Primer paro contra Macri: ¿Cuál fue la actitud de la CGT con los diferentes gobiernos desde 1983?
Por Enrique de la Calle
La CGT realizará el próximo 6 de abril su primer paro general contra el gobierno de Mauricio Macri. Será su primera medida de fuerza luego de 16 meses de administración de Cambiemos. Mucho se habla sobre la actitud de la central frente a las políticas de ajuste macrista: ¿Debió ser antes?, o ¿había margen para seguir negociando? Este artículo propone un repaso sobre la relación (conflictiva) entre la CGT y los diferentes gobiernos desde 1983.
Empecemos por el caso del radical Raúl Alfonsín, primer presidente luego de la dictadura genocida. La primera medida de fuerza decretada por la central ocurrió en septiembre de 1984, a 9 meses de comenzada su gestión. Vale contextualizar esa medida: se dio a 2 años y medio de un plan de lucha que la CGT organizó contra el gobierno militar. Volvamos a 1984: el paro no fue acompañado por una movilización (en 1985 sí ocurriría y se reunirían 120 mil personas en Plaza de Mayo) y según los medios de la época tuvo un acatamiento del 50%. Además, los diarios consignaron que la "Mesa de Enlace gremial", cercana al alfonsinismo, y sindicatos como CTERA mantuvieron "distancia" con la medida.
La historia de conflictividad de la CGT, con Saúl Ubaldini a la cabeza, con el gobierno radical es conocida: en seis años de gestión se dieron 13 huelgas generales. Además, aumentaron las movilizaciones en sintonía con el deterioro social que las políticas económicas radicales generaron en el período. La memoria suele jugar malas pasadas: los radicales recuerdan más "los paros de Ubaldini" que el aumento generalizado de la desocupación, la pobreza y la inflación. El desempleo pasó del 3,9% al 8,1% en 6 años (¡se duplicó!); la pobreza llegó en 1989 (después de la hiperinflación) al 47%.
Recuerdos que mienten un poco: los paros a Menem
Con la llegada de Carlos Menem al gobierno la conflictividad sindical no se redujo sustancialmente, a contramano de lo que suele afirmarse. En la década menemista se registraron 9 paros generales. El primero ocurrió a 40 meses de comenzada la gestión peronista, en noviembre de 1992. Fue convocado por la CGT con apoyo de la CTA y de partidos de izquierda. Se opusieron el partido justicialista y buena parte de la oposición (la UCR prefirió no expedirse). Tuvo un acatamiento entre el 50 y el 75%, según los medios. Dos años después tuvo lugar la "marcha federal" que, entre otros, fue convocada por el Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA), espacio combativo al interior de la CGT (con la presencia del sindicalista Hugo Moyano, entre otros).
Con la llegada de la Alianza, y en un contexto de crisis social y económica ya agravada, la confrontación cegetista creció. El primer paro ocurrió a solo cinco meses de empezado el gobierno del radical Fernando De la Rúa. Fue el 5 de mayo de 2000: además de un sector importante de la CGT, reunió a la CTA, partidos de izquierda y organizaciones piqueteras, que realizaron cortes en diferentes puntos del país. En dos años de gobierno aliancista tuvieron lugar 9 huelgas general, una cada dos meses. Esa conflictividad, que por supuesto no fue solo sindical, concluyó en las jornadas de diciembre de 2001.
Fin de la crisis: ¿se terminaron los paros?
El período que va desde 2002 a 2015 es el menos conflictivo en términos sindicales desde 1983. Desde el retorno de la democracia hasta 2001 se registraron 30 huelgas generales organizadas por la CGT (por lo menos, por algún sector de la central), lo que da casi dos paros por año.
Esa tendencia se revirtió en los 13 años que abarcaron las presidencias de los peronistas Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner y Cristina Fernández: se organizaron 5 huelgas, una cada casi tres años. Los motivos están claros: mejoraron todos los indicadores sociales y laborales.
Como sea, la primera medida de fuerza del período pos-crisis ocurrió en mayo de 2002 y fue convocada por Moyano, por 12 horas y "contra el FMI". Tuvo aceptación parcial, ya que finalmente los transportes (claves para el éxito de una medida de fuerza) funcionaron con normalidad.
Hubo que esperar hasta 2012 para que nuevamente un sector de la CGT organizara una huelga general. Durante el segundo mandato de CFK se registraron 4 paros que mostraron además un cambio en la agenda de reclamos del sindicalismo: en todos se pidió en primer lugar por modificaciones en el impuesto a las ganancias que afecta a los trabajadores formales con mejores salarios. No fueron las únicas exigencias: también se reclamó por la inflación y por la situación de los jubilados, entre otros temas. Vale consignar que el segundo período de Cristina fue el menos virtuoso de la década kirchnerista en materia económica.
Con la llegada del macrismo al poder, la conflictividad social y sindical volvió a crecer. En el primer año de gestión amarilla tuvieron lugar impresionantes movilizaciones gremiales (una conjunta de la CGT y la CTA, y una nueva marcha federal, entre otras), además de medidas de fuerzas parciales, sobre todo protagonizadas por estatales. En 2017, la conflictividad tuvo como protagonistas, en primer lugar, a los docentes. Ahora será el turno de la CGT, que ya aclaró que "si no se cambia el modelo, explota".