¿Detienen a Lula?
Por Santiago Gómez
Desde San Pablo
El juez Sérgio Moro le ordenó ayer a Luiz Inácio Lula da Silva que se presente hoy antes de las 17h en el Tribunal de Curitiba para comenzar a cumplir la pena, sin haber esperado que se publique el resultado del hábeas corpus presentado por la defensa del exmandatario ante el Supremo Tribunal Federal (STF). El PT convocó a rodear la sede del Sindicato Metalúrgico donde se encuentra Lula desde ayer. El ministro del STF, Marco Aurélio, expresó su preocupación ante la prisa de Moro por ordenar la detención.
“Estoy considerando esto muy extraño”, afirmó el ministro de STF en una entrevista dada ayer al Diario del Centro del Mundo. Marco Aurélio fue el juez que durante la sesión del día miércoles solicitó que se trataran otros recursos sobre la constitucionalidad de la detención en segunda instancia sin que se termine el debido proceso.
“Estamos viviendo tiempos extraños, muy extraños. Hay todavía caminos para evitar la prisión de Lula. Un hábeas corpus en el Tribunal Regional Federal de la 4ta Región, por ejemplo”, señaló. El juez consideró que el cumplimiento anticipado de la pena es una afrenta a la Constitución. El ministro señaló que llevará a la sesión del próximo miércoles el recurso presentado por el Partido Ecológico Nacional, quien solicitó que el Supremo Tribunal se exprese al respecto.
Izquierda unida
Los dos jóvenes candidatos a presidente por la izquierda brasilera, Guilherme Boulos, líder del Movimiento de Trabajadores Sin Techo, y Manuela d’Avila, candidata por el Partido Comunista de Brasil, se acercaron hasta el sindicato para brindarle su apoyo al ex Presidente. La ex Presidenta Dilma Rousseff también se hizo presente.
El Partido de los Trabajadores, la Central Única de los Trabajadores, el Movimiento Sin Tierra, entre otras fuerzas que componen el Frente Brasil Popular, llamaron a su militancia a trasladarse a San Pablo, a la sede del sindicato en San Bernardo do Campo, así como a las provincias del sur las convocaron para movilizarse a la ciudad de Curitiba, donde Lula debería entregarse.