El gatillo fácil impune de Roberto Autero: “Es un desprecio a la vida de los pibes”
Por Diego Moneta
El 7 de febrero de 2015 Roberto Autero, de 16 años, perdió la vida como consecuencia del accionar del oficial Sebastián Ezequiel Torres de la, por ese entonces, Policía Metropolitana. Roberto era el menor de cuatro hermanos, vivía en la calle y estudiaba en el Centro Educativo Isauro Arancibia. Ante la falta de acción por parte del Poder Judicial, docentes y alumnos de la institución se pusieron al frente de la denuncia y, en el camino, encontraron el apoyo de legisladores, agrupaciones y movimientos sociales.
Torres, quien se desempeñaba en la Dirección de Vigilancia y Prevención, estaba descansando dentro de su vehículo estacionado en el barrio de Caballito. El joven Autero, junto a otros dos chicos, se acercó y golpeó una de las ventanillas con un arma de juguete. Al advertirlo, el policía intentó sacar su arma reglamentaria pero se le trabó, por lo que demoró unos momentos. Una vez destrabada, y con ella en sus manos, descendió del automóvil y observó como los adolescentes escapaban corriendo. Desde la vereda, quieto y firme, apuntó a la cabeza de Roberto y disparó un solo tiro, que ingresó por la nuca, salió por la frente y le provocó la muerte de manera instantánea.
Cuando sucedió el crimen, Torres había afirmado que Autero lo quiso atacar y que por eso disparó de frente. Los testigos del hecho, la pericia balística realizada en la causa y el informe de autopsia del Cuerpo Médico Forense lo desmintieron. Sin embargo, al comienzo la investigación se centró en la víctima y mantuvo “tentativa de robo” como carátula, lo que demoró aún más el llamado a indagatoria por parte del Juzgado de Instrucción N° 37. A su vez, el agente tampoco era sancionado por el Gobierno de la Ciudad, tal como sucede en el caso de Lucas Cabello.
Más de dos años después, la Sala V de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional confirmó el procesamiento de Sebastián Torres por homicidio, descartando la existencia de una agresión actual o inminente para enmarcar lo sucedido en una posible legítima defensa. El fallo también ratificó el embargo dispuesto sobre los bienes del oficial. Posteriormente, la Procuraduría de Violencia Institucional y los representantes del Ministerio Público Fiscal, Fernando Fiszar y Félix Crous, solicitaron a la jueza Silvia Nora Ramond la elevación a juicio oral. Fiszer y Crous, este último actual titular de la Oficina Anticorrupción, pidieron además que la carátula sea homicidio agravado por tratarse de un miembro de una fuerza.
La elevación a juicio también fue impulsada por el Programa de Asistencia y Patrocinio Jurídico a Víctimas de Delitos de la Defensoría General de la Nación (DGN). Afirmó que el hecho debe considerarse una ejecución extrajudicial. A su vez, también derivaron al padre de Autero a una Defensoría Contencioso Administrativa de la Defensa de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para que pueda interponer una demanda civil de reparación contra la fuerza de seguridad del mencionado distrito. Sin embargo, desde la defensa de Torres interpusieron distintos recursos judiciales para dilatar el juicio y para que el exagente siguiera en libertad. La causa parece no prosperar.
En este marco, y a más de seis años del asesinato de Roberto Autero, AGENCIA PACO URONDO dialogó con Susana Reyes, coordinadora del Centro Educativo Isauro Arancibia al que asistía el joven.
Agencia Paco Urondo: ¿Cuál es la situación de la causa en la actualidad?
Susana Reyes: Tengo entendido, por lo que nos han comentado de parte de la familia de Roberto y de los abogados, que la causa quedó en la nada. De esa manera, Sebestián Ezequiel Torres también quedó en libertad.
APU: ¿Qué análisis realiza de estos seis años?
SR: En realidad son los años del gobierno neoliberal en la Ciudad, donde desprecian a la educación pública y a los pibes de bajos recursos. Es un desprecio constante a la vida de los pibes. No me sorprende que no haya habido justicia, como tampoco hay para quienes tratan de sobrevivir sin oportunidades. En el gobierno de Mauricio Macri, a nivel nacional, se ha premiado a quienes les disparan a los pibes y esto va en esa línea. No me sorprende que la Policía de la Ciudad haya salido airosa después de haber asesinado a un niño.
APU: ¿Considera que el caso se enmarca en lo que era el accionar de la Metropolitana y de la hoy Policía de la Ciudad?
SR: Sí, totalmente. En una ciudad donde hay y se generan tantas diferencias, a los pibes se los persigue. También se los golpea y no quieren hacer la denuncia porque tienen miedo, ya que después siguen viviendo en la calle. Todo eso lo vemos en las escuelas. Es terrible porque, además, hay toda una parte de la sociedad de esta ciudad que agita esto.
Se enmarca en ese accionar pero también Torres venía de la Policía Bonaerense, que cuenta con una larga historia. Se necesita una transformación general y definir dónde ponemos el centro de lo más importante. Roberto era un niño, había tenido una vida muy dura y se lo ha despreciado absolutamente.