Pray away: el clóset de la religión

Por Manuela Bares Peralta

El testimonio inaugural es el de un creyente y un predicador, su experiencia es una narración en tiempo presente sobre los efectos milagrosos de una terapia que condena su propia identidad sexual. En el pasado era una mujer trans pero ahora recluta a quienes sientan que su identidad los aleja de Dios. Esta experiencia se replica en los testimonios de otros líderes y sobrevivientes de Exodus International, uno de los movimientos más grandes de terapia de reconversión a nivel mundial.

“Lo personal es político”

Stolakis transforma la experiencia individual en colectiva. Los testimonios en primera persona de hombres y mujeres cuyas identidades sexuales fueron enclosetadas por la comunidad en la que vivían e hicieron del mandato por suprimirlas una forma de adoctrinamiento. El documental está repleto de matices y en esa propia experiencia compartida emprenden una crítica televisada al movimiento y a ellos mismos. Pero en sus relatos también está presente la temporalidad y los climas políticos. El papel activo de las organizaciones religiosas se hace presente en el referéndum de las elecciones estatales de California que eliminó el derecho de las parejas del mismo sexo a casarse en el año 2008 o en los acuerdos que se tejieron junto a republicanos en el Congreso. Ese es el salto argumental que logra este documental de Netflix, trascender lo personal para caracterizar una época y una amenaza latente: la de arrasar con las conquistas de la militancia LGBTIQ+ y devolverlas al closet.

Exodus International formó parte del poder real de Estados Unidos y sus slogans aún hoy continúan reproduciéndose en organizaciones más pequeñas. Pray away es un testimonio en pasado, pero también en presente sobre esa América profunda que, muchas veces, no leemos en los diarios o vemos en la televisión. Es apenas una muestra del poder que tiene la religión sobre la libertad.