"La devaluación y la reducción de retenciones van a impactar sobre precios"
Documento del Plenario de Secretarios Generales
El plenario de Secretarios Generales convocado por la Comisión de Unidad de la Confederación General del Trabajo en razón de que los intereses esenciales de los trabajadores son inalterables independientemente de los contextos políticos, sociales o económicos, declara:
Desde el surgimiento del peronismo, el sindicalismo argentino siempre se orientó a la búsqueda de soluciones para los problemas del país, esa búsqueda hace ineludible la necesidad de la unidad del movimiento obrero como factor indispensable para alcanzar esas metas.
No es casualidad que cada vez que los procesos democráticos fueron interrumpidos, los usurpadores del poder no dudaron en perseguir brutalmente a las organizaciones sindicales y trabajaron activamente para quebrantar la unidad.
La mejora permanente de la calidad de vida, familiar e individual de los trabajadores ha sido, es y será, el eje de nuestro quehacer sindical; construir una sociedad más justa, una constante de todo el movimiento obrero.
En esa dirección debemos no sólo defender lo logrado sino también modificar condiciones objetivas, capaces de alcanzar una transformación que nos asegure la sociedad del bienestar.
Esto es sólo posible, en una democracia con Justicia Social donde la ciudadanía política valla acompañada de la ciudadanía laboral. No hay democracia plena cuando se restringe o se condicionan los derechos de los trabajadores.
Por eso los sindicatos tienen un papel insustituible en la gestión colectiva del interés social de los trabajadores, como herramienta fundamental de esa transformación. Apropósito es oportuno manifestar con preocupación el desempeño de algunos poderes del Estado que no se corresponden con elementales principios constitucionales.
Valga como ejemplo, el de los largos plazos que tiene la justicia para pronunciarse sobre los reclamos laborales.
Pese al crecimiento económico y al importante gasto social realizado de manera permanente durante años, debemos trabajar para atenuar la brecha entre los que más tienen y los más vulnerables.
Porque hasta que no eliminemos esta brecha de exclusión, no tendremos democracia plena ya que los objetivos de la democracia es llegar a la plena vigencia de los derechos civiles y laborales del pueblo trabajador.
Nuestra sociedad ha logrado consolidar esta democracia que ya tiene 32 años, en este aspecto el sistema necesita un movimiento obrero unido y solidario al efecto de alcanzar el desarrollo productivo, sostener el crecimiento del trabajo y el equilibrio social.
Si queremos transitar el presente y abordar el futuro habrá que describir la situación tal cual es hoy.
Sea como sea, y más allá de las teorías económicas la hipótesis de que el alza del tipo de cambio no tendrá consecuencia sobre los precios (su mera enunciación) desde antes de las elecciones ha originado una carrera en desmedro de nuestros salarios. La devaluación, la revisión del cuadro tarifario y la reducción de las retenciones van a impactar sobre el nivel de precios agravando la situación.
Estamos ante una economía inflacionaria y estancada. Aunque la sociedad no tenga conciencia plena de lo que eso significa en términos de enfermedad y posibilidades de cura; el problema hay que resolverlo con un abordaje integral.
El movimiento obrero tiene larga experiencia en negociar condiciones para atravesar este período sin abandonar su agenda de reclamos y con la prudencia de la etapa; seguramente el empresariado, tal vez sin la misma conciencia que los trabajadores, pondrá más condiciones y ofrecerá menos contribuciones.
Tanto es así que el nuevo presidente deberá vencer las resistencias internas y preparar las condiciones que hagan posible un primer entendimiento.
Si este se concreta con amplitud tal como para contribuir a la gobernabilidad y al equilibrio en términos de inflación, empleo, actividad e inversión, la democracia habrá ingresado a un nuevo sendero.
Será entonces este recorrido el que posibilitará buscar el consenso para el largo plazo que es la principal deuda de esta democracia. Esta es la principal tarea de la política que puede ennoblecer su significado y hacerle recuperar la confianza del pueblo.
En ese contexto los dirigentes sindicales asumimos nuestra responsabilidad al tiempo que demandamos de quien tiene la obligación política de conducir los destinos del país y a todos aquellos sectores representativos de la sociedad a forjar una actitud constructiva y patriótica capaz de llevar a nuestra Nación al camino del crecimiento con plena justicia social.
A este efecto resulta esencial:
- Sostener y afianzar el modelo de sindicatos nacionales por actividad que por tradición histórica y nivel de representación, es orgullo de los trabajadores argentinos y ejemplo en el mundo.
- Mantener la Negociación Colectiva libre, por rama de actividad y la convocatoria anual al Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo Vital y Móvil, para garantizar la redistribución del ingreso.
- Asegurar el financiamiento del Sistema de Salud para todos los trabajadores resguardando el actual modelo de Obra Social.
- Solicitar una compensación general a trabajadores activos y jubilados para sobrellevar el aumento sufrido por la canasta familiar.
- Expresar nuestra total solidaridad con los trabajadores de Cresta Roja, Ceramistas y de SIDERCA que están siendo despedidos.
- Ante la situación de riesgo de enormes franjas de nuestro pueblo plantear que se declare la emergencia alimentaria.
- Hacemos un llamado fraternal a todos los gremios confederados, a unirse en el seno de nuestra entidad madre, única garantía de preservar los derechos del movimiento obrero y la defensa del interés nacional.