El Gauchito Gil: la historia en viñetas
Por Boris Katunaric
La historieta "El Gaucho Antonio Gil", escrita por Luciano Zdrojewski e ilustrada por Facundo Teyo, abordan la historia del mítico Gauchito Gil, cuya leyenda se transmitió de boca a boca y pervivió en la memoria colectiva del pueblo.
En este relato contado en viñetas "se entrelazan dos tradiciones: por un lado, la cultura popular del litoral, cuyas profundas raíces conjugan el pasado guaranítico con la devoción católica. Por el otro, el revisionismo histórico, que construye una visión del pasado desde una perspectiva contrahegemónica. La lucha de clases y el mundo sobrenatural habitan así en un mismo espacio y tiempo, formando un relato que podría definirse como 'revisionismo mágico'”.
Agencia Paco Urondo: ¿Por qué les interesó abordar la historia de Antonio Gil y por qué decidieron hacerlo desde este formato?
Luciano Zdrojewski: Como historiador, el interés por el Gauchito Gil viene originalmente de la búsqueda por contar historias desde una perspectiva contrahegemónica. En esa búsqueda me topé con una multitud de relatos y personajes que habían llegado hasta nuestros días en forma de leyendas, mitos y santos populares y que efectivamente daban cuenta de las luchas sociales de su época. Surgidos desde abajo, estos relatos fueron transmitidos de boca en boca y se mantuvieron en los márgenes de la memoria oficial perviviendo muchos de ellos en la devoción popular.
Entre todos aquellos personajes sin dudas el más destacado en la actualidad es el Gauchito. Al revisar un poco más de cerca su historia, no sólo encontré un relato fabuloso repleto de elementos que daban cuenta de la riqueza de la cultura popular del litoral, especialmente del peso de la tradición guaranitica y africana en nuestras costumbres y cuya presencia se intentó borrar bajo el mito de la Argentina blanca y europea. Además la vida de Antonio Gil estuvo atravesada por una etapa fundamental de nuestra Historia nacional: la organización del Estado y la profundización del capitalismo. Ubicada en tiempo y espacio, su leyenda nos lleva a la Guerra del Paraguay, la derrota de las montoneras federales así como a la persecución, expropiación y eliminación de indígenas y gauchos. De alguna manera, el Gauchito Gil aparecía así como un Martin Fierro de autoría anónima y colectiva.
La idea del formato fue de Santiago Kahn (director de Maten al Mensajero) quien ya venía publicando historietas con trasfondo histórico en la revista (como por ejemplo la biografía de Rodolfo Walsh). De esta manera, la revista le dio un cuerpo a la historia del gauchito, definió los contornos de la historieta, cantidad de capítulos, extensión de páginas y la necesidad de que cada entrega sea autoconclusiva (aunque obviamente debía mantener la continuidad narrativa de la serie).
Finalmente, Facundo Teyo (el dibujante) tradujo todo este conjunto de escenas, ideas y propuestas al lenguaje visual y terminó de definir una estética y un ritmo narrativo donde la centralidad estaría puesta en la acción por sobre la descripción, en los hechos sobre las palabras.
Agencia Paco Urondo: ¿Cómo fue la construcción del personaje? ¿Qué imaginarios jugaron en cada caso, teniendo en cuenta que ambos provienen de distintas disciplinas?
LZ: La construcción del personaje la fuimos realizando entre los dos al igual que llevamos adelante todo el proceso de la historieta: revisamos, corregimos y ajustamos imagen y palabras, en un ida y vuelta constante entre el guión y el dibujo.
Sobre las características del personaje, ni bien comenzamos con la historieta decidimos que el Gauchito debía ser una persona común y corriente, no un héroe infalible y sin fallas. Por el contrario, nuestra versión da cuenta de alguien que se equivoca, que tropieza, que incluso actúa por momentos de manera mezquina y políticamente incorrecta. Pero también reflexiona sobre su propio hacer, piensa y cambia sus acciones. Es una persona que aprende de su propia experiencia luchando contra un destino que no puede cambiar: desaparecer como todos los gauchos a manos de la ley del Estado.
Por eso en nuestra versión, Antonio Gil se va transformando física y emocionalmente a lo largo de los capítulos a medida que los hechos que vive lo van forjando hasta llegar al Gauchito que todos conocemos; como todos, es producto de las circunstancias de su tiempo.
Por el otro lado, el Gauchito Gil no deja de ser un santo y como tal primero debe vencer varios desafíos y obstáculos hasta alcanzar la redención. Aunque enfocado desde otro ángulo, mantener esta dimensión era importante para ser fieles con la forma en que pervivió su historia y en lo que representa para muchas personas. Precisamente, sobre la dimensión religiosa del personaje apuntamos a construir un relato abierto que sea respetuoso de las creencias de la gente y que juegue con las interpretaciones de los lectores. De esta manera, apostamos a que el devoto pueda encontrar a su santo al igual que el no creyente ver a un personaje histórico.
Agencia Paco Urondo: Definen la historieta como "revisionismo mágico" ¿a qué se refieren cuando lo definen de esa manera?
LZ: El término “revisionismo mágico” fue el nombre que encontramos para definir el sincretismo en el que nos paramos para escribir la historieta.
Por un lado, quisimos poner la leyenda de Antonio Gil en su contexto de época para dar cuenta de la lucha de clases que se vivía por entonces en la Argentina, de los conflictos políticos y sociales desde una perspectiva nacional, popular y contrahegemónica.
Por el otro, pensamos que es fundamental mantener los elementos mágicos que son inherentes a este personaje y que le permitió sobrevivir durante todos estos años. Un Gauchito Gil sin elementos esotéricos sería una versión lavada que niega las características propias de la tradición a la que pertenece.
Nuestra intención es construir un tipo de relato donde se puedan conjugar y nutrir ambas mundos, donde el Gauchito Gil habite en el mismo tiempo y espacio que Mitre, Roca y Sarmiento. Entendemos que al ponerlos en el mismo plano no sólo estamos invitando a ver los hechos de la Historia desde otra perspectiva sino también a cuestionar el relato oficial sobre el pasado.
Acerca de los autores
Facundo Teyo nació en Buenos Aires por el año 1978. Es dibujante, actualmente trabaja como ilustrador en medios gráficos, editoriales y agencias de publicidad, tanto para su país como para el exterior. Sus dibujos fueron publicados en el diario La Nación, ADN cultura, en las revistas BeGlam, Calidad Empresaria, DEF, Tendencia, El Gráfico, Aire Libre, Enseñar, Terrorismo Gráfico y otras. Además, trabajó para las editoriales Pictus, Puerto de Palos, Santillana (USA), Longseller, Continente, Taeda, SM (Puerto Rico), Drumfish (USA), entre otras.
En el 2010 fue convocado para ilustrar en el Stand del Bicentenario Argentino (1810-2010) durante la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, realizando las imágenes para el Fondo Nacional de las Artes y Correo Argentino.
Luciano Zdrojewski nació en Buenos Aires en 1981. Es profesor de Historia, se desempeñó en diversas actividades vinculadas con la divulgación histórica, desde guía cultural de Buenos Aires hasta docente en Escuela secundaria y de universidades como la UBA y la UNLP.
Para adquirir la revista ingresar en: Maten al Mensajero// FB: /matenalmensajero
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