Los late night, un "american way" de narrar el fin del día
El late night es un género muy estadounidense. Tiene impacto, nos divierte, aunque no terminemos de entenderlo, porque de eso se trata, es un salto hacia lo desconocido. Es parte de la televisión importada que consumimos porque, a trasmano de otros formatos, no se adapta. Es un ritual televisivo para terminar el día, un american way de narrar y crear la noticia. ¿La fórmula? Simple y compleja a la vez, pero con más de 70 años de historia. De eso se trata La historia del late show, una genealogía de seis episodios sobre uno de los formatos más rendidores de la televisión.
La miniserie producida por la CNN no es un documental sino una reconstrucción en primera persona que aborda la taxonomía de los late night. Desde su irrupción en la década del 50 por NBC hasta el día de hoy, donde se convirtió en un must have para todas las cadenas de cable. Un género que fue pensado como contracara del programa Today, un matutino de noticias que se continúa transmitiendo y que inauguró una forma de contar la actualidad a la que se acoplaron otros canales. Pero los late night fueron más que eso y se transformaron en la manera en que los estadounidenses decidían terminar el día.
Un escritorio, sillones y un monólogo de apertura, performance que se repite aún hoy. De Steve Allen, Jack Paar, Johnny Carson a Leno, Letterman, Jimmy Fallon y Seth Meyers. Los late night se convirtieron en una experiencia, donde hay comedia, música pero también política y actualidad. Si Tonight Show sentó las bases, todo lo que vino después hizo la fórmula donde los gags y recursos nunca pasan de moda porque a los hitos sólo se los reinventa.
La miniserie— que puede verse por la plataforma de HBO Max— se propone trasladarnos a otro tiempo para entender cómo los late night sobrevivieron a las épocas y coyunturas para coronarse como parte indisoluble de la cultura norteamericana. Es que el formato es en función de su audiencia, pero también de su host, un género repleto de grises y posibilidades pero que tiene la obligación de ser efectista, el gancho tiene que aparecer rápido, porque lo que no se puede permitir el formato es romper el pacto que forjó con sus televidentes: obligarte a ver la pantalla después de las 23 hs.