"Estados Unidos y la oposición venezolana quieren terminar con Maduro por los votos o por la fuerza"
Por Emiliano Guido
El abordaje mediático continental de la coyuntura venezolana tiende a ser bastante sesgado. En general, los principales flujos informativos sobre lo que sucede en el país caribeño es taquigrafiado por agencias de noticias en manos, ya sea de gobiernos o empresas, enemistadas con la política internacional petrolera del chavismo. AGENCIA PACO URONDO entrevistó al periodista y escritor argentino Marco Teruggi, autor del libro “Lo que Chávez sembró, testimonios desde el socialismo comunal”. Desde Caracas, donde reside desde hace quince años, Teruggi advierte que “Tillerson vino a decir que la batalla política contra Maduro no está en manos de las fuerzas opositoras venezolanas si no que es una potestad de los propios Estados Unidos”.
APU: Donald Trump no parecía contar en sus primeros meses de gobierno con una estrategia clara para acabar con la “amenaza venezolana”. Sin embargo, Rex Tillerson (Secretario de Estado) advirtió en su primer gira regional que piensan utilizar todas las vías, desde un embargo petrolero hasta una intervención humanitaria, para cerrar el ciclo de Maduro. ¿Cuál es la repercusión en Venezuela de la nueva posición estadounidense hacia el país?
Marcp Teruggi: A ver, la gira de Tillerson aparece en un momento muy particular del conflicto en Venezuela. Primero, su viaje surge en simultáneo con el desarrollo de la mesa de negociaciones entre el gobierno y la oposición en Santo Domingo, donde al parecer hay una posibilidad de un acuerdo. Por lo tanto, el desembarco de Tillerson en Latinoamérica puede interpretarse como una iniciativa de los EE.UU. para mostrar que, efectivamente, una parte central de la batalla política contra Maduro no está en manos de las fuerzas opositoras venezolanas si no que es una potestad de los propios Estados Unidos.
Por otro lado, entiendo que Tillerson busca transmitir el deseo del gobierno de Trump de ir en una escalada mayor del conflicto bilateral contra el Palacio Miraflores. Pero, además, el Secretario de Estado pretende reflejar que la tensión política contra Caracas no es una cuestión unilateral de su país. Por ese motivo, la gira de Tillerson tocó las capitales de todos los países integrantes del denominado Grupo de Lima (integrado por doce países latinoamericanos críticos de la estabilidad institucional ene Venezuela); a su vez, la diplomacia norteamericana buscará que lo acordado en el Grupo de Lima esté respaldado en mecanismos multilaterales diplomáticos donde Washington tiene mucho peso, caso la OEA o la Unión Europea.
APU: ¿Qué viabilidad tiene el cronograma electoral venezolano?
MT: Desde Estados Unidos se observa, claro, mucha agresividad al respecto. La administración Trump ya advirtió que no reconocerá el resultado de las elecciones. Pero, centralmente, considero que la mira de la Casa Blanca, antes de fraguar los comicios presidenciales, está puesta en hacer colapsar la economía del país mediante el aislamiento diplomático regional y la demonización comunicacional.
Entonces, esa ofensiva política contra Venezuela y ese cerco económico se está traduciendo, naturalmente, en un empeoramiento de las condiciones de vida de los venezolanos. Hay grandes dificultades para acceder a medicamentos básicos o productos de higiene debido al encarecimiento de los bienes por el proceso de hiperinflación en marcha. Esa situación de precariedad se recrudece en las zonas de frontera donde hay grandes corredores de contrabando promovidos por fuerzas paramilitares colombianas, interesadas en hacer negocios y también en inyectar inestabilidad a Venezuela. Todos esos condimentos hacen muy difícil la cotidianidad para el venezolano medio, que viene arrastrando un cansancio muy grande por la perdurabilidad de la crisis política y económica.
En ese sentido, el chavismo intenta explicar el hostigamiento económico y el malestar social desde una dimensión histórico- política; a su vez, la oposición pretende acotar el mal momento de la economía nacional a un mal manejo doméstico de la cuestión por parte del chavismo. Recapitulando, la estrategia de desgaste, tanto de EE.UU. como de la oposición venezolana, busca a mediano plazo terminar con Maduro, ya sea con votos o con una nueva toma del poder por la fuerza, tal como lo intentaron entre abril y julio del año pasado.
APU: ¿El gobierno de Maduro estudia un plan de contingencia militar, ya sea acorazando a las Fuerzas Armadas o promoviendo milicias populares, para poder responder a una intervención militar?
MT: Ante una hipotética acción de fuerza en su contra el gobierno venezolano piensa continuar la tradicional política de defensa integral marcada por Hugo Chávez. En ese sentido, ese marco estratégico potencia tanto a las milicias bolivarianas como a la organización popular en el territorio porque, sostiene Maduro, un proceso revolucionario no se hace, ni se defiende, solamente desde el Estado. Es decir, si Trump consuma la amenaza de intervención, que ya desplegó por cierto el año pasado (y que causó el rechazo explícito de varios países sudamericanos, a diferencia de la actual coyuntura donde no hay pronunciamientos gubernamentales al respecto), el gobierno venezolano buscará que haya muchos generales, con o sin uniforme, defendiendo el legado de Hugo Chávez.