Bárbaros: el drama histórico alemán se consolida en Netflix
Hace dos años, en plena pandemia, Netflix estrenó Bárbaros, una producción histórica que se tomaba ciertas licencias a lo largo de sus seis capítulos. De hecho, al principio fue una apuesta como miniserie para ocupar ese vacío que más tarde dejó Vikings -hasta que finalmente se estrenó Valhalla-. Sin embargo, el éxito fue mucho mayor al esperado y consolidó a los dramas históricos como una carta fuerte de la plataforma.
El día de ayer, después de la demora por la pandemia, la serie alemana -que demostró que había vida para ese país posterior a Dark- regresó con una segunda temporada con la misma cantidad de episodios. La rebelión de los pueblos germanos, también llamados “bárbaros” por estar fuera del Imperio Romano, comienza cuando el emperador Augusto busca imponerles el pago de un tributo. El conflicto desembocaría en la Batalla de Teutoburgo, cuyo desenlace pudimos ver durante la primera entrega de la tira.
Más allá de posibles fallas de contenido o reparto, la serie creada por Andreas Heckmann, Arne Nolting y Jan Martin Scharf ha conseguido su lugar entre las grandes producciones recientes del país europeo. Lo cierto es que, como se podía prever, el resultado de combinar el algoritmo de la plataforma -tal como se hizo con House of Cards- fue exitoso, y esa es la principal razón para su renovación, en la que se corrigen esos traspiés.
La segunda temporada se sitúa un año después, con nuevas batallas, alianzas, enemistades y traiciones. Arminio (Laurence Rupp) y Thusnelda (Jeanne Goursaud) buscan gobernar a todas las tribus germanas, pero deberán lograr cohesionadas frente a la amenaza de nuevas hostilidades romanas, a cargo de un nuevo general. Maroboduus (Murathan Muslu) será el más reticente, mientras su viejo amigo Folkwin (David Schütter) se ocupa de desafiar a los dioses.
La perspectiva germánica a la hora de narrar sigue siendo el principal aspecto distintivo de esta propuesta, aunque a la trama aún le falte amplitud y profundidad. Lejos de proyectos como la mencionada Vikings o The last kingdom, pero en su propio camino, al menos, a las grandes producciones alemanas de los últimos años.