Moreno: un seguro de vida de la mística peronista

Tres años atrás hablamos con un compañero sobre el rol que ocupaba Guillermo Moreno en el universo peronista de entonces. Era un momento difícil e incómodo para algunos militantes que fuimos parte de los años kirchneristas y admirábamos la figura de Moreno, que decía cosas muy duras sobre el Gobierno del que formábamos parte. 

El ex secretario de Comercio y presidente del partido Principios y Valores estaba solo en el desierto señalando los problemas de gestión y la falta doctrinaria del Gobierno de Alberto Fernández y la responsabilidad de Cristina Fernández de Kirchner en su elección. Desde siempre, Moreno advirtió que la política económica del Frente de Todos terminaría en una crisis, como pasó.  

Para el economista, el problema de fondo del gobierno de Alberto fue la falta de una concepción doctrinaria peronista. 

Finalmente, en la conversación citada sobre el rol de Moreno apareció la idea de que, si el peronismo llegaba a perder las elecciones en 2023, Moreno podía ser una especie de seguro de vida de la mística peronista. El tiempo pasó y todos vimos lo que pasó con el fracaso fenomenal del Frente de Todos. En síntesis, el peronismo perdió frente al novato Javier Milei en una paliza electoral que dejó expuesta toda la dirigencia del campo nacional y popular y abrió una crisis estructural en el peronismo.

En estos primeros días de la era Milei, casi no se han visto dirigentes políticos del peronismo salir a contrarrestar discursivamente las medidas de Milei. Lo cual tiene una lógica, porque a pesar del desastre de Milei el fracaso del peronismo sigue aún muy latente. El peronismo ha perdido discurso y espacio de contención para su base electoral histórica. En ese contexto de tanta orfandad, se vieron videos en redes sociales a Moreno en distintos actos peronistas cantando junto a una multitud contra Javier Milei. Inmediatamente recordé la conversación sobre el seguro de vida espiritual del peronismo en el caso de que el Gobierno del Frente de Todos fracasara.

Ante un vacío político muy profundo, Moreno ofrece al peronismo discurso y una visión integral doctrinaria que da explicación a la realidad económica y social. Su fundamento central es haber previsto el fracaso de la socialdemocracia y el progresismo y contraponer a esa visión conceptos propios del justicialismo, como puede ser el proteccionismo económico, la administración de comercio exterior, retenciones a los productos primarios, alimentos y energía barata para nuestros trabajadores. Además, ofrece solvencia técnica como economista para fundamentar sus ideas.  

En resumen: mística, solvencia y discurso. Estos tres elementos son centrales para el debate que necesariamente debe darse en la mentada reorganización del peronismo, al que no le alcanzará solo con el fracaso de Milei para volver a seducir a millones de compatriotas. Tiene que rever todo su andamiaje conceptual en lo económico y filosófico para ver cómo interpelará a esos argentinos que se alejaron políticamente. Tal vez la conformación de una conducción colegiada pueda ser una primera solución a este problema. En algún momento, nuestra fuerza política viró de defender la visión de un proyecto nacional para pasar a representar solamente a sectores y minorías intensas desde donde, por ejemplo, se construyeron ideas infantiles como las que las caracterizan al empresariado bajo la categoría de "malo". Esa revisión es importante porque para Moreno las medidas de Milei no solamente atacan a los trabajadores y a los jubilados, sino también al capital nacional (basta ver las reacciones de estos días a las primeras medidas libertarias). La lectura de Moreno también es novedosa e interesante en ese punto porque propone un regreso a un Perón que muchas veces los peronistas no queremos ver. Esto es: el Perón de los años 1950-1955, que puso énfasis en la productividad laboral o el incremento de las inversiones y la producción.