“Las torturas en Malvinas fueron una práctica generalizada a la que fueron sometidos los conscriptos"

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“Las torturas en Malvinas fueron una práctica generalizada a la que fueron sometidos los conscriptos"

04 Abril 2022
Por Paula Viafora
 
Desde los actos escolares hasta aquellos en los que participaron las máximas autoridades nacionales, se repitieron las demostraciones públicas ante el aniversario número 40 del comienzo de la Guerra de Malvinas. En las grandes ciudades y en cada pueblo argentino, de algún modo, se rindió homenaje: vigilias, presentaciones de libros, obras de teatro, proyección de películas, muestras especiales  en museos, miles de notas en medios gráficos.
 
También hubo jornadas de participación popular durante todo el sábado en Tecnópolis o el Museo Malvinas,  y el gran concierto que coronó la jornada del 2 de abril, en el CCK y con la participación de figuras destacadas de la música, cantantes y el Coro Nacional de Niños, dirigido por María Isabel Sanz. En el sitio oficial “Malvinas nos Une”, se encuentra valioso material que bien puede servir como recurso pedagógico, videos, libros, agenda con los eventos de homenaje y documentos como el informe Rattenbach.
 
Sin embargo, el reclamo por memoria, verdad y justicia por los delitos de lesa humanidad cometidos por militares argentinos que tuvieron como víctimas a los jóvenes soldados de la patria, no resultó tan masivo. El Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas La Plata (Cecim la Plata) es siempre y lógicamente la institución que encabeza esta lucha, acompañado en este aniversario por algunos organismos de derechos humanos como la Comisión Provincial por la Memoria, Memoria Abierta, Espacio Memoria y Derechos Humanos Ex Esma, Hijos Capital, que lanzaron un video en conjunto.
 
En este aniversario, la causa que investiga las torturas durante la guerra se encuentra a la espera de una resolución de la Corte Suprema de Justicia. En mayo del año pasado, un pronunciamiento dictado por la Sala I de la Cámara Federal de Casación Penal, ante un recurso de casación interpuesto por una de las defensas, determinó por mayoría que los supuestos ilícitos no eran delitos de lesa humanidad y que, por ende, estarían prescriptos. La semana pasada hubo algunas novedades: el titular de la Fiscalía Federal de Río Grande, Marcelo Rapoport, y la titular de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad, María Ángeles Ramos, sumaron a los hechos investigados, 22 casos de imposición de tormentos -por los que imputó a 18 oficiales y suboficiales del Ejército- y 2 de abuso deshonesto -imputados a otro suboficial- cometidos contra soldados del Regimiento de Infantería Mecanizado (RIMec) N° 3. Esta ampliación incorpora los delitos sexuales y destaca hechos de antisemitismo, junto a los padecimientos sufridos como la inmersión en aguas heladas, los estaqueamientos, las brutales golpizas y forzar a comer excrementos.
 
“Las torturas en Malvinas fueron una práctica generalizada a la que fueron sometidos los conscriptos por parte de las autoridades militares como una forma de 'controlar' los problemas vitales que generaba entre la tropa la falta de distribución de víveres y abrigo”, señalaron, y agregaron que “la falta deliberada de alimentos por la no distribución de los mismos fue la causa directa de las muertes de algunos soldados”.
 
El final del conflicto no significó el final de los sufrimientos de los soldados, ya que se implementaron políticas de ocultamiento, se obligó a los ex combatientes a firmar documentos en los que se comprometían a guardar silencio. En su declaración testimonial, uno de ellos recordó incluso que lo amenazaron con hacerlo desaparecer si no firmaba. Se ordenó la prohibición de dar declaraciones a la prensa y se efectuó un control sobre lo que era publicado en los medios de comunicación. Además, se hizo seguimiento de ex conscriptos y agrupaciones de veteranos que realizaron denuncias.
 
En silencio, los ex combatientes sobrellevaron como pudieron las secuelas psicológicas. Como resultado del proceso de “desmalvinización”, les fue muy difícil reinsertarse en la sociedad. Falta de trabajo, adicciones, violencia intrafamiliar, amputaciones y trastornos vinculados a enfermedades mentales, fueron algunos de los problemas más importantes. Durante los primeros diez años, se produjo la mayor cantidad de suicidios. Si bien no hay registros oficiales, se estima en dos mil casos.
 
Desde el año 2020 se lleva un registro del deceso de los ex combatientes. La pandemia agravó los motivos, sumando 335 muertes en 2021 y 64 en lo que va del 2022.