Fontova: “El macrismo en el poder me generó una sensación de bronca, tristeza y ganas de organizarme”
Por Mariano Nieva | Ilustración: Silvia Lucero
Horacio Fontova falleció el 20 de abril de este fatídico año signado también por la pandemia de COVID-19 que por estos días sigue asolando a todo el mundo. Por eso y a modo de homenaje, desde AGENCIA PACO URONDO (APU) reproducimos la última nota que el músico, actor y dibujante entre otras yerbas, le concedió al programa radial El Jardín de los Presentes en marzo de 2017. En aquella oportunidad "El Negro" repasó sus comienzos en la música, el show junto a Los Redondos reemplazando al Indio Solari, su paso como diagramador por El Expreso imaginario, la etapa junto a Los Sobrinos, su banda más emblemática. Habló también de los espectáculos que estaba mostrando en aquel momento, de Cristina Kirchner, de Milagro Sala y de su compromiso social y político entre muchos otros temas.
Ninguna revolución nació de la calma
Agencia Paco Urondo: Años atrás te presentabas como General o Reverendo. ¿Y ahora en 2017?
Horacio Fontova: General soy siempre. Lo que sucede es que a veces se lo asocia con lo peor de la jerarquía militar. Pero la primera acepción de la palabra según la Real Academia Española dice: “común a todas las cosas”. Por eso, todos/as somos generales/as. Salvo algunos/as que siempre van a ser particulares y también reverendos/as…hijos/as de puta (risas).
APU: ¿Cómo fuiste construyendo esa formación musical que tenés que incluyen tantos y diversos sonidos y estilos?
H.F.: Las distintas expresiones musicales llegaron a través de mis familiares. Provengo de un hogar de músicos/as que solían interpretar diferentes estilos que podían ir desde música clásica a tango y folclore. Mi querida hermana Mimí por ejemplo, hizo que me gustara la salsa cuando me regaló un disco de Tito Puente. Lo mismo mi amada prima Susana que a los 14 años me obsequió una guitarra y me enseñó a tocar zambas y chacareras.
APU: ¿Y el rock cómo aparece en tu vida?
H.F.: Cuando hice la colimba en 1967 en Azul provincia de Buenos Aires. Recuerdo que en la radio Spika forrada en cuero que tenía por primera vez escuché, solo, en el medio del campo y bajo una noche estrellada, la canción de The Beatles “Lucy in the sky whit diamonds“ que estaba incluida en el disco “gt. Peppers Lonely Hearts Club Band que había salido hacía muy poco. Casi me vuelvo loco. Así que terminé de escuchar eso y fue como si me hubiera clavado una pepa del mejor ácido lisérgico (risas).
APU: ¿Qué nos podés contar de tu paso por esa experiencia inédita para el periodismo gráfico y la contracultura que fue El Expreso Imaginario?
H.F.: Era director de arte en El Expreso. Me encargaba de las ilustraciones junto a Resorte Hornos, René Olivares y Rubén “Nebur Vázquez”, entre otros. Además, me ocupaba de la diagramación, la edición y la impresión. Imaginate que en aquel tiempo no había computadora. El trabajo lo hacía íntegramente con regla T, escuadras, goma, Rotrings y pegando los textos en las hojas. Todo muy épico. La publicación que tenía sus almas maters en Jorge Pistocchi y Pipo Lernoud comenzó a salir en medio de un momento de mierda en donde estaban por llegar los milicos al poder después del golpe de 1976. Cuando comenzó el proceso militar eran solamente dos las revistas que daban algún tipo de respuesta a los planteos de la época, cada una a su manera. Estaba Humor que quizás se jugaba un poco más con Andrés Cascioli y nosotros con El Expreso Imaginario que intentábamos ser una alternativa a través del arte, la música y la ecología. Todas nuevas propuestas para pensar que por suerte la dictadura no entendió si no, creo, no hubiéramos durado hasta 1983 y yo no estaría acá.
APU: ¿Qué recuerdos te quedan de ese particular espacio cultural que tuviste que se llamó El Goce Pagano?
H.F.: Los mejores, allí los días miércoles armaba “Las peñas didácticas” y para que todo eso funcione me ponía en manos de los hermanos Gramajo unos santiagueños enormes que medían en promedio 1,90 cada uno/a. Ellos/as además, se ocupaban de hacer las empanadas, lo que le agregaba al ambiente algo muy lindo y folclórico a la vez. Era la época de la irrupción de los punks en Buenos Aires y recuerdo que venían a aprender a bailar chacareras. En El Goce Pagano también tocaron Los Redondos varias veces. Así que el espacio lo armé además un poco para paliar mi salida del colegio La Salle porque siempre digo que de esa institución salen tanto “Marianos Grondonas como Horacios Fontovas” (risas). Por eso me hice pagano, nada de lo que me enseñaron ahí me gustó.
APU: Hablando de Los Redondos. Alguna vez cantaste con ellos en lugar del Indio Solari.
H.F.: Participé de unos conciertos con Los Redondos en el Teatro Margarita Xirgú ubicado en el barrio de San Telmo en reemplazo del Indio Solari. Porque yo era muy amigo de Skay Beilinson quien además fue parte tocando la guitarra de Los Ángeles Misteriosos junto a Andrés Calamaro y Daniel Melingo que actuaban junto al grupo Fontova Trío que armé junto a Carlos Mazzanti y Fenna Della Maggiora por aquellos años.
APU: ¿Y de Los Sobrinos qué nos podes contar? Fueron muchos las años que compartiste con esa banda que incluyó a grandes músicos en las diferentes formaciones que tuvo.
H.F.: Los Sobrinos fue el grupo que más duración tuvo en mi carrera y lo integraba Gustavo Donés, Raúl Pugach, José María Ríos, Eddy La Foca Rodríguez y Ricky Olarte entre muchos otros músicos. Recuerdo que teníamos un micro para las giras que lo bancábamos entre todos y que era una locura. Con Los Sobrinos teníamos una forma de celebrar o condenar si alguno se mandaba una cagada que la llamábamos La Puerta 12 y que remitía irónicamente a la tragedia ocurrida en el estadio de River en 1968 donde murieron aplastados varios hinchas de Boca al término de un superclásico y que incluyó una salvaje represión policial. Así que si alguien de la banda era considerado merecedor de este castigo debía dócilmente acostarse sobre una de las cuchetas del ómnibus y soportar que todos los demás se tirasen encima. Nos divertíamos mucho y todo siempre terminaba con risas.
APU: ¿Cómo te pegaba el hecho de que varios temas de tu autoría, sobre todo en los ’80, hayan tenido tanta repercusión?
H.F.: Muy bien. Me encantaba por ejemplo que “Los hermanos Pinzones” (1985) sonara en todos lados con su lírica repleta de engañifa de palabras, o “A pesar de todo me siento bien” (1987) que ofrece un lindo concepto de resistencia. De todos modos, tengo que decir que hoy en mis conciertos cuando me piden viejos temas me disculpo e intento explicar que en verdad no me gusta mucho hacerlos.
APU: En lo personal conocí las primeras canciones tuyas que hablaban de religiosidad popular en 1988, cuando de muy jovencito comencé a participar de la Peregrinación Juvenil a pie a Luján que se lleva a cabo todos los años. Los cassettes con tu música no faltaban para acompañarnos en la caminata.
H.F.: Es que desde siempre estuve ligado a esa Iglesia tan comprometida con los más humildes. Y en este momento en particular, y hablando de la religiosidad popular, estoy muy cerca de los Curas en Opción por los Pobres donde están los padres Eduardo de la Serna y Francisco Paco Oliveira entre otros.
APU: Tus conciertos que siempre tienen una gran cuota de humor generalmente los montás en lugares pequeños: ¿hay un motivo particular en esa elección?
H.F.: Siempre digo que el humor es vasodilatador porque favorece la circulación de la sangre en oposición a lo que nos propone este sistema humano de mierda desde siempre que son todas cosas vasoconstrictoras. Por eso es que prefiero los lugares de pequeñas dimensiones porque aparte de hacer música me gusta adornar las canciones con historias y delirios. Y para que eso suceda es necesario tener intimidad con un público que no sea muy numeroso.
APU: Contanos algo sobre los espectáculos que estas llevando a cabo por estos días. ¿De qué se tratan?
H.F.: Por el momento estoy haciendo dos espectáculos, uno que se llama El Color de mi Tierra que lo estuve presentando en el Club Atlético Fernández Fierro (CAFF), ese lugar tan lindo y tan cómodo que está en el barrio del Abasto y que pertenece a la Orquesta Típica Fernández Fierro (OTFF). Toda gente muy amable y que por otra parte suenan como los Cañones de Navarone, re heavies y te vuelan la peluca. Ellos me contaban que en los comienzos del espacio cultural la propuesta que existía era que si alguien donaba una silla, a cambio podía ver un espectáculo gratis. Por eso el lugar tiene la particularidad de no tener ningún asiento igual al otro. Este show oficia también como adelanto de mi nuevo disco que terminé de grabar pero que aún le faltan las mezclas a las 38 canciones para que queden listas. En este próximo trabajo, además de contener algunos temas propios, está lo mejor de nuestro folclore representado en chacareras, bailecitos, cuecas y escondidos. Y el otro, lleva por nombre El Affaire Luciana que lo estuve mostrando en Los Chisperos, el café concert que es propiedad de la legisladora porteña Gabriela Cerruti y que queda en San Telmo. Esta obra está basada en las musicalizaciones de mis amoríos con algunas mucamas de un hotel donde yo vivía en mi exilio en Paris, capital de Francia. Allí, y como todas eran muchachas de diferentes nacionalidades, a la italiana le cantaba canzonetas, a la brasileña bossa nova, a la gringa jazz y así.
APU: En tus conciertos más allá de la música también mostrás con sorna e ironía el espanto que estamos viviendo con el Macrismo en el poder. ¿Cómo te pega en lo personal esta nueva versión del neoliberalismo en nuestro país?
H.F.: Hace un tiempo compuse una canción que nunca falta en mis presentaciones que se llama “Los Negros vienen marchando” y que en una parte de la letra dice: “A todo con una falsa alegría intentaron disfrazar. Pero al pueblo y su hidalguía jamás podrían dominar. Día tras día nuevas tropelías se sabía que anunciarían. Que muchas familias ya no comerían. Tanta gente no les convenía (…)” y que es como una radiografía de lo que sucede hoy con estos hijos de mil putas que nos gobiernan y que lamentablemente nos está llevando a la ruina. Por eso, es que siento una mezcla de tristeza, bronca y ganas de organizarme. Por otro lado, no sabés bien que va pasar con el resto del arco político porque hay otros/as personajes por ahí pululando que son muy temibles. Por ejemplo, esa rueda de auxilio que me parece tiene el macrismo y que es un tipo que no me gusta nada y es Sergio Massa con su aliada Margarita Stolbizer. Por eso los medios concentrados de comunicación le queman la cabeza a la gente y le entran por ese lado.
APU: El problema de los estallidos sociales que se originan cuando la situación no da para más es que los/as muertos/as siempre los/as termina poniendo el pueblo.
H.F.: Es verdad. Pero vos también sabrás que ninguna revolución nació de la calma. Hay que reaccionar nada más y si tenemos que aportar sacrificios habrá que hacerlos. Yo tengo a veces la sensación de estar acorralados y pienso en cómo se podría salir de este lugar de encierro y asfixia. Perversamente, a menudo, se me cruza la idea de que en poco tiempo este gobierno de derecha tenga que instalar un nuevo corralito, se pudra todo como en 2001 y se termine esta pesadilla. Y ojo que la proyección en cuanto a la economía viene por ahí, no sería extraño que ocurra algo similar.
APU: A mí lo que me incomoda, me duele e intento comprender a veces es que muchos/as de los que votaron por Cambiemos se nos parezcan tanto. No todos/as son fachos, ricos y de derecha.
H.F.: Sí pero de todos modos me cuesta entender a esa gente. Lo que pasa también es que los grandes medios de comunicación vienen laburando e instalando el chip desde hace tiempo y prendió penosamente también en mucha gente muy querida. De todos modos, pasan cosas esperanzadoras. Por ejemplo, hace poco un joven me contaba algo muy extraño que le sucedió con un taxista. El tipo mientras iba manejando le dijo que lo había votado a Macri pero que ahora estaba muy arrepentido, y a punto de llorar le confesó: “Espero que pronto la señora Cristina vuelva y nos sepa perdonar “.
APU: Después está el sujeto que alguna vez Bernardo Neustad caracterizó como “Doña Rosa” que son personas que muchas veces se declaran apolíticas sin capacidad de discernimiento y que le creen solo a determinados medios de comunicación o a personajes de la televisión que terminan siendo formadores de opinión.
H.F.: Justamente el otro día me encontré a esta Doña Rosa a la que te referís haciendo compras en el mercadito chino de la otra cuadra de casa. Una señora protestaba por los precios, yo estaba al lado y le digo: “¿Viste? No se puede vivir así” y ella se da vuelta y me contesta: “Y bueno ahora hay que pagar toda la fiesta que nos dejaron los K”. La miro y le respondo: “¿Pero vos no estás bien informada por ejemplo sobre los Panamá Papers que involucran al actual presidente Macri? A lo cual me dice: (impostando la voz) “¡Hay Fontova! A Mauricio le hicieron una cama con ese tema de las cuentas off shore”. Entonces, ahí se termina la discusión. Es imposible continuar.
APU: Por otro lado, se te ve muy involucrado en lo referente a la causa por la detención de Milagro Sala.
H.F.: La causa Milagro Sala es una de las cosas que todos aquellos que leen Clarín y miran TN tienen incrustada en el chip que les metieron y que hace que les importe tres carajos si está detenida justa o injustamente. Habría que hacerles saber a esa gente que la dirigente de La Tupac Amaru es una presa política. De todos modos estoy seguro de que nosotros, los que estamos de la vereda de enfrente, somos muchos más de lo que se imaginan. Y sabemos muy bien como es el asunto. Y además, estamos esperando todo el tiempo a que vuelva La Jefa, Cristina Fernández de Kirchner.
APU: Con La Cámpora también tenés un vínculo muy especial.
H.F.: Es que soy el padrino de La Cámpora Comuna 15 del barrio porteño de Villa Crespo. Y quiero dejar bien en claro lo que estos/as pibes/as están haciendo. Porque a muchos/as les hicieron creer que se trata de una juventud hitleriana, armada e irracional. Y la verdad es que es gente muy convincente y con ganas de contribuir al bien general.
APU: ¿De Sonia Braguetti, tenés noticias o no la volviste a ver nunca más?
H.F.: Mirá, cuando murió Jorge Guinzburg en 2008, mi prima Sonia Braguetti se fue a vivir a Checoslovaquia donde se casó con Miroslav Brandsic un magnate local. Luego, ya instalada y con todos los papeles en regla, pudo inaugurar en Praga un sauna que se llama “Marisc” y que cuenta con un plantel de mujeres checas impresionantes. Cada tanto hablamos y además estamos en contacto a través de Facebook. Lo que sí te puedo contar es que Sonia todavía sigue atada a los recuerdos de su vida antes de “Peor es Nada”( 1989-1994) el programa de televisión que hizo junto al petiso durante cinco años, cuando en un bar era bailarina, hacía desnudos y se sentía como una Mata Hari.
APU: Sé que tenés casi terminado un segundo libro que sucede a Temperamental. Cuentos (2005). ¿En qué etapa está la nueva publicación?
H.F.: Efectivamente, Temperamental. Cuentos (2005) es mi primer libro que edité a través de editorial Sudamericana gracias a mis dos amigos y especie de curadores literarios que son Carlos Ulanovsky y Marta Merkin. Y ahora, terminé otro que lo tengo ahí, que en cualquier momento lo edito y que se llama Humano Cero Humano.