Villa 21.24: comenzó el juicio por torturas a los militantes de la Poderosa
Por la Garganta Poderosa
Ayer viernes 11 de mayo desde las 9 de la mañana, comenzó el juicio por las torturas cometidas a Iván Navarro y Ezequiel Villanueva Moya, jóvenes de la villa 21-24, ejercidas por miembros de la Prefectura Naval Argentina. Serán juzgados seis uniformados pertenecientes a la Fuerza de Seguridad, quienes se encuentran en prisión preventiva en el Penal de Marcos Paz. El proceso judicial lo llevará adelante el Tribunal Oral en lo Criminal n°9, integrado por Fernando Ramón Ramírez, Ana Dieta de Herrero y Jorge Humberto Gettas. Se trata del primer juicio al Ministerio de Seguridad de la Nación comandado por Patricia Bullrich.
Recientemente, el Relator Especial sobre Tortura del Consejo de Derechos Humanos, Nils Melzer, visitó Zavaleta para entrevistarse con Iván y su familia. En su informe de observaciones preliminares sobre el Estado argentino, destacó el dispositivo que lleva adelante la organización villera La Poderosa en busca de acompañar, denunciar y prevenir la violencia policial: el Control Popular a las Fuerzas de Seguridad.
El 24 de mayo de 2017, el Comité Contra la Tortura de la ONU, dentro del apartado sobre la violencia policial, se mostró “preocupado ante informaciones que dan cuenta de patrones de violencia y arbitrariedad por parte de las Fuerzas de Seguridad federales y provinciales”, haciendo eje en el caso de Iván Navarro y Ezequiel Villanueva Moya, además de resaltar el de Lucas Cabello.
En la noche del 24 de septiembre de 2016, Ezequiel, de 15 años, fue interceptado por personal de la Policía Federal Argentina (PFA) en la villa 21-24. Iván, de 18 años, intervino en la situación para averiguar lo que estaba ocurriendo. Momentos después llegó personal de la Prefectura Naval Argentina (PNA), subió a los jóvenes en dos móviles por separado y los llevó a la garita de Iguazú y Osvaldo Cruz para golpearlos. Acto seguido los llevaron a la vera del riachuelo, donde los obligaron a hacer flexiones de brazos mientras se les tiraban encima, los amenazaron con tirarlos al riachuelo esposados y los hicieron correr una carrera de la muerte, en la que les dijeron que iban a matar a quien perdiera.