El fin del amor: una búsqueda contemporánea de nuestros deseos
El 4 de noviembre llegó al servicio de streaming Amazon Prime Video la serie basada en el libro “El fin del amor: querer y coger en el siglo XXI” escrito por Tamara Tenenbaum. Desde su publicación en 2019 a la actualidad, la conversación pública y la discusión feminista se vieron atravesadas por nuevas urgencias, revisionismos y debates. La tira creada por la propia Tenenbaum y Erika Halvorsen— El Hilo Rojo, Desearás y Pequeña Victoria— se nutre de esta coyuntura para poner en escena una versión actualizada del ensayo autobiográfico donde el amor, la tradición, el sexo y los vínculos ocupan un lugar central.
La serie de diez capítulos cumple con el mandato del mainstream pero sin dejar de ser fiel a su propia búsqueda. Lali Espósito es la encargada de recrear en primera persona a Tenenbaum, que lleva sobre sus espaldas una conjugación muy actual que está en permanente disputa: heteronorma, costumbre, herencia, religión y feminismo. Tamara nació en el barrio de Once en una familia ortodoxa, es profesional y ya curte un nicho de mercado donde sus columnas en revistas y radio cuentan con un público fidelizado.
Esta cotidianidad se interrumpe cuando una amiga de la infancia la invita a su casamiento y la enfrenta a un pasado que permanece demasiado presente. Tenenbaum y Halvorsen nos proponen un viaje caótico, divertido y profundo en la cultura pop argentina donde Tamara y sus amigas, Juana (Vera Spinetta) y Laura (Julieta Giménez Zapiola), se deberán enfrentar a sus propias prácticas y realidades con reflexión crítica.
Las amigas cómo refugio, los lugares que habitamos como espacio de disputa, nuestras búsquedas hechas deseo, el error como terreno de aprendizaje. Sobre esta premisa, El fin del amor se anima a atravesar sin miedo los terrenos más luminosos y arduos de nuestro propio proceso feminista. La deconstrucción es un estado permanente, nos preguntamos y nos discutimos sin pausa, esa es la intención con la que, tanto el libro como la serie, nos interpelan y enganchan. No es una enciclopedia de teorías sino una experiencia en primera persona que puede ser compartida, o al menos invitar a reconocernos en algunas partes. Una búsqueda incómoda pero adictiva como una fiesta trasnochada con música pegadiza de fondo.