“Ruptura”: una intervención artística para autogestionar las catástrofes
Por Franco Muñoz
“La desdicha es diversa”. Con esta oración da inicio “Berenice”, uno de los cuentos más escalofriantes de Edgar Allan Poe. ¿Podemos transformar este concepto en un accionar que vaya más allá de lo discursivo?
Pandora Mite es artista visual, performer y experimentadora sonora, una gestora cultural sanjuanina que hace una metamorfosis de su trabajo de manera constante. El terremoto del 18 de enero le significó a ella, su pareja Emiliano Kaos y sus hijos, la destrucción de casi toda su vivienda, por lo que se encuentran en una situación en la que luchan por reconstruir su casa.
El pronóstico que recibieron de parte de autoridades de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ) fue que su vivienda debe ser demolida. ¿Qué hacer frente a esa desdicha? Pandora y Emiliano tomaron todo ese dolor y lo convirtieron en Ruptura, una intervención artística que buscó expresar las emociones ante su tragedia personal y, a la vez, intentar recaudar algo de dinero para reconstruir su espacio vital: el hogar.
¿En qué consistió este evento? ¿El arte puede sanar heridas sociales? Buscamos encontrar estas respuestas y otras desde esta entrevista.
AGENCIA PACO URONDO: ¿Cómo ha sido el proceso de trabajar propuestas artísticas durante la pandemia?
Pandora Mite: Pese a las dificultades por la falta de conexión fija a Internet, pudimos realizar varias acciones relacionadas con la experimentación sonora y el ruidismo como presentarnos a convocatorias colectivas y producir vía streaming.
APU: Frente a la futura demolición de su casa, ¿obtuvieron alguna respuesta concreta del Estado provincial o nacional?
P.M.: La realidad que vivimos es más compleja de lo que se mostró en varios medios, ya que no hemos tenido una ayuda directa. Logramos iniciar un expediente en el municipio en el que vivimos y recibimos ayuda, pero únicamente para sostener un pequeño arreglo: nuestro caso es más grave. Luego accedimos a un relevamiento de CICUS (Comisión Interna del Comedor Universitario Sanjuanino) que nos facilitó los contactos para seguir nuestro caso. Nos hicieron llegar la ayuda desde la propia organización y de algunas autoridades de la UNSJ con bolsas de cemento, la visita de un ingeniero, mercadería y datos móviles. Todo esto nos sirvió muchísimo, pero la situación se agravó luego de hacernos más conscientes del daño de nuestro hogar. Posteriormente me dirigí al Rector de la UNSJ, quien a través de Extensión Universitaria solicitó un nexo con Desarrollo Humano provincial, del cual seguimos esperando respuestas.
APU: ¿Cuál fue la idea detrás de Ruptura?
P.M.: Ante las adversidades con que nos enfrentó el terremoto vimos en generar un evento la posibilidad de “volver a hacer”: visibilizar una situación un tanto minimizada a nivel público que azotó a la provincia y tratar de reunir fuerzas para mostrar el valor de nuestro trabajo, devolviéndole al público en vivo obras de arte experimentales de alto valor creativo. Hace varios años que autogestionamos nuestros espectáculos desde una perspectiva underground y Ruptura estuvo en esa línea: en el evento se dieron a conocer dos obras de forma paralela, cada una con su propio lineamiento y concepto. Es una reunión entre performance (Latir) y ruidismo (Corrosión).
APU: ¿Autoprodujeron todo el espectáculo o contaron con colaboradores?
P.M.: El espectáculo fue autoproducido y contó con la colaboración de personas que para nosotros son, además de grandes artistas, amigxs con los cuales nos entendemos y podemos visualizar proyectos en común: Amanda Yantorno en la parte audiovisual, Jesús Ortiz en diseño gráfico, Adrián Herrer en sonido e iluminación y la gente del lugar en el que se realizó, Patricias Espacio.
APU: ¿Cómo fue la afluencia de público?
P.M.: El público fue un gran participe de la noche. Recibimos comentarios muy positivos y un gran apoyo desde antes del evento.
APU: ¿Conocen otros ejemplos a nivel local o nacional de intervenciones artísticas ante catástrofes?
P.M.: Puntualmente no tenemos data específica sobre intervenciones artísticas actuales ligadas a catástrofes porque nuestra investigación y producción no fue pensada desde ese punto de vista: está más vinculada con nuestra vivencia personal y familiar. Pero sí nos interesan mucho las intervenciones callejeras relacionadas con la defensa del medio ambiente y la liberación animal.
APU: ¿Piensan realizar más ediciones de Ruptura?
P.M.: Sí. Queremos repetir el evento más adelante, ya que cada presentación es un momento único y está pensada como obra de arte. Parte de la idea de este evento también fue salir a flote con la creación artística como una herramienta de resistencia, más allá del comercio o venta de arte. No está puesto en juego solamente el tema del Derecho a una Vivienda sino también la problemática real que viven los artistas con respecto a la utilización de los espacios y la creación. Parte de hacer el evento tuvo que ver más con eso.
Latir (a cargo de Pandora Mite) es una performance que entrecruza escenografía, conceptos de arte, movimientos corporales y sonoridad. El objetivo es deconstruir todos esos temas desde una perspectiva menos academicista, generando así una relación triangular entre público, obra y artista. No se trata de una fusión sino de un accionar desde el cuerpo, el cual hace que la performance funcione como una obra de arte en sí.
Corrosión (trabajada por Emiliano, músico) es el producto de la experimentación sonora. A partir de la sonoridad de diversos materiales, su labor se guía desde un set en vivo. El objetivo es buscar, desde el espectro sonoro, ser una obra nueva. Una guía para los elementos y para el público.
Ante la diversidad de desdichas con que la cotidianeidad nos enfrenta, el arte, atravesado por la solidaridad y el sentimiento de hogar, son herramientas valiosas para combatir la monotonía y comenzar a solucionar problemas sociales, sin olvidar que las discusiones detrás son el Derecho a una Vivienda y el Arte como Trabajo. ¿Quién resistirá cuando el arte ataque?