Atleta A: encubrimiento, abuso y poder
Por Jazmín Manuel
Larry Nassar siempre fue admirado en el ambiente deportivo por su prestigiosa carrera en el equipo médico de USA Gymnastics, la federación deportiva estadounidense para la gimnasia. Era reconocido por tratar a las mejores gimnastas del país, estar presente en grandes competencias y ser parte del equipo médico de la organización de entrenamiento más importante de Estados Unidos. No fue hasta 2016 que salió a la luz la verdad escondida detrás del prestigio y su carrera: Nassar había sido denunciado, en varias instancias, por gimnastas — la mayoría de ellas niñas menores de edad — por abuso sexual.
Atleta A, el nuevo documental dirigido por Bonni Cohen y Jon Shenk, se centra en cómo se dieron a conocer públicamente las denuncias de abuso sexual contra Larry Nassar, y cómo la valentía de las sobrevivientes, junto con el apoyo de un importante medio periodístico, pudo batallar contra el abuso de poder ejercido tanto por Nassar como por la federación deportiva USA Gymnastics. Alrededor de 500 mujeres denunciaron al ex miembro del equipo médico, entre ellas nueve campeonas olímpicas.
A lo largo del documental se menciona permanentemente la importancia de la voz de las sobrevivientes, que fueron abusadas y obligadas a mantener el silencio durante años. Las denunciantes, al momento de los hechos, eran niñas que soñaban con llegar a las Olimpiadas y le dedicaban toda su vida a la gimnasia. Eran menores que sabían que pertenecer a USA Gymnastics era su mejor oportunidad para llegar a sus metas. Tanto los entrenadores, como directivos de la federación, estaban al tanto de las acusaciones a Larry Nassar, y se aprovecharon del poder que tenían sobre estas niñas para manipularlas y obligarlas a guardar silencio. Es conmovedor ver cómo ahora, después de años de ser ignoradas, violentadas y humilladas por querer denunciar a su abusador, el poder lo tienen ellas.
Hay un permanente contraste entre las tácticas de maltrato y humillación que USA Gymnastics utilizó por años para resguardar la imagen perfecta del deporte y su organización, y el empoderamiento de las mujeres que lo vivieron. Mujeres que no se autoperciben como víctimas, sino como sobrevivientes, y que han creado una red de apoyo y sororidad entre ellas.
Siguiendo la línea del documental de Epstein, Atleta A nos demuestra, otra vez, que detrás de todo abusador serial hay un entramado de cómplices que los cubren y los habilitan a seguir abusando. USA Gymnastics es responsable de actuar en contra de las sobrevivientes, desestimando por décadas a las niñas que acusaban a Nassar y amenazándola con quitarles la oportunidad de cumplir sus sueños en el deporte si denunciaban a su abusador. Se aseguraron de manipularlas para que guarden silencio, y así, mantener la buena reputación de la federación. Pasaron décadas sin alertar a las autoridades, ni cumpliendo con su responsabilidad de cuidar a las menores de edad que estaban a su cargo en los entrenamientos. Cuando — por fin — el caso llegó al FBI, se archivó y no se hizo nada al respecto. Si alguno de todos los responsables hubiese actuado como corresponde, la mayoría de esas niñas no hubieran conocido nunca a Larry Nassar.
Actualmente, el departamento de justicia de EE.UU está investigando a USA Gymnastics, el comité olímpico estadounidense y el FBI por el manejo de las acusaciones de abuso sexual de las deportistas. Pero, aún, ninguna persona perteneciente a esta cadena de complicidad se ha enfrentado a la justicia.
Atleta A es un documental crudo y desgarrador, a la vez que es extremadamente conmovedor. Una producción excelente para demostrar la importancia de creer en los testimonios de abuso sexual y actuar al respecto, y dejar atrás una de las principales características de la cultura de la violación: el señalar y callar a las sobrevivientes.