This is us: el adiós a la serie familiar que marcó un camino
Por Marina Jiménez Conde
El final de la serie This is us llegó este jueves a Star + para decirle adiós a la familia Pearson, que durante seis temporadas, episodio tras episodio, logró hacer reír, contagiar emocionar, generar nostalgia y, sobre todo, conmover hasta las lágrimas a su público, que se mantuvo fiel hasta los últimos momentos. Un claro ejemplo de que lo importante “no es el final sino el camino”. La última entrega tuvo poco de nuevo y se centró en cerrar cabos sueltos que habían quedado, con el foco puesto en la preparación del adiós.
El productor y guionista Dan Fogelman seguramente nos pueda tener otros seis años más a base de recuerdos de la historia entre Jack (Milo Ventimiglia) y Rebecca (Mandy Moore) y la infancia de sus trillizos. Pero, es cierto que de principio a fin, This is us mantuvo un nivel bastante parejo— salvo quizás en la quinta temporada —y lo logró corriendo el eje de la historia desde el pasado, hacia el presente y, ya en las últimas temporadas, el futuro. En ese sentido, ya no había mucho más por contar.
Lo novedoso de la producción de la NBC cuando irrumpió en 2016 fue la utilización del recurso de flashback y flashforward— que se usan mucho cuando se quiere contar el desarrollo de un personaje —para hablar de una familia. Lo hizo siempre anudando esas tres líneas temporales a base de algún elemento, recuerdo, objeto, situación o problema que unía a los personajes. Ese recurso, una y otra vez, es la esencia de la serie y lo que hace que conecte tan bien con el público. Es imposible que la persona no empatice con los personajes y no se proyecte en ellos, tenga o no una historia parecida.
Si This is us es buena haciendo lo que hace es porque cuenta cosas que todas y todos vivimos. Es cierto que termina por exacerbar ese sentimiento hacia la familia, célula de la sociedad, y aunque matice mostrando problemas, en definitiva, el mensaje es: “Qué linda la familia unida”. Allí, una crítica posible es que prácticamente no hay lugar para otras redes de contención que no sean las familiares. Casi ningún personaje tiene amistades con otras personas, y sí las tienen— como el caso de Kate —están a disposición de una relación sentimental con algún integrante de los Pearson. El caso emblemático sería Miguel (Jon Huertas), amigo de Jack. Fogelman hizo que lo miremos mal “por estar con la mujer de su amigo”, pero después fue capaz de hacer que lo queramos y que sea un integrante más.
El adiós en el final de la última temporada (los siguientes párrafos contienen spoilers)
La inminente muerte de Rebecca, anunciada al final de la cuarta, guió las últimas dos emisiones. Algunas tramas quedaron por conocerse, sobre todo con el desenlace de la quinta, que devela que es Kate (Chrissy Metz) quien se está a punto de casar. Quizás el efecto sorpresa haya valido la pena, pero el final de “Katoby”— nombre de la pareja de Kate y Toby —deja sabor agridulce. Pese a que se entienden los motivos de la separación, no hay desarrollo del vínculo de Kate con su nueva pareja. Philip (Chris Geere) es un extraño que se mete en los últimos episodios y la pregunta retórica que le hace Toby (Chris Sullivan) a Rebecca sobre si lo quiere más a él que a su nuevo yerno— en tono jocoso —, bien valdría para el público.
La degradación que va generando en la salud mental de Rebecca el alzheimer está bien ilustrada y también la reacción de sus hijos, a los que les cuesta acostumbrarse a los nuevos cambios. Hay un acto de justicia ahí, con el personaje de Kate, al darle un rol importante sobre las decisiones en torno al estado de su madre. Sin embargo, el nivel y la calidad de cuidados que le pueden proveer a Rebecca— desde la atención de profesionales hasta la construcción de una casa con todas las comodidades —, aleja un poco el relato de lo que realmente sucede en las familias cuando se trata con una enfermedad así.
Es difícil, sobre el final, encontrar algún capítulo como para resaltar por encima de los otros. Es más, la historia bien podría haber cerrado con el capítulo 17, The train, en el adiós a Rebecca. La reivindicación— necesaria —a la matriarca de la familia está clara y hasta incluye a Miguel— con un episodio entero para conocer su historia—, pero también hay tiempo para traer a un personaje muy querido, como el de William— padre biológico de Randall —y develar detalles sobre el destino y la muerte de Jack.
Más que un spin-off, con la posibilidad de seguir conociendo la historia de alguna rama familiar de los Pearson, el legado de This is us es haber encontrado un modo de contar la cotidianeidad de una familia, con momentos de felicidad y otros donde “la vida te da limones”, para mostrar la importancia detrás de cada uno y cómo conecta eso a los personajes entre sí.