Hugo Yasky: "Muchos empresarios no tienen interés en participar del despegue de la economía"
Por Martín Massad y Juan Cruz Guido | Foto: Carlos Pérez
Hugo Yasky, diputado nacional y secretario general de la CTA, dialogó con AGENCIA PACO URONDO RADIO (domingos de 10 a 12, FM La Patriada) sobre las medidas económicas del gobierno en consonancia con los empresarios y sindicatos.
AGENCIA PACO URONDO: A su entender, ¿qué sucedería en las paritarias de los distintos sindicatos si la inflación se dispara más allá del 29% pautado por el Gobierno nacional?
Hugo Yasky: La idea es que los salarios terminen recuperando entre 3 y 5 puntos al final del año 2021. Por esta razón, los gremios tendrán que estipular alguna forma de monitorear y establecer una medición. Está, por ejemplo, el caso de la Bancaria, que adoptó el 29% tomando como base la proyección de inflación del Gobierno y dejo abierta una cláusula de medición.
El Gobierno lo dijo claramente: el salario tiene que recuperarse para que puede haber reactivación económica. Hay que volver a poner en movimiento el mercado interno y eso depende de que los trabajadores tengan mayor capacidad de consumo. Hoy, todo lo que gana una franja de la población que recibe ingresos fijos es simplemente para comer.
APU: ¿Cómo analiza las políticas del Gobierno nacional en relación al acuerdo de aumentos de precios con los empresarios productores de alimentos?
H. Y.: A mi entender, el Gobierno nacional está intentando, a través del diálogo, resolver un problema que es muy difícil en Argentina. Considero que no es suficiente recurrir al diálogo y a la conciencia de los empresarios porque hay algunos grupos muy poderosos que tienen sus precios dolarizados en relación a lo que exportan, y que también pretenden dolarizar sus precios en relación con lo que venden en el mercado interno. Algunos incluso responden “yo no hago filantropía, quiero vender adentro al mismo precio que vendo afuera”. Esto es imposible de sostener, ya que entonces habría que discutir cuáles son los salarios de los trabajadores en la Argentina, que no están dolarizados, sino en pesos, y muchas veces se pagan con mucho retraso.
Por otro lado, tenemos el problema de que muchos empresarios poderosos –cuya ausencia en la convocatoria del presidente Alberto Fernández fue significativa como la de Paolo Rocca, los principales referentes de AEA, Magnetto y otros– no tienen ningún interés en ser parte de una convocatoria que posibilite que nuestro país pueda despegar y que la economía pueda cerrar con la gente dentro, es decir que los empresarios ganen pero que también los trabajadores recuperen lo que han perdido durante el gobierno del macrismo. Muchos de estos empresarios fueron casi cogobierno, por ejemplo, la Mesa de Enlace puso dos ministros de Agricultura muy poderosos. Es difícil, entonces, compatibilizar simplemente apelando a la capacidad de comprensión de los empresarios que tienen mucho poder y privilegio, y por eso es necesario generar políticas públicas.
APU: ¿Cómo analiza el papel del Gobierno nacional en relación al acuerdo de aumentos de precios con los empresarios productores de alimentos?
H. Y.: A mi entender, el Gobierno nacional está intentando, a través del diálogo, resolver un problema que es muy difícil en Argentina. Considero que no es suficiente recurrir al diálogo y a la conciencia de los empresarios porque hay algunos grupos muy poderosos que tienen sus precios dolarizados en relación a lo que exportan, y que también pretenden dolarizar sus precios en relación con lo que venden en el mercado interno. Algunos incluso responden “yo no hago filantropía, quiero vender adentro al mismo precio que vendo afuera”. Esto es imposible de sostener, ya que entonces habría que discutir cuáles son los salarios de los trabajadores en la Argentina, que no están dolarizados, sino en pesos, y muchas veces se pagan con mucho retraso.
Por otro lado, tenemos el problema de que muchos empresarios poderosos –cuya ausencia en la convocatoria del presidente Alberto Fernández fue significativa como la de Paolo Rocca, los principales referentes de AEA, Magnetto y otros– no tienen ningún interés en ser parte de una convocatoria que posibilite que nuestro país pueda despegar y que la economía pueda cerrar con la gente dentro, es decir que los empresarios ganen pero que también los trabajadores recuperen lo que han perdido durante el gobierno del macrismo. Hay que tener en cuenta que muchos de estos empresarios fueron casi cogobierno, por ejemplo, la Mesa de Enlace puso dos ministros de Agricultura muy poderosos. Es difícil, entonces, compatibilizar apelando simplemente a la capacidad de comprensión de los empresarios que tienen mucho poder y privilegio, y por eso es necesario generar políticas públicas.
APU: ¿Hasta cuando considera que hay tiempo para el diálogo y cuál es el límite para comenzar a tomar otro tipo de decisiones políticas?
H. Y.: Después de estas convocatorias, debería ser inmediato en la medida en que no haya una respuesta que sea compatible con la necesidad de garantizar, en primera instancia, que los alimentos dejen de aumentar de la manera que lo están haciendo, siendo que son insumos de carácter popular. Entonces, a partir de la convocatoria y el diálogo, ahora es el momento de encontrar un camino que sea viable para todos. Un ejemplo claro de esto tiene que ver con el grupo Clarín, que aumentó el 20% cuando estaba autorizado a aumentar el 5%, por lo que en este caso las políticas ya deberían estar implementadas.
APU: ¿Qué debería contemplar el posible acuerdo con el FMI y cómo considera su paso por el Congreso de la Nación?
H. Y.: Es muy importante lo que votamos el otro día porque hay que tener en cuenta que fueron dos las partes que cometieron la irresponsabilidad: el gobierno macrista al pedir el préstamo con un esquema de devolución absolutamente inviable, y el FMI que lo otorgó sabiendo también de su inviabilidad de ese esquema. En mi opinión, en el futuro, si el Congreso tiene la capacidad, como establece la ley, de generar un monitoreo, seguramente no podrán ocurrir semejantes tropelías, y aquel que las quiera hacer tendrá que derogar una ley y asumir las consecuencias. Por otro lado, hay que tratar de que el acuerdo con el FMI no implique ponerle un ancla a la recesión. Como dice el Gobierno, no se puede pagar sobre el hambre del pueblo, y si sigue habiendo recesión, sigue habiendo hambre, y esta es una situación imposible de sostener en el tiempo.
APU: ¿Cree que el proyecto de ley para elevar el mínimo no imponible a las ganancias a partir de $150 mil es contraproducente para la Argentina debido a que habrá una merma en los ingresos para el Estado?
H. Y.: Considero que no será contraproducente porque ese dinero que el Estado recauda va a volver al circuito de consumo, nadie va a sacar la plata del país. La inmensa mayoría de los ciudadanos de la Argentina viene postergando algún gasto en su vida cotidiana. Por lo tanto, el Estado va a recaudar de todas formas porque va a haber más actividad económica. En consecuencia, si la economía crece, el Estado recaudará más y creo que hay que apuntalar para que eso ocurra.
La nominación de las actuales condiciones del impuesto a las ganancias es muy buena, mientras que antes era una especie de impuesto que tenía características confiscatorias. Por supuesto, habrá que discutir aspectos particulares para evitar que la corrección que hagamos ahora, dentro de un año no tenga inequidades, como así también habrá que prestar especial atención a la escritura del articulado de la ley.