Sufrir en la espera de verte llegar

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Sufrir en la espera de verte llegar

10 Julio 2017

Por Cristian Secul Giusti* y Cecilia B. Díaz**

El video de la charla entre la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el panadero Gabriel Etcheverry convoca interpretaciones reduccionistas que caen en el “todo-es-lo-mismo” que mira con desdén las expresiones emocionales con la política, como quienes celebran la pieza como un signo de victoria aplastante. En el trayecto, se suele focalizar en la herramienta comunicacional y no, en el contenido de su mensaje.

En este plano, es necesario repensar el vínculo entre una líder y el pueblo sin extremar posiciones que prejuzgan las expresiones populares en las que el afecto y lo político se fundan en figuras que desbordan lo teorizado. En ese sentido, el video del panadero releva los marcos políticos de la cotidianeidad en las que pueden encontrarse claves de la representación populista. Más aún, construye un mapa detallado de reconocimientos y sentidos que se configuran a medida que la conversación se profundiza en la articulación de significantes.

En ese terreno de contenidos, el panadero en su mensaje hacia “su amada” le dedica un canción romántica popular que logra unificar diversas luchas discursivas y políticas del kirchnerismo: desde su vinculación con el universo simbólico del pueblo hasta las disputas con las corporaciones y las actuales apuestas y concreciones del neoliberalismo ejecutado por Cambiemos.

La eficacia del primer video reside en el canto nostálgico del panadero, quien mientras amasa cambia la letra y resignifica el contenido y la interlocución.  Gabriel se refiere a la ex presidenta con un grado de complicidad y cercanía al jugar con el sentido de la letra. Es allí, donde no se puede analizar como una oda al líder, propia de un fanático. Por el contrario, el panadero racionaliza la dirección de la política pública de esa lejana macroeconomía con los tarifazos que impactan en su comercio. Luego, en el diálogo con CFK, Gabriel sostiene una interpretación geopolítica de la circunstancia actual de la Patria Grande, expresada sintéticamente sin resignar precisión y sin “achicarse” frente a la figura que está del otro lado de la pantalla.

Ante esto, ¿Se podría decir que el panadero es ese sujeto empoderado del que habló CFK en su último discurso del mandato? No exactamente, porque en Gabriel se corporiza una subjetividad transformada por la experiencia populista que le exige la conducción a su líder. Así cobra relevancia el enunciado “Vos representas todo”, que le dedica Etcheverry a Cristina.

Por supuesto, el panadero también es un representante de las significaciones de la cultura popular que refieren directamente a la propuesta política del kirchnerismo, en un relato llano y sensible. Es que en su discurso -siempre sonriente, directo y esperanzado- conviven las historias de aquellos que fueron desclasados en los tiempos neoliberales de Menem y De la Rúa, pero que fueron recuperados por los gobiernos de Néstor y Cristina Fernández de Kirchner. En función de ese entramado vivo y doliente, la situación de Etcheverry y la enunciación de su memoria rescatan dimensiones notables en un contexto macrista.

El presente, para muchos como Gabriel, se renueva desde el acto en Arsenal y la candidatura de Cristina -se postula a Senadora Nacional por el reciente frente Unión Ciudadana-, donde la cuestión de fe en el futuro se enlaza con su recuerdo como presidenta y sus enunciaciones en actos y eventos políticos.

En efecto, la fe atraviesa el contacto entre la familia del panadero y CFK, pero no sobre el carácter jerárquico de la Iglesia o la represión religiosa, sino desde la dimensión popular del cristianismo que se anida en la comunión. De allí, que este trabajador se alegra de que su líder esté acompañada en un acto político, le aconseja que “se deje abrazar por el espíritu santo” y esto replica emocionalmente en tantos otros militantes y seguidores. Por tanto, el amor en la política no aparece vinculado a la frivolidad, sino a la comunión y la congregación.

Por otra parte, Etcheverry rememora cuestiones que circulan por los territorios y que se pierden en la estética de pose propuesta por Cambiemos. A partir de su espacio de trabajo y también de disputa en el mercado, Etcheverry recuerda las peleas por el precio del aceite de la gestión de CFK. Esa contienda con las corporaciones del campo y los empresarios que actualmente cuenta con libertad de acción y de acumulación monetaria es reconocida por el panadero y recuperada para revitalizar la lucha y la militancia.  

En ese universo popular, la política de inclusión y de integración regional resulta importante y nodal en el discurso del panadero. Por ello, el lazo musical entre la canción “Si no te hubieras ido” de Marco Antonio Solís y la despedida de Cristina el pasado 9 de diciembre de 2015 revive la lectura del contexto kirchnerista e intensifica la perspectiva de reconocimientos. En esa puesta en acción del recuerdo, el tema de Solís diversifica enunciados que se reconstruyen hoy a partir de la dificultad y los padecimientos económicos: “el espejo -el sueldo, corrige Etcheverry- no miente”, “el ritmo de la vida que parece mal”, el sufrimiento de la espera y la noción del mal amanecer diario.

Por tanto, el video no solo constituye un nuevo eslabón de emotividad a partir de la figura de Cristina, también refuerza la dimensión compleja que tiene Cambiemos intrínsecamente. Desde su propia concepción no puede, no quiere y le incomoda comprender ese tejido sanguíneo presente entre el kirchnerismo, los propósitos políticos de los gobiernos de Néstor y Cristina, y la recepción actual de los sectores reconocidos. Por esta razón, el macrismo y los medios o sectores políticos  afines solo cuentan con herramientas analíticas que se demoran en el contenido superficial y las formas solo visibles. Sus herramientas de entendimiento tienen un alcance limitado cuando se relacionan con los estadios emocionales, entre letras que vehiculizan romances, añoranzas y esperanzas colectivas.

 

*Dr. en Comunicación, Lic. en Comunicación Social, Docente (FPyCS-UNLP).

**Doctoranda en Comunicación Social (UNLP), Lic. en Comunicación Social, Docente (UNLaM-UNTREF-IUNMa),

 

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