Violencia institucional: doctrinas que asesinan
Por Julia Pascolini
El lunes 23 de agosto fue asesinado a golpes Cristian Ezequiel Gallardo. La policía de Salta entró a su casa dando una patada a la puerta, después de que Cristian viera el patrullero e ingresara buscando refugio de lo que ya suponía que iba a pasar: la policía lo aprehendería por estar sentado en la vereda con un amigo, charlando y bebiendo.
El domingo 22 de este mes, justo un día antes del asesinato de Cristian, Johana Monzón se quitó la vida en la Unidad Penitenciaria N 33 de Los Hornos. Johana era interna de esa unidad y antes de suicidarse ya había intentado hacerlo algunas veces. Tres exactamente. Johana pidió auxilio al servicio en varias oportunidades. Después de negar muchas veces su condición de vulnerabilidad y depresión fue trasladada al sector psiquiátrico de la Unidad 45. Después de un mes la llevaron nuevamente a la 33, unidad en la cual no recibió ningún tipo de tratamiento/seguimiento.
A lo largo y ancho del país los casos de violencia institucional recrudecen, pero lo hacen especialmente cuando los gobiernos de turno abogan por un estado chiquito, para pocos y que sea represor. El sistema de seguridad, incluidas la policía federal, las provinciales y las locales tanto como los sistemas penales de encierro se vieron alentados a ejercer diferentes tipos de violencias. En el caso de Johana el hecho es de abandono de persona y la responsabilidad es de las autoridades de la institución y lo es también del Sistema Penitenciario Provincial, al que responde dicha unidad.
¿Qué es la doctrina Chocobar? Se trata de un sistema de disciplinamiento social. En diciembre de 2017 Luis Chocobar, policía que estaba de civil en ese momento, mató a Juan Pablo Kukoc, de 18 años, en una corrida. Lo mató por la espalda. Pese a que los video dejaron claro que el disparo de Chocobar había sido efectuado por la espalda, la teoría de “la defensa propia” no cesó, y Mauricio Macri y Patricia Bullrich lo invitaron al despacho del primero en la Casa Rosada. Clarísima apología del asesinato, del gatillo fácil. Después de este caso Bullrich, ministra de Seguridad, dijo que el policía había llevado adelante los protocolos de seguridad. Esa es la doctrina Chocobar, la que justifica casos de gatillo fácil, de violencia institucional y la justicia por mano propia.
Los casos se repiten, en junio, Juliana Bejar también fue abandonada por el Estado, pero aquella vez fue en el Penitenciario Federal N IV de Ezeiza. El 26 de junio se prendió fuego en su celda, después de ser reprimida por querer ver televisión. Demoraron 20 minutos en sacarla de la celda. 20 minutos la dejaron quemarse, mientras sus compañeras ahogaban el silencio de quien dice no escuchar a tiempo. El sistema penitenciario abandonó a Juliana, la dejó lastimarse y llegar a terapia intensiva ¿qué es eso si no es violencia institucional?