Una entrevista de AGENCIA PACO URONDO a Piglia en 2013
Por Luciana Sousa
El crítico, escritor y docente, Ricardo Piglia brindó el miércoles 22 de mayo una charla en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, invitado por el Movimiento Universitario Evita. Ante más de 200 personas, el escritor reivindicó el espacio universitario como espacio político, y sugirió que de allí tendrían que impulsarse las medidas innovadoras en el campo literario. Insistió en que la disputa política está hoy vinculada estrechamente al uso de las nuevas tecnologías y a las posibilidades que brindan los nuevos medios de comunicación e información. “Si hubiésemos tenido esta democratización de medios y tecnología durante la dictadura, no hubiese habido 30.000 desaparecidos. Les hubiese costado muchísimo esconder lo que estaba pasando”, afirmó.
Previo a la charla, Piglia charló con Agencia Paco Urondo.
APU: ¿Existe la posibilidad de hacer una literatura que interpele al campo popular? ¿Qué tipo de género funcionaría?
Ricardo Piglia: Yo creo que sí. Hay mucha tradición aquí de literatura que ha trabajado con esas cuestiones y ha tratado de llegar a ese público. Yo tengo la sensación de que esos caminos son mejores si uno trabaja con la no ficción. Creo que las historias de vida, la posibilidad de que el campo popular encuentre su voz, que Walsh lo abrió, y muchos con él, es más eficaz, más directo. Se puede hacer colectivamente: un grupo puede acercarse a una villa a buscar una historia de vida. Mientras que en una novela, o mediante tradiciones más elaboradas, con lecturas menos directas, son siempre más difíciles. Es difícil que vos encuentres una novela que pueda hacerlo: si vos la encontrás, voy a ir a escribir una igual. Pero va a ser difícil que la encuentres, porque ha habido novelas de denuncia y demás pero han circulado en espacios muy cerrados.
Mi perspectiva es que sería interesante llevar adelante, utilizando todos los medios nuevos, formas nuevas de acercamiento y divulgación de experiencias de vida.
AGENCIA PACO URONDO: Siempre en el marco del realismo.
RP: Yo creo que eso va a ser mucho más eficaz. Me parece mucho más complejo, mucho más difícil lograr que eso pueda canalizar en una ficción, porque la ficción supone un tipo de lector particular. Las tecnologías nuevas nos permiten formas que todavía están abiertas. Y hay experiencias que se podrían tomar como base: la experiencia de los soviéticos en los años 20 que desarrollaron toda una serie de textos por ese lado. Ellos la llamaban “literatura fáctica”, que es la literatura del hecho. Ellos decían “para qué hacer una novela sobre una fabrica ideal si podemos ir a una fábrica y hacer esa novela, sobre la base de la realidad”. Esa es para mí la perspectiva, y creo que es la tarea que hay que proponer desde aquí (la universidad), a través de los estudiantes de letras. Ellos tendrían que ser los que promoverán e incentivaran a este tipo de experiencias.
AGENCIA PACO URONDO: A partir de la entrevista aquella que le hiciera a Rodolfo Walsh, ¿qué variaciones cree que se fueron dando entre la militancia y la literatura?
Walsh en aquel momento decía que no se puede hacer literatura aislado de la política. Él tenía una respuesta, él estaba haciendo en ese momento el periódico de la CGT. Y ahí él publicaba como folletín ¿Quién mató a Rosendo? que era su investigación sobre un delito del ámbito sindical. Él se ocupaba de que estuviera muy bien escrito y la gente que trabajaba con él era muy buena. En ese contexto volvemos a lo que yo decía antes.
Quizás hoy hemos pasado esa etapa de reflujo, hemos pasado a una etapa de desarrollo y de auge, y siempre ha sido la etapa de desarrollo y de auge la que ha impulsado a los intelectuales. Cada experiencia que puedan ver, desde Tucumán arde, la experiencia de los plásticos; la película de Solanas, La hora de los hornos; las experiencias de teatro en villas de Briski; han sido posibles porque había un contexto social de movilización que permitía que los artistas se acercaran y establecieran esas conexiones. Es muy difícil que por sí mismo un escritor o un artista puedan intervenir en el campo popular sin la mediación de formas políticas desarrolladas en esos campos. La militancia ayuda porque crea espacios dentro de los cuales es posible realizar trabajos artísticos “de agitación y propaganda” como decían los rusos. El problema después es con qué medios realizarlo, como discutíamos antes, y me parece que es una cuestión que aquí, en la Universidad, deberíamos discutir: con qué técnica se llevaría a la práctica este trabajo artístico.