Un crimen argentino: Thriller argento y rosarino
El 14 de octubre llegó a la plataforma de HBO Max Un crimen argentino, película basada en la novela homónima del periodista Reynaldo Sietecase del año 2002. Su estreno original había sido el pasado 25 de agosto del corriente. La narración sigue la desaparición de un empresario en Rosario, en el marco de la dictadura militar argentina. El caso es asignado a dos secretarios de un juzgado de instrucción pocas semanas antes de que uno de ellos emigre a España. En una carrera contra el tiempo ambos juristas intentarán resolver el caso enfrentando las interferencias de una policía subordinada al poder represor.
La película, de casi dos horas de duración, se puede catalogar dentro del género thriller, aunque por momentos también parece que nos propone acompañarla relación entre ambos protagonistas como aspecto principal de la trama, lo que suele conocerse como “buddy film”. En ella acompañamos a los dos juristas que llevan adelante la investigación del caso y somos testigos de sus charlas íntimas, teñidas de la tensión del thriller y del día a día de su trabajo.
El trabajo de Combina lo pudimos conocer en la serie La chica que limpia, creada en 2017 por Paola Suárez -quien falleció el año pasado-, que tiene su propia versión en México y que actualmente se encuentra disponible en Cinear. En Un crimen argentino nos topamos con el trabajo de una nueva camada de actores nacionales, ya con diversa experiencia, como Nicolás Francella, Matías Mayer y Malena Sánchez, cruzado con la actuación de los ya consagrados, como Alberto Ajaka, Cesar Bordón, Rita Córtese, Darío Grandinetti y Luis Luque.
Un crimen argentino nos presenta una buena oportunidad para ver una película distinta a los grandes tanques argentinos, que se enmarcan comúnmente en comedias o dramas. Esta obra se corre del eje los paisajes urbanos porteños para ver una Rosario en los 80s, con música de Pedro y Pablo, donde los abogados, el humo de los cigarrillos, el espionaje, la tortura, los secuestros y los allanamientos se mezclan con las luces rojas de los club nocturnos y la salas de revelados de fotos en un diciembre marcado por una atmósfera de calor y sudor.