Araceli Lacore: “La poesía es ver belleza en el caos y también ver el caos”

  • Imagen
    Araceli Lacore
APU ENTREVISTA A APU

Araceli Lacore: “La poesía es ver belleza en el caos y también ver el caos”

30 Junio 2024

AGENCIA PACO URONDO continúa con la serie de entrevistas a sus integrantes escritores para conversar sobre su trayectoria, quehacer literario y darlo a conocer. En esta ocasión dialogó con Araceli Lacore, profesora de inglés especializada en poesía y cine, poeta que tiene publicado los libros El viaje, Congreso 12 am y El tic tac del Little Boy. Además, tradujo al poeta inglés Alan Jenkins para la revista Poetry y coordina el ciclo literario La bestia poética.

Agencia Paco Urondo: ¿Cómo es tu recorrido poético?

A.L.: Arranca en Azul cuando era muy chiquita, medio de casualidad. En el año 94, 95, acá hubo un tornado. En la ciudad hay un parque municipal enorme que se llama Domingo Faustino Sarmiento, y se cayeron árboles de muchísimos años. Era una situación rarísima, los vecinos íbamos al parque a ver los árboles caídos, árboles gigantes arrancados de raíz. Yo era chica, tenía 8 años. Escuchaba a mis viejos que decían “qué pena, el parque es el pulmón de aire de la ciudad y todos lo amamos”.

Tenía una maestra, en ese momento, Alejandra, que me estaba enseñando a escribir poesía y algo me atrajo de la estructura del verso. Entonces le dije a mi madre “yo quiero escribir algo sobre el parque”. Alentada por ella, escribí un poema. Mi vieja se la muestra a Alejandra y deciden llevarlo al diario para ver si la publican. Puedo decir que mi primera publicación es, en realidad, de cuando yo tenía 8 años, en el diario local.

A partir de ahí, siempre escribí. Mi viejo solía regalarme libros, el primero fue 20 poemas de amor y una canción desesperada. Mi vieja también es muy amante de la literatura, ella me insistió para que siguiera escribiendo. Lo hacía para mí, tenía una carpeta llena de cosas, de poemas. Antes se usaba escribir un diario íntimo, yo lo hacía verso. Más adelante, empecé un taller con una poeta azuleña reconocida, Gladys Barbosa, y fue la primera que me preguntó si me gustaría, en el futuro, publicar.

Le dije que sí, pero sin darle importancia. Ni me imaginaba todo el camino que iba a recorrer. Luego, me recibí de profe en el Instituto Palmiro Bogliano y me fui para Buenos Aires, donde empezó, el camino literario como más desde el oficio. En el 2016, Mariana Crook desde la editorial Peces de ciudad hace una convocatoria y y yo leí. Me acuerdo que me llegó un mail para ver si tenía ganas de publicar y así salió mi primer libro, ese año, que se llama El viaje.

APU: Quiero detenerme en la infancia, esa que dicen se vive una vez y el resto es memoria ¿Cómo trabajás tu materia prima, hoy?

A.L.: Creo que la poesía va un poco por ahí, por ver belleza en el caos y también ver el caos. No todo es considerado bello de acuerdo a los parámetros. Fue un proceso inconsciente. Evidentemente algo distinto capté y entiendo que tenía que ver con lo que a mí me pasaba con ese parque, que todavía me pasa. Porque yo voy a ese parque y es mi lugar en el mundo. Me pasa con la poesía, que es como que no hay ninguna falta, como que es plenitud todo el tiempo. Evidentemente, algo pasó ahí que después se fue desarrollando.

URL de Video remoto

APU: Y el proceso ¿Es algo diario, cuando viene, o ves algo en particular y decís quiero escribir sobre este acontecimiento?

A.L.: Hay poetas que les pasa algo, acontece, y escriben sobre eso. Me refiero a cualquier tema, cualquier situación social. A mí me viene más por otro lado, la cuestión de la escritura. Los poemas siempre rondan el amor y la muerte como lo más profundo del ser humano. Esos son mis ejes poéticos, me sale de forma natural. Si algo me angustia, me incomoda, una pérdida, un duelo, que es el caso del último libro, la muerte de mi papá. Soy de escribir más desde ese lugar tal vez oscuro que desde algo más tangible o luminoso.

APU: Hablabas de El tic tac del Little Boy, que tiene un prólogo de Javier Galarza ¿Cómo influyó su presencia en tu vida poética y en el acompañamiento para la escritura de algo tan difícil como es la muerte de un ser querido?

A.L.: Recuerdo a Javier y me emociono. Siempre que hablo con quienes fuimos sus alumnos o lo conocieron, hay una falta de Javier que es irreemplazable, y que no tiene que ver solamente con la calidad de poeta o de maestro, sino por su calidad de ser humano. Después de trabajar este libro, no volví a hacer un taller de poesía. Siento que no puedo encontrar a alguien igual que él.

Era muy buen guía como maestro, incidía en tu obra o en lo que vos le presentabas de una forma muy cálida, muy asertiva. Sabía ver más allá. Cuando le planteaba ciertas inquietudes que tenía de lo que iba escribiendo, siempre tenía alguna frase o alguna palabra de algún autor como para guiar mi escritura. No corregía en el sentido connotativo de lo que es la corrección, las intervenciones que hacía eran mucho más asertivas desde otro lugar.

A este libro lo escribí en pandemia. Nos juntábamos en determinados momentos, vía zoom y tengo muy presente su cara, sus gestos, sus pocas palabras. Javier fue una compañía como maestro y persona en ese duelo que yo estaba atravesando, y por eso es que a mí me afectó tanto su pérdida. En cierta forma, él se convirtió en otro padre para mí. Por su relación con su padre, le tocaba el tema. Me parece que por eso pudimos combinar bien y salió este libro del cual estoy muy conforme.

APU: Además de Javier Galarza, qué otros autores te inspiran, te gustan; cuáles nos recomendás.

A.L.: Más allá de todos los cuestionamientos, creo que Neruda es indispensable leerlo. Y en la otra punta, Nicanor Parra, dos poetas chilenos completamente diferentes. Idea Vilariño, Blanca Varela. Como soy profe de inglés, leo mucha poesía en ese idioma y me gusta mucho Sharon Olds. La leí en cantidad para este libro porque también toca una temática compleja en uno de los suyos, me sirvió mucho de guía. Anne Sexton. También te podría nombrar contemporáneas mías que merecen ser leídas, por ejemplo, Marinés Scelta, poeta mendocina talentosísima. Sacó hace poquito un libro que se llama Así ha de ser la ausencia, que recomiendo.

"Soy de escribir más desde ese lugar tal vez oscuro que desde algo más tangible o luminoso".

APU: ¿Cómo es el tema de la traducción? Siento que estamos en un momento de revalorización de dicho trabajo ¿Cómo es ponerse en otra piel, desdoblar el texto?

A.L.: Siempre pierde el texto cuando se traduce, hay una pérdida, no se puede traducir subjetividades. Lo que intento cuando traduzco es no irme mucho del texto original y tratar de de traducir más que las palabras, las sensaciones que a mí me provocó leerlo. Por supuesto, sin salirme de lo que está diciendo el poeta, pero siempre pierde el texto original en la traducción, no solamente con la poesía. Un ejemplo: Edgar Allan Poe. No sabés lo que es leer “La caída de la casa Usher” en su idioma original, es una locura. Y eso que hay muy buenos traductores que realmente hacen su trabajo muy bien.

APU: ¿Son dos textos distintos?

A.L.: Entiendo que sí. Cuando lo traduje a Jenkins, hay un poema que se llama “Visiting”, que justo es de la visita del padre a un hijo. Hay cosas bien literales que se traducen tal cual, y después hay una última estrofa que es tan compleja de traducir, porque habla del hijo yendo a la tumba del padre y compara la caja de fósforos con los gusanos del ataúd o de la tierra. Fue recomplejo porque me decía “cómo le hago sentir al lector y no poner eso literal”. Si lo hacía, no iba a pasar nada que lo conmoviera, no se iba a entender la comparación o la metáfora. Hay dos textos, por lo menos en ciertas partes del poema.

El pecho cardenal que arde

el fusil que carga en el fémur

tiene nombre de perro

LOS LOCOS TIENEN CLARAS MUCHAS COSAS

(el páramo donde se hunde tiene agua dulce)

bebe

LOS LOCOS NO ESCONDEN LA TRISTEZA

pintan pajaritos victorianos

de cabeza grande y poderosa

pintan pintan pintan

LOS LOCOS TIENEN CLARAS MUCHAS COSAS

el sol pasea el rayo por la oreja

y sigue hacia el contorno

de su propio corazón

se hunde entre la sangre

copula en las arterias

LOS LOCOS HACEN PAN EN LA TORMENTA.

 

APU: ¿Qué ves de diferente en este libro en comparación a los anteriores?

A.L.: El tic tac del Little Boy es un libro distinto a los anteriores, en el sentido de que es un estilo completamente diferente. Acá busqué algo un poco más barroco, tradicional. Complejizar un poco más el lenguaje a propósito.