"La primera política del gobierno fue el desmantelamiento de las políticas públicas de comunicación"
Por Eliana Verón | Foto Camila Alonso
Agencia Paco Urondo: ¿Cuáles son los saldos políticos que deja el macrismo en materia de comunicación?
Larisa Kejval: No hay que olvidarse que una de las primeras políticas del gobierno de Cambiemos fue la intervención al AFSCA (Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual), en diciembre de 2015 y el desmantelamiento de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual a través del decreto 267/15. Es decir, sus primeras políticas fue el desmantelamiento de las políticas públicas de comunicación. Esto inaugura una política regresiva en términos de derechos comunicacionales, entre otros derechos. Y ello se expresa en varias cuestiones, quizá el ícono más emblemático fue la fusión de Telecom y Cablevisión porque lo que se profundizó más brutalmente durante estos cuatro años de macrismo fue el proceso de concentración de las comunicaciones tanto mediáticas como las telecomunicaciones convergentes. Al mismo tiempo hubo un desguace de los medios públicos, como por ejemplo, la parálisis de las filiales de Radio Nacional en muchas provincias. El vaciamiento de programación de la Tv Pública o de la política de Televisión Digital Terrestre o Abierta que, de alguna manera había empezado a alternativizar con la política del cable que es un sector arancelado. También se detuvo la política pública de implementación de las radios CAJ, Centros de Actividades Juveniles, llevado a cabo por el sistema educativo en todo el país. La modificación y desmantelamiento de los órganos de control, asesoramiento y diseño de política publica en comunicación. En lo que respecta a los medios comunitarios hubo una parálisis en la política de fomento con una aplicación a cuenta gotas y dilaciones del famoso FOMECA (Fondo de Fomento Concursable de Comunicación Audiovisual), y el desarrollo de una política de decomiso a los medios comunitarios que no se veían hace muchos años. Una creciente represión a los periodistas y reporteros gráficos que cubren los conflictos y las protestas sociales. Recuerdo la detención de los compañeros de FM La Patriada, La Garganta Poderosa, el reportero de Página/12, sólo por citar alguno. Y en este marco, también una fuerte discrecionalidad en la distribución de la publicidad oficial que favoreció a los medios concentrados, una creciente precarización laboral y aumento de los despidos en el sector de los trabajadores y trabajadoras de los medios de comunicación con un estimado de más de 3500 despedidos y despedidas.
APU: Se cumplen 10 años de la sanción de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, y hace poco dijo que al kirchnerismo le costó comprender que debió fortalecer los medios comunitarios, ¿cree que hubo un aprendizaje en este tiempo macrista y de cara a un posible nuevo gobierno del campo popular y nacional?
LK: Creo que hubo aprendizaje, y eso se nota en quienes venimos pensando cómo deberían ser las regulaciones, entre algunas custiones, porque todos tuvimos muy en claro que el primer objetivo de aquí al 27 de octubre era ganar las elecciones. Por lo tanto, creo que venimos teniendo la madurez necesaria de no dar discusiones que nos dividan internamente. También pienso que los desafíos que tenemos ahora no se resuelven sólo con la restitución plena de la ley Servicios de Comunicación Audiovisual. Me parece que además del balance que nos deja el macrismo de estos cuatro años, tenemos una transformación muy profunda del modo en que se va dando la convergencia, los modelos de negocios y el desarrollo de las tecnologías que van transformando los hábitos de consumo y las lógicas de producción mediática. Entiendo que todo esto genera un nuevo escenario, requiere el diseño de política publica que restituya algo de lo anterior, pero que atienda los nuevos desafíos. El paradigma en el cual debemos pararnos sigue siendo pensar la comunicación como un derecho humano, y poder distinguir en la convergencia aquellas tecnologías que sólo transportan los contenidos de quienes los producen y tienen responsabilidad editorial. Esto será importante al momento de pensar una regulación, la promoción de trabajo, el federalismo, la diversidad y el pluralismo. Y por supuesto, pensar una comunicación soberana que es otro gran concepto que debemos recuperar, ya que cobra un nuevo valor conforme a los actores que tiene incidencia en las lógicas de producción y que son actores transnacionales o con poderes que van más allá de las fronteras nacionales. Este es el panorama. Igual veremos lo que suceda después del 10 de diciembre, que no va ser fácil justamente por este escenario complejo.
APU: ¿Qué tipo de articulación o espacio piensa para los medios alternativos, populares y comunitarios en su vínculo con la carrera de comunicación?
LK: Siempre hubo una relación. En todo caso hay que ver cómo se ha ido dando. Recordemos ejemplos como radio La Tribu, lugar donde no sólo trabajé sino que milité durante 16 años, que de algún modo es un medio hijo de esta carrera. No de manera institucional, pero sí fue fundada por alumnos de Comunicación Social. Y haciendo un poco de historia, es cierto que durante los años ´90 la comunicación comunitaria tenía un lugar periférico, pero también es cierto que esta carrera se inicia con una orientación en ese tipo de comunicación. Luego de debates y reflexiones que teníamos por entonces fue ocupando un lugar más central en la propia academia. Creo que se ha avanzado mucho desde esos momentos a esta coyuntura. Hay algunos indicadores, algunos hitos o acontecimientos que se pueden mencionar como el avance en investigación en ciencias sociales vinculada a la temática con docentes como Natalia Vinelli, Patricia Fasano en Entre Ríos, Claudia Villamayor en la facultad de La Plata, yo misma y un montón de colegas que hemos tomado la decisión de generar conocimiento y además jugar con el campo académico como un modo de legitimación y producción de conocimiento que nutra a los debates del sector.
APU: Hace muy poco se conoció el primer relevamiento sobre medios comunitarios, populares, alternativos, cooperativos y de Pueblos Originarios en Argentina ¿responde a esa vínculo con la academia?
LK: Es otro acontecimiento como resultado de la creación, en 2014, de la Red de Investigación en Comunicación Comunitaria, Alternativa y Participativa (RICCAP) que nuclea a compañeros y compañeras que venimos trabajando en espacios académicos y que tenemos un pie en las experiencias y en la militancia, en la que analizamos y vimos la falta de producción de conocimiento que pudiera no sólo visibilizar al sector, sino también contribuir con datos empíricos al debate público. Y el resultado es este primer relevamiento de casi 300 radios y televisoras de todo el país porque no existía. Iniciativa de la que participamos investigadoras e investigadores de 11 Universidades Públicas. Ni FARCO (Foro Argentino de Radios Comunitarias), ni AMARC (Asociación Mundial de Radios Comunitaria), ni la Red Nacional de Medios Alternativos tenía todo ese material sobre cuáles son, dónde están, cuáles son sus características técnicas, legales u organizacionales de todos estos medios. Entonces, ¿qué sabemos hacer? investigar, tenemos el vínculo con las redes y los actores, está faltando sistematizar esta información para poder incidir en el diseño de políticas públicas a partir de los datos producidos por las universidades. Ahí hay un indicio de cómo la academia puede relacionarse con el sector de manera complementaria y con acuerdos que nos permitan seguir construyendo otros modos de articulación estratégicamente en pos de objetivos comunes.