“Un gran desafío es que los mismos movimientos formen sus investigadores”
Por Gustavo Caro y Juan Manuel Ciucci
APU: ¿Cuál es tu relación con el Mocase – VC?
Norma Michi: Hace 14 años que estoy relacionada con el movimiento. Empecé vinculada por un proyecto de estudiantes campesinos en las universidades, seguí con un proyecto de formación de maestros, y mientras hacía mi tesis de doctorado me vinculé al proyecto de Memoria Histórica.
APU: Ese espacio cumple 10 años, ¿cómo surgió y cuál es tu análisis de su actualidad?
NM: Fue un pedido de Ángel, con la intensión de reconstruir la historia del Mocase, y ahí le propusimos conformar un grupo con personas provenientes de distintos espacios que ene ese momento estaban vinculados al movimiento. Así en un principio estuvieron vinculadas personas de la Universidad Trashumante, del FANA, estudiantes de la Universidad de Luján, entre otros. Así se conformó el primer grupo, pero con el tiempo vimos que con quienes venían de otros lugares se iba complicando porque tenían otras responsabilidades. Y fue tomando el formato que tiene ahora, con compañeros militantes de distintos espacios, distintas experiencias, pero que le dan una gran importancia a la participación en el grupo de memoria. Nunca me imaginé que durara diez años, tampoco creo que Ángel. La idea era hacer un solo libro, y luego fuimos conformando la idea de hacer cuadernillos. Y el Mocase tuvo más centrales que lo que el grupo de memoria pudo hacer libros, por lo que hay un montón de centrales que no tienen aún su libro de memorias. Por lo que ahora tienen trabajo para rato.
APU: Con esa experiencia, de la que ya no formas parte, ¿cómo ves en la actualidad al movimiento campesino en Santiago del Estero?
NM: Seguí realizando otras cosas, ahora estoy colaborando con la Universidad Campesina, y con los compañeros del área de formación. Soy poco objetiva, el Mocase es un gran amor. Conozco unas cuantas organizaciones, pero es una que tiene cuestiones extraordinarias. Por lo pronto, el lugar que ocupan los jóvenes. Hoy son quienes representan al movimiento en cualquier lugar del mundo, y son muchos. Creo que es la organización que más personas tiene en condiciones de representarla, y que son intelectuales orgánicos, gente de monte adentro que ha realizado procesos extraordinarios. Es la que está planteando más seriamente en el país la formación de sus integrantes, la creación de conocimiento. Creo que es la organización más importante en el país, y dentro de América Latina una muy importante.
APU: Uno de los ejes del encuentro, era la figura del investigador popular, ¿en qué consiste esa figura, y cuál puede ser su rol?
NM: Es muy difícil pensar en un solo modelo de investigador popular. Ceo que en este momento, un gran desafío es que los mismos movimientos formen sus investigadores, y que no repitan algunos vicios que tiene la academia. Creo que la misma acadeia todavía tiene un lugar, y por lo pronto es recrear las formas de investigación, recrear los sujetos, reconocer otros saberes. Y parte de los que tenemos una opción por el trabajo dentro de la universidad es ayudar a que esto suceda. Hoy hablábamos de la construcción de espacios que se salgan de los moldes de la academia, para poder pensar en otras formas rigurosas de producir conocimiento, y que sean luego reivindicadas como parte de lo que debería ser la formación académica, o el espacio académico. Es decir, generar espacios donde los universitarios junto con otros sujetos que pueden venir de otras experiencias, puedan gestar nuevas formas de producir conocimiento, y después reclamar ante los espacios (Conicet, universidades) que eso también sea reconocido como forma de producir conocimiento, Quizás no únicas, pero tan válidas como las tradicionales.