Fernando Esteche, desde la cárcel: "Una sociedad se mide por el trato que le da a sus presos"
Por Agustín Pisani
APU: En Argentina hay muchos presos políticos, entre ellos usted, ahora pasa algo parecido en Brasil. ¿Cómo vivió la detención de Lula Da Silva? ¿Cree que se trata de un Plan Cóndor actualizado?
Fernando Esteche: La intelectual Stella Calloni fue quien tempranamente hizo esta caracterización sobre un Plan Cóndor II, donde se juntan las dimensiones judicial y mediática. No sé si se puede hablar de la existencia de una mesa de conducción unificado, como pasó en el Plan Cóndor en los 70, pero sí existen nuevos formatos de dominación que tienen que ver con la persecución y detención de líderes populares, como pasó con Lula, y como pasa con Cristina acá o Rafael Correa en Ecuador.
APU: Es el único detenido que queda por la causa del memorándum con Irán. Todos quedaron en libertad pero insólitamente usted sigue preso. ¿Cómo vive esa situación?
FE: Hay que recordar que ese acuerdo se hizo con la aprobación mayoritaria del Congreso. En esa causa hay muchos procesados, entre ellos la propia Cristina Fernández de Kirchner. En esa causa estuvieron detenidos Héctor Timerman, Luis D´Elía y Carlos Zannini pero recuperaron su libertad después de un tiempo. A mí no me permitieron ese derecho. Hubo claramente un trato desigual hacia mi persona.
APU: Usted contó que pudo asilarse en otro país y no quiso hacerlo.
FE: Me presenté voluntariamente, no me fueron a detener. Siempre fui cuando me requirieron. Entré y salí del país 50 veces en este tiempo. Todos sabemos que hubo países amigos que me ofrecieron asilo político pero decidí presentarme y enfrentar a la Justicia argentina, con mi verdad. Toda mi trayectoria está en este país, soy militante popular, docente universitario y tengo mi familia acá. Nadie puede discutir mi arraigo ni mi compromiso con el país.
APU: De hecho, se realizó una clase pública en la Universidad de La Plata para pedir su liberación.
FE: Participaron distintas corrientes políticas para pedir por un profesor que está detenido.
APU: A pesar de estar preso, puede seguir las noticias por la televisión. ¿Qué opina sobre la situación política del país?
FE: Como bien decías, me desinformo (risas) con la televisión. Más allá del evidente y grosero blindaje mediático es eviente que hay una crisis económica y social. Se ha empobrecido la vida, eso es obvio. El tarifazo es muy evidente y ha golpeado a las familias. En el plano político, la oposición tiene un largo recorrido por hacer para llegar a la unidad y lograr construir una alternativa a un proyecto político que no es el del hijo bobo de un empresario rico. Es un proyecto más complejo, que tiene la suficente inteligencia política en el marco de un nuevo esquema de dominación. Que además busca y logra el consenso en amplios sectores sociales. No hay que subestimarlo.
APU: ¿Cómo es su situación en la cárcel?
FE: Estoy en un pabellón común. Estoy filmado todo el tiempo, no sé por qué. Creo que no tiene que ver con la justicia sino que es política del servicio penitenciario. Todos los movimientos míos son seguidos por monitoreo, desde las visitas hasta ir al baño.
APU: Ahora está detenido, pero por su historia como militante también visitó muchas cárceles. ¿Cuál es la situación del sistema penitenciario argentino?
FE: La historia del servicio penitenciario cambió con el papá de (Roberto) Pettinato -Roberto Pettinato padre fue Director Nacional de Institutos Penales durante el gobierno de Juan Domingo Perón y creador de la Escuela Penitenciaria de la Nación-, cuando se realizó una reforma durante la revolución peronista. Donde empiezan las visitas de los familiares, se discute el derecho a la visita íntima, a la asistencia jurídica de los detenidos. Con el kirchnerismo ocurre otro vuelco, donde se le permite estudiar y trabajar a los presos. Pero se da en un contexto de mucho retroceso. Es una institución con muy poco presupuesto, donde hay cajas negras y espacios muy oscuros. Siempre cito a Dostoyevski, que dice que una sociedad se mide por el trato que le da a sus presos. Creo que nunca esa frase fue tan representantiva de lo que pasa hoy en Argentina. Estoy en un pabellón con 49 personas, 49 historias, frustraciones y esperanzas. Con atención sanitaria deficiente. Con mucho dolor.
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