Historias de Idómeni: un campo de refugiados en Europa

Por Matías Quirno Costa

Laith

El es Laith, es Sirio. Tiene 6 años. Cuando tenía 4, el ISIS asesinó a su padre. Luego lo filmó y les pasó el video a su esposa e hijos. Hecho por demás cruel. No bastó eso sino que los mismos asesinos dispararon a Laith hiriéndolo en la pierna izquierda. Aun tiene la marca. Laith vivió con su mamá y su hermanita de 9 años en un vagón abandonado en el campo de refugiados de Idomeni frontera entre Grecia y Macedonia durante tres meses. Ya no tienen dinero ni comida ni nada.

Aquel campo fronterizo fue desalojado y los más de 10.000 refugiados reubicados en diferentes campos, algunos militarizados y otros no. Pero todos con las mismas carencias de agua potable, electricidad y acceso a un sistema de salud que de una respuesta mínima a sus necesidades.

La familia de Laith evalúa regresar a Siria. Europa que junto a los Estados Unidos en 2011 fomentó las revueltas árabes con dinero y armas, hoy les prohíbe el ingreso. Europa se amuralló aniquilando toda esperanza de una vida digna. Y luego de generar el caos en sus países, los rechaza en su territorio. En la actualidad, el cierre de los pasos por tierra y por el Mar egeo desde Turquía hacia las islas griegas, han generado que miles de personas se lancen al mar desde Libia intentando llegar con vida a Italia. Esta ruta está cobrándose cientos de muertos en apenas unas semanas. La Unión Europea es una vergüenza para la humanidad.