La hora del esfuerzo: ordenar el caos
Foto Daniela Moran
Por Sebastian Enricci
A poco más de un mes de asumir la presidencia, Alberto Fernández, dio los primeros pasos para una segura recuperación, que si bien no será inmediata, colocó las prioridades de su gobierno en el centro de la escena política, económica, social y cultural.
Reflejo de esto fueron las maratónicas sesiones de emergencia en el congreso y el accionar del gabinete presidencial que terminó con la inercia cínica y destructiva de la pésima administración de Cambiemos y logró aumentos previsionales, la cancelación de subas en los precios de servicios de luz y gas, la activación del Programa Argentina contra el Hambre. Se abordó la emergencia sanitaria, se validó el protocolo de abortos no punibles y se alcanzaron acuerdos para activar la producción nacional y el trabajo. Medidas que al corto y mediano plazo deben impactar favorablemente en los próximos meses para ordenar el caos que asumieron y "encender la economía".
Pero ningún esfuerzo para superar esta crisis autogenerada por el expresidente, Mauricio Macri, es suficiente sin la compresión y la cuota de coherencia que debe aportar la oposición que esta más preocupada por la suba de impuestos a los más ricos y las grandes corporaciones que en las reales necesidades del pueblo estafado.
El Estado es un conjunto de seres humanos conscientemente reunidos para rechazar lo que no debería ser y fomentar lo que sí y la sociedad argentina expresó en las urnas que las políticas para unos pocos concluyó.
El gobierno de Cambiemos, en resumidas cuentas, creo un caos de confusión y absurdos que se descubren día tras día en las auditorías de los ministerios donde se descubrió, por ahora, un desfalco al Banco de la Nación Argentina de 350 millones de dólares para financiar la campaña electoral de la truncada relección del macrismo. Al mismo tiempo la fuga extraordinaria de capitales que se suma a la temible deuda odiosa que los argentinos llevan en sus espaldas y que es practicamente impagable sin nuevas condiciones para la renegociación que se impone.
Luego de esta última experiencia neoliberal no caben dudas de que la dirección de un Estado es entre todos porque se necesita de la constante reflexión y acción para hacer fuerte y organizar a una sociedad en crisis.
Los objetivos que enfrenta el presidente Fernández en el orden político no son otros mas que garantizar las herramientas y posibilidades de mejoria para la gran porción de individuos postergados durante los cuatro años de Macri, sino que también el crecimiento del sector productivo del país. Para ello ha dispuesto que El Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses retome la política de inversiones en empresas nacionales y se implemente además un nuevo sistema de regulación del comercio exterior.
La reconstrucción del orden político de la sociedad argentina comenzará cuando las fuerzas móviles del trabajo; del comercio; de la industria; del campo; de la ciencia y la tecnología apliquen para la resolución de sus problemas sociales las decisiones políticas y económicas que con mucho esfuerzo sacaron del pozo al país tras el colapso del 2001 y en esa tarea debe estar comprometida la sociedad toda.