11 de marzo de 1973: Cámpora al gobierno, Perón al poder
Por Enrique Manson
Las universidades acompañaron la desperonización, aunque el peronismo había eliminado los aranceles de los estudiantes. Estos, refractarios a Perón, se sumaron a la restauración liberal. José Luis Romero interventor de la UBA, del dictador Aramburu, eliminó los profesores peronistas. Los Bastones Largos de Onganía en 1966, fueron punto de inflexión. Las “hordas marxistas” que la imaginación de los centuriones suponía en las universidades fueron apaleadas por la Federal sin otra resistencia que las protestas por la arbitrariedad.
Sin embargo, en los claustros nacieron experiencias inéditas. La Revolución “Argentina” cedió la economía al establishment, mientras católicos y nacionalistas fascistoides recibían los estudios superiores.
Inesperadamente, esto dejó espacio para que se filtraran nacionalistas populares y católicos en tránsito hacia el peronismo. Así nacieron las Cátedras Nacionales, de Justino O’Farrell, Horacio González, Ernesto Villanueva, Gonzalo Cárdenas. “Entonces, además de Trotsky, Lenin, Sartre o Fanon”, (como señalan Anguita y Caparrós en La Voluntad) se empezó a leer “a Scalabrini Ortiz, Hernández Arregui, los ‘pensadores nacionales’” Desde sectores cristianos, nacionalistas o marxistas hubo conversiones masivas.
Los sectores medios, entre los que había habido mucho antiperonismo, empezaron a acercarse al Movimiento, decepcionados por dictaduras, proscripciones y descenso de nivel de vida. Sobre todo apareció, como actor político protagónico, la juventud.
Esta redescubrió a Perón, que empezó a recibir visitas de peregrinos juveniles. Fernando Solanas y Octavio Getino filmaron un largo reportaje: "Actualización doctrinaria para la toma del poder", en la que el General ponía a los jóvenes en el protagonismo.
En marzo de 1971, el general Alejandro Lanusse asumió la presidencia. Las horas de la dictadura estaban contadas, e intentó heredarse a sí mismo mediante elecciones. Consciente de los fracasos anteriores, intentó sobornar a Perón con un busto en la Casa de Gobierno, el pago de la jubilación de ex presidente y la devolución de los desaparecidos restos de Evita. El proyecto se basaba en el mito gorila del viejo corrupto y no tuvo más éxito que los anteriores.
Perón conducía un movimiento que había resistido todos los intentos de destruirlo, contaba con el movimiento obrero organizado y acababa de incorporar a una juventud entusiasta, dispuesta a jugarse el todo por el todo. Ella fue la creadora de la consigna ¡Luche y vuelve!
Hasta muy avanzado el proceso del Retorno, Lanusse, y su camarilla, no lo creyeron posible. Sin embargo, el delegado del General, Héctor Cámpora difundió el mensaje en que anunciaba su regreso. En Buenos Aires sus enemigos oscilaban entre el desconcierto y la furia asesina. “A mí la negrada no me va a hacer otro 17 de Octubre”, le habría dicho el presidente a Antonio Cafiero. El marino Eduardo
Massera le dijo a un periodista: “-Si se atreve a venir le tiramos el avión abajo.”
Pero se atrevió. El 17 de noviembre, pese al enorme operativo de seguridad que impidió a los miles de partidarios movilizados que lo recibieran en Ezeiza, Perón aterrizó en territorio argentino.
En los días siguientes la casa de Perón recibió un largo desfile de partidarios y de oportunistas. Los bombos de la Juventud Peronista atronaban de tal manera que el Líder, tuvo que pedir silencio para dormir unas horas. Lanusse lo había vetado como candidato por no estar el 25 de agosto en el país. Perón viajó a Asunción, y desde allí hizo saber que su candidato sería Cámpora.
La JP reaccionó con excelentes reflejos. Cámpora había crecido en la etapa más dura, igual que los jóvenes. Sería el Tío, y de ellos surgió la inspirada consigna: Cámpora al gobierno, Perón al poder.
La UCR propuso una vez más a Ricardo Balbín. La derecha llevó varias fórmulas. Francisco Manrique, de fuerte raigambre antiperonista, Álvaro Alsogaray que realizó una enorme campaña publicitaria para su Nueva Fuerza. Los votos obtenidos no justificaron la inversión. La esperanza era que los peronistas no alcanzaran el 50% y se convocara a una segunda vuelta, en que tal vez, entre todos derrotaran a Cámpora.
El 11 de marzo, el Frente Justicialista de Liberación (FREJULI) obtuvo 5.907.464 votos, la UCR 2.537.605, Manrique y Martínez Raymonda, 1.775.867 y Oscar Alende y el demócrata cristiano Sueldo 885.201. Pese a que los vencedores no alcanzaron el 50%, Balbín reconoció que no tenía sentido la segunda vuelta. Los muchachos cantaban por la calle: Duro, duro, duro. A la segunda vuelta se la meten en el culo.