tendrían armas
de fuego
lo amenazan con
arrojarlo
al vacío
vuelan piedras
hay mujeres
niños
se escuchan los disparos
están disparando
los disparos son
incesantes,
se reiteran
la policía
se defiende
y trata de controlar
esto, que no tiene control
ni señal
de apaciguarse
habría muertos
producto de los
disparos
ahí
vemos
la imagen exclusiva:
una persona
que está arrojada
en el asfalto.
Parábola sobre muros, de Norman Petrich
Mire la cosa es así
el ruido aturde
por el golpe que aturde en el lugar
donde antes el hambre se apagaba
y ahora se ruida la bronca
por el golpe que aturde
los muros vidriados de la nueva Jericó
si fuera el muro de berlín ya habría caído
pero este jodido cambia de forma constantemente
sube y baja como operación bursátil
y sabe abrirse de piernas como política internacional
usted podría agregar
que para que caiga es tarde
tarde tarde
y quizás tenga razón
sin embargo cada vez que el muro se astilla
la multitud lo festeja como si hubiese conseguido
la victoria
con un gol sobre la hora