Familiares de víctimas de violencia policial marcharon y pidieron la renuncia de Patricia Bullrich
Por Santiago Asorey y Malena Ambas para cobertura colaborativa
Foto: cobertura colaborativa
Con el acompañamiento masivo de organizaciones sociales, políticas y organismos de Derechos Humanos, decenas de familiares de víctimas de violencia institucional marcharon en la cuarta Marcha Nacional contra el Gatillo Fácil y la Represión Estatal. La jornada contó con actos y movilizaciones en distintos puntos del país. El acto central tuvo su epicentro en la Plaza de Mayo, luego de la marcha desde la Plaza de los dos Congresos. Como lo hicieron las madres y las abuelas en el pasado pidiendo justicia, las madres de hoy, encabezaron la movilización, exigieron justicia por todos los casos y pidieron la renuncia de la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, quien defendió en varias ocasiones el accionar arbitrario de las fuerzas de seguridad. En este marco, AGENCIA PACO URONDO dialogó acerca de la jornada con familiares de víctimas de crímenes cometidos por las fuerzas de seguridad en democracia
Roxana Cainzos, madre de Nehuen Rodríguez, un joven del barrio de La Boca que falleció luego de ser atropellado por la entonces Policía Metropolitana, enfatizó: “Lo que nos va a sacar adelante es la lucha entre todas las madres y familiares porque todas tenemos el mismo dolor por la pérdida de nuestros familiares y de nuestros pibes. Estamos exigiendo que esto se termine porque no puede seguir así. Las fuerzas represivas atacan a nuestros pibes con la discriminación en nuestros barrios más humildes. Estamos viniendo a reclamar: basta de gatillo fácil”.
Con una columna encabezada por mujeres, la movilización avanzó por avenida de Mayo. “Esto es muy fuerte porque estamos viendo madres nuevas. Muchas veces hemos dicho que no queríamos ni una madre más al lado nuestro, que cuando salíamos a la calle salíamos para que no sigan matando a nuestros hijos. Y lamentablemente hoy los siguen matando peor que antes. Este gobierno le tiene odio y fobia a los pobres y más a los pibes. Los matan como si nada. Estar acá todas juntas nos da fuerza a todas”, sintetizó Dolly Demonty, madre de Ezequiel Demonty, un joven vecino del Bajo Flores asesinado por la Policía Federal en septiembre del 2002.
“Yo soy una hermana, no una mamá, que lucha por justicia. Encontrarnos con las madres me produce mucha emoción. Me fortalece un montón. Hay muchas madres que son mucho más jóvenes que yo. En ellas encuentro a mi madre y la madre de Andrea. Acá estamos todas reunidas porque el estado nos asesinó a nuestros seres queridos”, sostuvo Eugenia Vázquéz, hermana de Andrea, quien murió producto de los golpes que recibió por parte de agentes de la Policía Bonaerense mientras estaba detenida en 2002. Además añadió: “Primero nos detienen, nos torturan, nos reprimen y por último matan por la espalda a nuestros seres queridos. Principalmente a los pibes jóvenes. Mi hermana es la primera mujer muerta por torturas en democracia, a ella no le dieron un tiro por la espalda. Pero ella sufrió la tortura bajo los uniformes de los policías de la comisaría primera de Florencio Varela en el año 2002. Llegamos a esta instancia todavía pidiendo justicia. La causa de mi hermana no está impune porque llegamos a cinco juicios aunque hayan pasado 16 años. Pero también llegamos porque fui acompañada desde el principio por los cuatro organismos más importantes y hoy reconocidos en todo el mundo: Madres de Plaza de Mayo línea fundadora, las Abuelas de Plaza de Mayo, los familiares de detenidos desaparecidos por razones políticas, la agrupación HIJOS y todas estas madres que hoy me rodean para pedir justicia, para que el Estado no nos siga asesinando a nuestros pibes”. Las madres contra el gatillo fácil, sin duda le ponen el cuerpo a la pelea por justicia. Son herederas de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Están juntas y organizadas por sus hijos.
Angélica Urquiza, madre de Jonathan “Kiki” Lezcano, asesinado en 2009 por el ex policía Daniel Santiago Veyga, expresó: “Hoy para nosotras estamos pariendo a nuestros hijos. Es triste pero es muy emotivo saber que todas las madres estamos en lucha. Que no nos quedamos como nos quisieron dejar cuando mataron a nuestros hijos. Nos paramos en el dolor para seguir adelante. Es muy doloroso saber que hay más remeras y más carteles. Esto se tiene que terminar de una vez por todas. Queremos hacer ver este poder que tenemos ahora: que vean todos que estamos organizadas”.
“Tenemos que decir que estas fuerzas de seguridad son represivas y son asesinas del pueblo. Esta política de seguridad que está llevando a cabo este gobierno neoliberal es represión y muerte para los jóvenes, para los trabajadores y para los que reclaman por quedarse sin trabajo. No les interesa el pueblo”, concluyó Miriam Medina, madre de Sebastián Bordón, asesinado por la Policía de Mendoza en 1997.