A 3 años del asesinato de Joaquín Paredes: “Los demás policías son cómplices, estuvieron esa madrugada”
Hace tres años el joven Joaquín Paredes fue asesinado de un tiro por la espalda de la Policía de Córdoba. Esa madrugada del 25 de octubre de 2020 se había reunido con sus amigos en una casa de Paso Viejo, pequeño pueblo del departamento de Cruz del Eje. Dos de ellos también resultaron heridos. Además, varios testigos aseguraron que cinco uniformados esperaron para actuar de manera totalmente desproporcionada.
La versión de la fuerza, respaldada por el comisario mayor Leonardo Páez Stelmach, alegó que habían sido agredidos con anterioridad. Sin embargo, se diluyó rápidamente ya que en la escena se hallaron más de cien vainas y sólo se secuestraron armas reglamentarias. Los cuatro agentes y un sargento implicados fueron Maykel Mercedes López, Enzo Ricardo Alvaro, Ronald Nicolás Fernández Aliendro, Iván Alexis Luna y Jorge Luis Gómez.
Al principio López fue el único acusado por homicidio doblemente agravado y tentativa de homicidio doblemente agravado. En septiembre de 2021 la fiscal subrogante Fabiana Pochettino determinó que lo mismo pese sobre los restantes pero, tras la recolección de pruebas, cambios de carátulas y de fiscales, y detenciones y excarcelaciones, sólo López llegó detenido al juicio, que se llevó a cabo meses atrás. La familia de Joaquín denunció la persistencia de amenazas e intimidaciones a testigos y sobrevivientes, que incluyeron allanamientos injustificados, a raíz de las pocas cuadras de distancia que la separan de algunos de los integrantes de la fuerza policial vinculados.
Las audiencias debían realizarse en mayo pero fueron suspendidas, por lo que el proceso comenzó el 24 de julio. La Secretaría de Derechos Humanos de la Nación no fue aceptada como querellante y Amnistía Internacional tampoco lo fue como veedora, según el criterio de la Cámara del Crimen del Tribunal de Cruz del Eje. En paralelo, familiares y testigos denunciaron amedrentamiento policial y falta de contención y maltrato judicial. Era el cuarto juicio oral por violencia de las fuerzas de seguridad en lo que va del año en Córdoba.
En agosto el Tribunal, conformado por los jueces Ángel Francisco Andreu, Javier Rojo y Ricardo Arístides, condenó a prisión perpetua a Maykel Mercedes López, pero absolvió al resto por considerar que no se había probado que hayan colaborado, a través de acuerdos o conductas, en el asesinato del joven Paredes ni tampoco en su intento de encubrimiento. El caso, que había sido llevado a juicio por un jurado popular, no fue caratulado como violencia institucional. El abogado querellante, Claudio Orosz, ya afirmó que recurrirá a las instancias que correspondan para continuar su reclamo de justicia.
Con la excusa de las restricciones por la pandemia en la provincia de Juan Schiaretti se sucedieron distintos casos. Cada reforma, a lo largo de los últimos años, no hizo más que profundizar este modelo de seguridad, aumentando las víctimas de gatillo fácil.
A tres años del asesinato de Joaquín, AGENCIA PACO URONDO dialogó con Soledad, su madre, para conocer sus reflexiones sobre el caso y sobre sus reclamos. “El 25 de octubre se va a realizar una misa para rogar por su alma para que descanse en paz”, cuenta.
Agencia Paco Urondo: ¿Qué reflexión hace de estos tres años?
Soledad Paredes: Se cumplen tres años de la trágica muerte de mi hijo y parece que hubiera sido ayer. Se lo extraña muchísimo, tengo ese vacío y un gran dolor en mi pecho que llevaré el resto de mi vida. Es lo más doloroso que le puede pasar a una madre. Estoy muerta en vida. Sé que tengo que salir adelante por mi familia. Mis otros hijos me necesitan y por ellos me levanto día a día. Extraño todo de mi Joaco. Era muy cariñoso conmigo, me daba unos abrazos fuertes y me llenaba de besos. Le gustaba mucho hacerme charlas. Nunca pensé que nos pasaría esto, y menos en un pueblo que para nosotros era tranquilo.
APU: ¿Cómo analiza el recorrido y la sentencia judicial? ¿Qué pasos van a seguir?
SP: La verdad que fue un gran recorrido. Agradezco a cada persona que nos estuvo acompañando y que nos sigue acompañando. Logramos llegar a un juicio. No hemos perdido una batalla, logramos una perpetua para el asesino de mi hijo. Eso fue mucho. Los otros quedaron en libertad. Ellos también estuvieron esa madrugada, son cómplices, pero está es la justicia que tenemos. Sé que Dios va hacer justicia, de eso nadie se salva. Ya presentamos el recurso de casación y ahora nos toca esperar. Pensé que algunos años les darían a los demás policías pero lamentablemente la justicia decidió otra cosa.