La tragedia de Macbeth: Shakespeare por Cohen
Por Antonella Bellino
El argumento de Macbeth ya es conocido. El cuento de William Shakespeare se publicó en 1623 y desarrolla la historia de un Lord escoces que es convencido por tres brujas de que debe ser rey de Escocia. En esta adaptación para cine y Apple TV+, bajo el nombre de La tragedia de Macbeth, Joel Cohen dirige por primera vez sin su hermano y compañero Ethan— la famosa dupla Cohen—, y nos trae una nueva versión, en blanco y negro, del clásico.
Joel logró traspolar teatro al cine, logrando mantener la intensidad propia del primero pero en la pantalla grande. Los actores tienen largos monólogos, que relatan como si estuvieran en un escenario, sin perder la esencia. Cohen hace uso casi exclusivo del plano medio o del primer plano para enfocarse en los gestos, las miradas y los tiempos, que son claves en esta construcción.
Acompaña la idea la brillante cinematografía de Bruno Delbonnel, utilizando las luces y sombras— un claroscuro— que dan continuidad a la narrativa. Además, la luz cumple una segunda función, reforzando la impronta teatral en la aparición de los personajes o los cambios de escena. La bruma es el último efecto usado para crear esta estética. Una ambientación árida, fría, con pocos elementos. La puesta en escena del castillo lo demuestra: vacío, lúgubre, un escenario creado para la tragedia y la locura, demostrando que no se necesitan exagerados recursos, sino perspectiva.
En cuanto a las actuaciones, ambos protagonistas— Denzel Washington y Frances Mcdormand— nos entregan dos interpretaciones fuertes, pero justas, siendo capaces de transformar y adaptar el guion al ritmo cinematográfico. Lady Macbeth (McDormand) es una mujer dura, enceguecida por conseguir la victoria de su marido; Macbeth (Washington) surfea de la cordura a la duda y la locura, pero manteniendo siempre la misma línea durante toda la película.
Al reparto se suman el Rey Duncan (Brendan Gleeson), Banquo (Bertie Carvel), Ross (Alex Hassell) y Macduff (Corie Hawkings ). Sin embargo, la actuación más destacada es la de las tres brujas, o mejor dicho, la de una de ellas. Kathryn Hunter sola hace uso de su cuerpo para darles vida a los personajes, contorsionándose de mil maneras, con cambios de voz para enfatizar cada parte de sus líneas y con mirada misteriosa. De esa manera, genera una credibilidad del personaje que es mayor a la de sus co-protagonistas anteriormente mencionados.
Otra película atrasada por la pandemia, con una duración menor a las dos horas, que logró consagrarse con varias nominaciones en la temporada de premios. Sin lugar a dudas, se destaca en cinematografía y en los reconocimientos a su elenco principal con el tridente Washington-McDormand-Hunter.