“Cuando hay una negligencia tan grande la responsabilidad es del Estado”
Por Redacción APU
APU: ¿En qué consiste este proyecto para crear un Museo en el edificio que fuera Cemento?
Pablo Ferreyra: La idea es que en ese predio podamos no sólo colocar una placa conmemorativa donde funcionó el Panteón del Rock Nacional, sino también rendir homenaje a una parte de la cultura under y del rock en la Ciudad. Es por esto que trabajamos en un proyecto para la creación de ese Museo que recoja la tradición de lo que fue Cemento. Algo que ocurre en otros lugares de la ciudad: en La Perla no sólo está la placa conmemorativa, sino que es un espacio donde pueden tocar bandas y dar a conocer su propuesta. La idea, lejos de “reabrir Cemento”, es resignificarlo, crear un espacio donde pueda plasmarse lo que fue ese espacio, con materiales audiovisuales, objetos, presentaciones, charlas. Hay proyectos culturales que recuperan la memoria de este lugar, tanto con documentales como con libros, que apoyan esta propuesta. También pensar que permita reacondicionarlo de una manera adecuada para que puedan tocar bandas, para que tengan un lugar de visibilidad las nuevas propuestas artísticas. Crear un espacio de reflexión con respecto a la cultura rock. Porque al pertenecer este espacio a Chabán como Cromañón, siempre está latente la cuestión de la seguridad, y la tragedia que ocasionó. Crear un espacio donde podamos dialogar con familiares y amigos, para reflexionar y poder separar la cultura rock del lucro empresario. Creemos que es una de las oportunidades para poder sanar entre todos una herida que continúa abierta.
APU: ¿Por qué un Museo? No parecería tan ligado a la cultura rock...
PF: Hay un interés museológico, en el cual uno va entendiendo que el concepto de museo no pude limitarse sólo a un espacio donde se exhiben cosas inertes. La Ciudad ha sido un lugar donde han transcurrido los momentos fundantes de la cultura rock, incluso su expresión más radicalizada. Estamos trabajando en un mapa del rock en la Ciudad, para señalar los diversos lugares que tuvieron algún tipo de incidencia en la creación de las distintas corrientes del rock. Luego de la dictadura cívico-militar, Cemento se transformó en un lugar donde parte de lo reprimido en los´70 comenzó a ser una válvula de escape. Y donde todavía se sufría la matriz que había dejado la dictadura en las fuerzas represivas. Son históricos los cacheos y las razias policiales, la persecución que sufrían quienes frecuentaban Cemento.
APU: ¿Cuál es la importancia que marca este lugar con el rock?
PF: Por allí pasaron grandes bandas de acá e internacionales, era un lugar donde circulaban la mayoría de las bandas alternativas de la época, que hoy son parte fundante de la tradición del rock nacional. Se debe en parte a la visión artística de Chabán, que debe ponerse en discusión. Porque hoy, con los parámetros de seguridad que hemos construido entre todos, sin dudas criticaríamos las condiciones dadas allí. Como legislador soy autor de la Ley de Centros Culturales, por lo que conocemos bien este tema. Ahí planteamos darle un marco regularorio en términos de habilitación y seguridad a espacios que no contaban con esto y que era una demanda, no sólo de los Centros Culturales, si no de quienes gozan de todas las actividades que estos llevan adelante, es decir, los espacios de creación, cultura, rock, etc. que son una necesidad y un derecho así como también la seguridad al interior de ellos.
Entendemos bien que mirar con el prisma actual la historia de Cemento es un contraste muy amplio, donde vemos fallas y faltas de permisos, por lo que sufría muchas clausuras el local. Pero puede ser una mirada maniquea del asunto, no permite comprender el espíritu de aquella época, lo importante a destacar de Cemento es como cada uno de los que estuvimos ahí, como espectador o como músico, nos apropiamos de lo que sucedía en términos artísticos y simbólicos. Más allá de que luego de la tragedia de Cromañón todo el que estuvo allí, o en otros lugares, pudo pensar que podría haberle pasado lo mismo. Tenemos que poder salir de esa encrucijada, pensar a Cemento como parte de una historia viva, una memoria en construcción donde pensar Cemento es pensar diversos espacios culturales alternativos. Su relación con el teatro y las artes escénicas, a partir del trabajo de Chabán y Katja Alemann, y las oportunidades que brindaban a tantos artistas.
APU: Esa sería la parte más polémica del proyecto, al pensar la tragedia de Cromañón…
PF: Sí, entendemos eso y pensamos que lo que posibilita esto es profundizar ese debate. Porque lo que ocurrió después fue que ciertos espacios se beneficiaron, en especial los de (Jorge) Telerman, por ejemplo, que fue quien asumió luego de la destitución de (Aníbal) Ibarra. Su local La Trastienda, por ejemplo, fue favorecido por contar con los recursos para permanecer abierto y monopolizar así la escena rockera local. Y no se pensó en generar un marco regulatorio para ir incluyendo diversos espacios como los centros culturales, que son espacios de resistencia, creación y autogestión de la cultura, que después de Cromañón se resignifican. Y todavía no está en vigencia plenamente la Ley, porque no se pueden anotar completamente en el Registro de Usos Culturales del Ministerio de Cultura, trámite fundamental para iniciar la habilitación en la AGC.
La Ciudad tiene una amplia propuesta cultural, esto la puso en el lugar de capital cultural de Suramérica. Muchas de las actividades culturales como sus artistas, que nos convierten en ciudad vanguardia en la creación, se realizan en espacios de crecimiento colectivo o autogestionado que ponen en escenarios de Centros Culturales, teatros independientes, peñas, clubes de música o el espacio público, trabajos de interés artístico de suma relevancia. Es por esto que desde mi lugar como legislador trabajo en la defensa, fomento y protección de este patrimonio cultural que hace a la identidad porteña.
APU: Esto justo coincide con la tragedia en Time Warp, ¿cómo piensa que puede darse este debate en ese contexto?
PF: Hay una nota de (Eduardo) Fabregat donde asocia lo sucedido con la responsabilidad política, algo que comparto. También escuché a familiares mencionando esta propuesta como una “reapertura” de Cemento. Pero no es eso, lo decía recién. Tener un Museo puede generar los puentes necesarios para hablar de todas estas cosas. Hablar tanto de lo que significó culturalmente ese espacio, como de la tragedia que aparece como resultante de prácticas que no fueron condenadas oportunamente. Hablar de la seguridad en los espacios nocturnos, algo que aparece en la consigna que dice que no fueron “ni las bengalas, ni el rock and roll”. Cuando hay una negligencia tan grande la responsabilidad es del Estado, no de los jóvenes ni de la música. Rápidamente se estigmatiza a los jóvenes, a las tribus urbanas. Es una buena oportunidad porque consideramos que es un debate válido, que está presente en nuestro proyecto. Tanto para hablar de la complicidad de diversos espacios del Gobierno, como de las fuerzas de seguridad. Y algo que ahora se ha hecho presente, como es la relación con las drogas, y una perspectiva prohibicionista de persecución al consumidor, que lleva a que los chicos no sepan qué consumen. Es otro debate que falta, y lo mejor que podemos hacer es crear espacios donde puedan darse. Sé que genera diferentes reacciones, creo que lo mejor es complejizar eso, de un modo serio y de cara a la sociedad.
APU: ¿Cómo se presenta la campaña?
PF: La idea es que involucre a todos los que participaron de ese espacio. Por eso la consigna es “Yo estuve en Cemento”, como una propuesta que permita no negar una parte de la cultura en la Ciudad. Que incluye a todos los que allí estuvimos, y forma parte constitutiva de nuestro ADN cultural. Existe una generación que no lo conoció, pero que sabe lo que significaba para las bandas. Hoy existen otras herramientas, pero sigue siendo el aquí y ahora con el público lo fundamental del rock. Se hace fundamental cuando existen menos espacios, o son monopolizados por grandes empresarios que pueden cumplir con algunas regulaciones pero al mismo tiempo sobrevenden entradas o prohíben el acceso al agua, o instalan un mercado ilegal de drogas con zonas liberadas. Lo de Cemento es un proyecto, junto con otros, que son consecuentes con nuestra propuesta en la Legislatura, de trabajar proyectos que generen un impacto sobre la memoria de los porteños.